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PSICONEWS

jueves, 28 de agosto de 2008

Subcontrol de Variables

Por aquí también pasamos. Ya somos anfibios.
Por aquí pasamos copiando los movimientos de este microbús
Mezquita en Kaolak
Lluvia y ganado
Mi superchofer
Caballero inteligente
Caos hacia Gambia
Ejemplo de carretera senegalesa
Ziguinchor 23 agosto 2008
Lo que se aprende en un diseño científico es sobre todo el control de variables. Es lo que mas trabajo lleva. No hay posibilidad de éxito en un trabajo de investigación sin un método de acotamiento del campo de atención y una neutralización de todas las variables que puedan interferir en el objetivo de estudio. Al menos, esto es la teoría. Luego pasa que no es posible empezar ninguna investigación sin contar con variables extrañas de varios tipos que vengan a estropear el asunto o ensuciarlo con factores de influencia que no deberían estar ahí pero que sin embargo están. Otro aprendizaje muy conexo a este tiene que ver con los debates. Lo que se aprende en la participación en un debate es que a menudo quien no tiene recursos argumentativos directos saca el tema de si mismo para complicarlo con otros que no vienen al caso. Tanto el científico como el polemista se encuentran con problemas de acotamiento de lo que desean hacer o tratar. El viajero es un cruce de neosimio entre geoexplorador e investigador de las almas visibles hasta allí donde se dejan visualizar. A ratos es un poco científico cuando trata de hacer sus resúmenes de las circunstancias por las que va pasando tangencialmente y a ratos un poco memo victima de los roles que le toca jugar en innumerables situaciones de indefensión. Por una básica ley de supervivencia empatiza pronto con lugareños y se adapta en la medida en que la demanda cada dia de lo básico lo emplaza a estar en pie, sano, fresco y mentalmente activo. Cuanto más organizado sea más variables controlará y menos sorpresas se irá encontrando por el camino. Al iniciar este paseo africano suponíamos que en cada país nos documentaríamos del siguiente para ir suficientemente prevenidos. Si bien siempre navegamos por internet informándonos de zonas peligrosas, de los requisitos necesarios para cruzar la frontera o de las idiosincrasias de los países o de las opiniones dejadas por otros viajeros precedentes diciendo como les fue, en la práctica la mayor parte de información de los lugares la conseguimos personándonos en ellos, cruzando los dedos o encomendándonos a los misterios del cosmos para que nos echen una mano. Tras dos semanas en Dakar nos tocó volver sobre nuestros propios pasos para redireccionarnos hacia el Sur. Dakar esta triangulada dentro de un cabo, al igual que Dakhla no es una ciudad de paso, no hay otro modo que repetir carretera para y volver atrás para retomar las grandes vías de comunicación. Nos entretuvimos en el vía crucis hasta Rufisque, a paso de tortuga, mirando los pasajeros y condcuttroes de otros cochces y hablando con algunos de ellos. Practicamente se pueden hacer amsitades con los pasajeros de los buses o de otros cioches. Cuando la autopista esté arreglada esas suculencias del subdesarrollo no se podrán paladear. Antes de dejar el Sacré Coeur pasé por el despacho del director que me dio el papelito de la factura a 7000 cefas noche, que luego el gestionaire multiplicó por el número de noches que le dije. Una vez en la carretera llegamos antes del anochecer a Kaolack donde tomamos cervezas-colas y cenamos en el mismo centro cultural que la anterior vez, el centre franco-senegalais. Nos acogieron muy bien los empleados de la casa, Pierre, su director muy en la pose de director, ni nos acogió ni dejó de acogernos. Se nos hizo/nos hicimos amigo/s de Sidi Kumta, un mecánico de Toumbouctú que ostentaba un fajo de billetes y hacia de esponja absorbiendo grandes cantidades de liquido que pedía en forma de cubatas de ginebra y de wiski. Parecía que aguanta bien la bebida aunque tenia que estar muy trompa. Mecánico y fumador como un carretero. Iba de nuevo rico, todo el mundo de la clientela del Centre Senegalais le conoce .Este hombre supergenitl, llama a todos los que se van encontrando frere de grand valeur. Cada hermano de gran valor debe sospechar que no debe serlo tanto si los demás también tienen el mismo gran valor. Despues de insistir en invitarnos a las bebidas se lo aceptamos.
En esta ocasión instalamos la furgo en la calle donde pasamos la noche perfectamente. A la mañana siguiente invitamos con nuestro té preparado al estilo turco a Moussa el guardián de dia y a otro colega suyo. Nos aprovechamos de la toilette y ducha del centro. De Dakar nos trajimos la experiencia urbana de una cierta rutina y el cansancio de movernos por el centro manejando la furgo y la silla de ruedas. Mi lucha interna contra los límites propios y el espacio caótico no me da puntos en mi marcador. Nunca venceré el mundo que me ha tocado al nacer. Despues de movernos por varias tiendas de electrónica compramos una cámara digital tras el accidente con la última. 180mil cefas, por una Sony con el doble de megapixels que la anterior. La forma de comprarla nos hizo famosos en el barrio por unas cuantas horas. Mientras Vic quedó estacionado en el interior de una pequeña tienda yo fui saltando a otras para comparar precios. Cuando al fin ya teníamos apalabrada una en una tiendita, una caja de cerillas vertical en laque solo cabía el ancho de una persona (sin duda la tienda más pequeña del mundo y sino de todos los mercados que hemos visitado en nuestra vida) en el ultimo instante confirmé que le faltaba el soft y desistimos. Volví a guardar el dinero puesto que ya lo había contado y lo tenía en mano para entregárselo. Un libanés de enfrente sentado y sosegado viendo pasar las grandes experiencias del mundo por el pequeño pasillo del centro, dejo que entrara en su establecimiento en un pasillo estrecho entre ropa colgada para que preparara el dinero. Los libanes son tipos que me caen estupendamente. Siempre tienen un detalle curioso y una mirada por la que no se manifiesta las prisas. Hagan lo que hagan sus vidas están garantizadas. Otro libanés de la zona de un establecimiento de electrodomésticos el mismo dia nos había ofrecido agua fría, en dosis individuales de bolsas de plástico. Entramos un momento en su tienda buscando una cámara. Nos habló de que su mujer estaba esperando un hijo y que probablemente iría a España a dar a luz. Le apuntamos un par de referencias por si quería informarse vía internet, una de ellas la célebre Dexeus.
Con la nueva cámara hemos vuelto a probar suerte en el mundo de la imagen. La verdad es que podemos sacarle fotos a todo. Sirve para documentar a personas que has conocido te caen bien y no quieres olvidarlas. El dia antes de dejar Dakar fui al Centre Medical de la Fonction publique, único lugar donde oficializan el permiso médico para la renovación del carnet de conducir. En la embajada española me dieron una hoja de instrucciones muy precisa para poder hacer. Con respecto a este documento el medico además de firmarlo abajo debía firmarlo arribando cruzando con su firma el papel y la foto que debía llevar añadida. La visita al centro fue interesante porque fue también un modo de contactar con ese mundo del funcionariado en versión africana. Nada mas entrar en el despacho la enfermera, o vestida de tal, se estaba haciendo la manicura pasando de todo y el supuesto facultativo al preguntarle si era el médico en lugar de contestarme me indicó que me pusiera en la pared, en realidad entendí que fuera al despacho de al lado donde supuse estaría el medico. Al repreguntar-le quien era el medico o si era él se enojó no queriendo contestar. El hombre lo que me estaba indicando era que me ubicara junto a la pared para mirar el poster de letras roído que estaba en la pared contraria. Ni siquiera había advertido que aquel despacho de mugre era el consultorio, todavía estoy muy precondicionado pro las formas europeas. El hombre casi gritando siguió diciéndome que pasara por la prueba sin contestar a mi pregunta. Un minuto despues averigüé porque: sobre su despacho había un monto de certificados pre-firmados por el doctor real, el se limitaba a poner el nombre a quien venia a pedirlo sin hacerles ninguna clase de prueba. El tipo funcionario o amigo de funcionario puesto para eso. Evidentemente cuando le explique que el motivo de mi pregunta era por la exigencia de mi embajada dijo que Senegal era Senegal y ahí no hacían esas tonterías de firmar sobre una foto. Precisamente porque Senegal es Senegal le contesté un gobierno europeo no se fía fácilmente de un documento originario de aquí. En ningún momento el chico reconoció que no era el medico y que por eso no podía falsificar la firma del medico real. Este viene un solo dia a la semana. Podía haber tramitado el documento y firmarlo yo pero teniendo en cuenta lo tiquismiquis de todo el protocolo de embajada para hacer ese trámite preferí no hacerlo. Ni siquiera el plazo de tramitación lo podían garantizar. El funcionario que nos atendió incluso nos comentó que otra tramitación aparecida fue enviado el nuevo permiso a una dirección distinta de la del interesado. La anécdota tuvo su importancia y, finalmente, salí ganando, espero, al decidir no renovarme el permiso hasta mi vuelta a España. El día anterior en una intersección de la ciudad, una de las pocas donde los policías urbanos hacen aspavientos, en realidad gestos equívocos, uno secuestró por un rato largo mi carnet de conducir por cambiar de vía. Es una calle en la que efectivamente hay dos vías, pero no señalizadas en el suelo con línea alguna, por tanto no hay ralla continua, y al equivocarme pasé de una a otra con lso intermitentes, el brazo sacado por la ventanilla y todas las precauciones. Insuficiente para que el tipo no me exigiera con tono de tirano en practicas tras un curso de findesemana que estacionara la furgo tras retenerme el carnet. . Tuve que irlo a buscar con mi paraguas de parchís porque el tipo no aparecía. Cuando lo intercepté, en su mano tenia un paquete de unos 20 permisos. Me los mostró, varios de otras nacionalidades. Activé mi programa de conferencias para estos casos. Le expliqué sin darle tiempo de respiro que la doble vía debía estar marcada en el suelo de acuerdo con el código internacional y que la sabía perfectamente que yo hice mi maniobra legalmente: Le explique que en lugar de pagar la sanción, -su amenaza inicial- en comisaria el dia siguiente arregláramos este asunto entre nosotros. Aceptó encantado. Devuelto a la furgo todavía nos quedaba alguna de esas gafas de sol para estropear la vista. Se la dimos encantados con nuestros mejores deseos para que se quedara ciego y lo retiren del puesto o lo atropelle un camión que lo confunda con un insecto, cuyo valor personal no es mayor que el del bicho. El episodio fue otra fuente más de enseñanza de la psicología policial, objeto de estudio colateral de este viaje y en general de todo viaje por la vida social. Lo de menos es la condición legal del viajero blanco. Para el policía cualquier pretexto vale para la extorsión. El hecho de que mi carnet esté caducado no es especialmente algo tan grave. En África por muchas precauciones que tomes en el conducir siempre te pararán con cualquier excusa. A menudo lo hacen y al llegar a su altura y ver mi cara blancobarbada de pocos amigos dicen que sigamos. Estamos un poco hartos de que nos tomen por el pito de sereno. En pleno centro de Dakar nos paró uno, solo para saludarnos y para ver si teníamos cuadernos o lápices para sus hijos. Dan ganas de sacar tu colt del 45, la imitación a plástico con cargamento de líquido, y echarle dos disparos a la cara. Pero mejor no dar ideas. Lo que si se cumple es que lo primero que pide el policía son tus documentos, sabe que sin ellos estás perdido y nos puedes ir a ninguna parte. En lugar de pedirlos a la europea para tomar los datos in situ por si te quieren multar o hacer una comprobación se van con ellos, vete a saber donde, entre tanto la lluvia cae y los arrugan de cualquier manera. Todo parecido de un policía africano con el respeto ciudadano es pura casualidad. Mi odio hacia ellos ha ido in crescendo aunque no por eso dejo de reconocer que algunos son enrollados. Lamentablemente siguen siendo una de nuestras canteras de frecuentes contactos humanos.
La decisión de la no renovación del documento ha sido consciente y en firme, a pesar de haberle pedido el día anterior a Fina Alguersuari, nuestra amiga de Sabadell para que hiciera la gestión del pago de las tasas en la jefatura de tráfico de su ciudad, a la que se puso inmediatamente manos a la obra, cuyo ticket debía enviarse por correo físico a Dakar para desde allí reenviarlo de nuevo a Sabadell junto a los otros papelajos: fotocopias de pasaporte, del permiso a caducar, fotos, impreso de solicitud y el certificado medico susodicho. ¿Quien dijo que la burocracia española funciona? ¿no habría otro modo de arreglar estos asuntos con más lógica? Existe el fax, el email, pero de todo eso no se ha enterado la administración española. Las cosas todavía van por correo y la valija diplomática no es menos lenta que el correo ordinario para asuntos de poca monta como éstos. Conclusión: viajaremos con mi carnet caducado, que el cielo de los justos nos proteja.
Aún en Dakar, en los pasos cebra en los que no funciona el semáforo, estuvimos educando a los conductores a parar, los lugareños suelen esperar quietos a poder pasar y también les decimos que tienen su derecho a pasar, Hicimos para a un autobús con un conductor impaciente, dándonos gestos de que nos diéramos prisa en cruzar, por supuesto multiplicamos por cinco el tiempo necesario para cruzar haciendo pasitos de individuo bicentenario artrósico. Otro viandante nos felicitó. Le dijimos que los peatones deben educar a los conductores si es que quieren una ciudad más racional. Curioso el conductor profesional de taxi o bus con sus prisas. No son viajeros, no van a ninguna parte. Se pasan la vida haciendo mas kilómetros que nadie alrededor de un poste o, entiéndase, de unos cuantos grand point urbanos. ¿para qué tanta prisa? Despues de medio siglo de observaciones metropolitanas he llegado a la conclusión que el factor de mayor responsabilidad del estrés urbano lo pone el neuroticismo de los conductores.
Por la zona peatonal que recorrimos varias veces yo como empujador y Vic entronada, camino de nuestros restaurantitos, cierta noche nos rebasó, casi tocándonos, a toda pastilla un muchacho con su moto, El tipo se detuvo un poco más allá., Le increpamos diciéndole que no era modo de conducir. De su cínica sonrisa no se podía sacar gran cosa. La moto no tenia placa y la ocurrencia de cogerle las llaves, que el había dejado puestas, no se nos paso por la cabeza, un amigo suyo o hermano o lo que fuera no paró de pedir disculpas por él, cuando lo hizo el cínico alargando la mano en dos tentativas no se la aceptamos, es que somos muy, muy malos.la mitad de las motos de la ciudad funcionan ilegalmente sin placa. ¿Que le pasa a la muchachada de todas partes? Antes de cumplir los 20 parece estar en el limbo. La falta de respeto es su única bandera. El caso es que su perspectiva de futuro no mejora demasiado. Despues de cumplir los 30 parecen ser extras de entierro. Cuando se tienen hijos, o se van atener, a parte de calcular posibles síndromes de deformidad y hacer testajes prenatales oportunos habría que hacer la consideracion de su descerebramiento. Claro que para eso no hay ningún test y todo depende de la educación recibida, ¿y si salen así que se puede hacer con ellos? La flamante teoría de la evolución que tanto ayudó en los dos siglos anteriores para colocar unas cuantas verdades zoológicas no garantiza para nada la liberación mental humana. Parece que el ser humano crece, sí, pero en mediocridad. Que me perdonen los no mediocres de los que no paramos de aprender continuamente. No está tan claro que la ley de la selectividad se descarte de los más imbéciles de la especie a favor de los más inteligentes por mucho que la caja craneana siga un diseño de amplitud y más repliegues del tejido encefálico quepan dentro compartiendo serrines y otros materiales grasos.
En uno de los fast food que íbamos conocimos a Samba Balde, de Guinea Bissau, nacionalizado portugués, de la etnia Foula. Decirse Samba e identificarse de esta etnia es todo uno, lo mismo que llamarse Fanta y pertenecer a los mandinga. Ha trabajado en Catalunya y ahora vive en Gran Bretaña donde por el mismo trabajo gana más. Otro de los muchos héroes que nos vamos encontrando. Muchos africanos ya posicionados allá siguen viniendo a África cuyo contacto no pierden. Posiblemente integraran la nueva clase media emergente que se vislumbra.
Desde Kaolack hay dos posibles rutas para ir hacia Gambia. Una por Nioro que es la que tomamos y otra por Sokone, que era la que debíamos tomar pero que nos equivocamos. Si nos equivocamos tomando rutas en países donde están bastante señalizados ¿cómo no íbamos a hacerlo en África donde no hay señales indicadoras? Por no haberlas tampoco hay señales prohibidas. Una señal se cae del poste y la autoridad no la reemplaza. La gente sabe por la costumbre que es una calle prohibida y la respetan. El recién llegado tiene que llegar un sexto sentido para adivinar todo eso. En Dakar nos metimos en una prohibida en la que nada más entrar ya supusimos que lo era porque todos los coches estaban estacionados de cara. Finalmente el tercero que nos cruzamos nos hizo señales de no continuar. Eso es lo menos que te puede pasar. Hasta Nioro la carretera es de tierra y con baches, una parte de ella tiene algunas Caterpillar al lado que se suponen que hacen una pista nueva. De acuerdo con las imágenes acostumbrados por el camino varios camiones tumbado o embarrancados. Sigue siendo un misterio lo que hacen los camioneros mientras conducen. Unos quilómetros más allá entramos en Gambia por Farafenni. De Gambia ya teníamos noticias: debe ser el país del mundo con la peor red viaria. Además sus policías se dedican al oficio de la extorsión. En la aduana al exigirle el ticket de los 1000 cefas que me pedía el aduanero, enfadado por eso se puso a revisarnos el coche pero se cansó enseguida, el tamponero de los pasaportes puso el stamp por repetido porque no advertí que lo hiciera la primera vez y lo hizo una segunda. Al principio nos pedía 1000cefas por cada tamponazo, la cosa quedo en nada al pedirle el ticket. Mientras estábamos en eso, vimos sobre la mesa unos pasaportes españoles traídos por un guía, el posesionario del pasaporte apareció luego que hizo su pago sin rechistar a pesar de ser catalán según nos dijo. Como ya estamos acostumbrados a la gente que viaja haciendo maratones no nos sorprende nada. Es decir, llega a los sitios y va a la carrera. No goza con los espacios con los que se va encontrando, ni con las personas, ni con las situaciones ni tampoco con otros viajeros. En mi opinión, son individuos que están entrenados para oír y no escuchar, para mirar y no ver, para andar y no enterarse de los sitios, para correr y no llegar nunca, para hacer los quilómetros y olvidar los países. Para compensar el déficit de ellos yo tiendo a pasarme enfrentando situaciones concretas en las que, sí, pierdo miserablemente el tiempo y acabo pagando aunque no siempre. Discuto cualquier ilegalidad o infracción a la ética elemental por mínima que sea. De entrada pruebo, lo tomo como una práctica semántica a parte de una indagación de la psicología de la personalidad que en algunos casos es fascinante. Dejar Senegal y pasar a Gambia significa dejar la francofonía y pasar a la anglofonía. Para mi propio placer las dificultades fónicas del francés no las sufro con el inglés. De la frontera a Soma la carretera sigue siendo una pista bacheada. Ahí una formidable barrera natural en la que todavía no han construido un puente. Espera un ferry que amenaza naufragio y llaman bac para cruzar unos 500 metros de cauce. Por el camino ningún indicador de compra de tickets. Estos se hacen en un lugar de pesaje de camiones un par o 3 quilómetros antes. Un policía que nos dijo que era del servicio secreto de la presidencia y nos mostró su credencial para que nos los creyéramos –seguramente se perdió la clase de no revelar la identidad profesional para ser efectivo en su trabajo- nos acompañó de vuelta hasta el sitio donde los venden. Nos pidieron 6800cefas para cruzar. No acepté pagarlos sospechando que nos timaban. De vuelta a la explanada donde el ferry, alguien de ahí nos mostro la lista de precios donde salta de los 2700 de los land cruiser o land rover por cruzar a los 4500 para cruzar con vehículos de carácter comercial medidos por le numero de plazas de pasajeros. Nuestro tipo de vehículo asi como los camper ni figuraban. Total que tuvimos que pagar como si fuéramos un autobús aunque 2000cefas menos de lo que nos pedían. Volvimos de nuevo a la taquilla del taquillero tramposo para hacer el pago y de nuevo al embarcadero. Entre idas y venidas comimos galletas y nuevos duros, bebimos cocacolas e hicimos amistades con otros pasajeros. Por supuesto, gastamos mucho más en todo eso que de haber pagado el primer precio con la sirla incluida de quien nos quiso tomar el pelo.
Tras cruzar, en unos pocos minutos, al otro lado dos polis ociosos nos pararon, a nosotros y solo a nosotros, para pedir sus mil cefas. Nos negamos y nos dejaron continuar. A un land cruiser de una ONG italiana que nos cruzamos en sentido contrario le gritamos: tropo ongs in Africa. El conductor sonrió, claro. La sonrisa es lo último que pierde el cinismo.
Salir del país fue otro ejercicio. La visa de la primera frontera era de tránsito lo que significa tener que salir el mismo dia, para dos o más días hasta 30 hay que sacar una visa turística. Dado que cruzamos el país por el centro y una distancia de muy pocos quilómetros decidimos dejar Gambia para visitarlo a la vuelta. Regresar al norte significará volver a pasar por ella. La sensación que experimentamos en Gambia procedentes de Senegal ha sido básicamente la misma que la experimentada en Cote d’ Ivoire procedentes de Burkina. En Gambia no te amenazan con las culatas de sus fusiles ametralladores apoyadas en la cadera de los soldados, pero son igual de extorsionadores. Por lo que comprobamos no todos los extorsionadores insisten de la misma manera. Algunos son tan vagos que incluso dejan de insistir cuando les sueltas un rollo de que te tienen que dar un ticket. Saben, por inútiles de la vida que sean, que con un ticket y su nombre puedes denunciarlos. El criminal por definición es el que atenta y hace daño pero nunca da la cara ni deja las señas.
Volvimos a entrar en Senegal en la parte sur, de hecho la Casamance. A la Casamance se le llama así y a la parte norte del país se le llama Senegal, una característica que se repite en todas partes del mundo, creando una contradicción semántica evidente entre el país que recibe el nombre de su estado y la parte del país que recibe el nombre de su nación concreta. No está de más repetir de nuevo que los estados dividen a los pueblos y las fronteras son absolutamente artificiales por razones históricas de conquistas e invasiones en las que novamos a entrar. Lo interesante a entresacar es que a un lado y a otro de las fronteras están los mismos pueblos y las mismas lenguas. Mirando el mapa de los dos países el lector de mapas se puede sentir algo perplejo. El colonialismo ingles se quedó con las inmediaciones del río, del mismo nombre que el país, y los franceses con el resto. Llegamos prácticamente al crepúsculo a Senoba, a la primera localidad fronteriza senegalesa. Tras hacer las diligencias de entrada Moussa Bay el policía del puesto nos ofreció que estacionáramos la furgo en su patio. Aceptamos su ofrecimiento y nos fuimos a cenar al único chiringuito que tiene la localidad. Comimos tortilla y bebimos coca-colas, antes abrimos una botella de litro de lo que se llama África-cola que confundí con una coca-cola de litro. Tras el primer sorbo y casi morir en el intento repartimos la botella a todos cuantos se acercaron a la mesa que deleitaron con sumo placer entre risitas pensando que tanta amabilidad era extraña o inusual.
A la mañana siguiente repetimos la tortilla de huevo con cebolla a modo de desayuno en el mismo chiringuito mientras sondeaba la edad de alguna madre-muchacha con una criatura de un año. Tener 16 años y parir es lo menos que puede suceder con chicas que desde los 12 años son ya mujeres completas.
Hicimos los 150 kms hasta Ziguinchor con una velocidad mayor tal como hiciéramos en Burkina por los episodios de bandidos armados. El martes anterior hubo un ataque a vehículos. Alguien nos dijo que los rebeldes nacionalistas, o los bandidos que se hacen pasar por tales, asaltaban especialmente a los vehículos como el nuestro. Por la carretera, otra vez asfaltada, pero no exenta de algunas zonas con baches algunas patrullas del ejercito montando guardia, y brigadas de desforestadores con machete limpiando la maleza junto al camino para que no se enmatojaran los asaltantes. En las entradas de las ciudades 4 o cinco semilíneas de bidones para obligar a zigzaguear con el vehículo. Preguntamos en un par de ellos el peligro real. La geografía y climatología de la Casamance es completamente distinta. Es la selva, la pluviosidad y el calor aumentan. Llegamos a Ziguinchor sin mayores contratiempos. Aquí encontramos la ciudad que tiene más baches que son charcos, casi lagos, que conozco de todo el mundo. Cruzar un charco es jugarte el coche a la lotería. En Ziguinchor el indicativo de matricula es ZG como en Zagreb. Nos encontramos la ciudad con una especie de hordas en fiesta celebrando la circuncisión. Un policía que se nos hizo amigo a la salida nos dijo que la ablación aunque está prohibida sigue practicándose en la discreción. En cuanto a los circuncisos festivaleros o sus acompañantes andaban cantando un grito de guerra todos con machetes o cuchillos en la mano encabezados por una especie de sorciere, este enorme, completamente vestido y con el rostro tapado de material vegetal de color marrón rojizo y con dos machetes. Todos ocupando la carretera y con los ojos desencajados. Tenía más visos de macumba que de fiesta del goce. Desde el punto de vista higiénico la circuncisión es un acto quirúrgico inveterado, una amputación absolutamente innecesaria, unas ganas de fastidiar. No deja de ser curioso que tanto judíos como musulmanes coincidan en esta práctica. Para que un pene funcione como un pene adulto en el supuesto de tener fimosis no hace falta cercenarle la piel que cubre el glande, basta entrenarlo bajándole la piel a diario desde el primer año de vida y la operación es innecesaria, pero si eso se olvida de hacer y su crecimiento lo dificulta, la operación es mucho mas sencilla cortando un cm de la piel unida por defecto fisiológico en su parte anterior. La curiosidad antropológica de esas celebraciones es que se celebra un atentado. No es comparable la circuncisión a la ablación pero ambas prácticas tienen el común denominador de la ignorancia. Para nuestro propio cromo, cruzar por dos veces la marabunta humana nos sirvió para advertir que el grupo informe adopta una psicología alienada en la que los individuos más exaltados hacen lo que no hacen tratándoles a escala individual. Eso se concreto en algunas irrefrenables pulsiones en tocar o casi golpear nuestra furgo.
La configuración de la Casamance recuerda la del Caribe. Predominan los tejados de chapa metálica, de zinc, y el verde continuo es un estallido de vitalidad. Los sonidos de los pájaros son otros y la gente parece más abierta y amable. Como solemos hacer cuando estamos en ruta, al llegar a un nuevo sitio damos una vuelta general para orientarnos y ubicar recursos. El seminaire Saint Louis tiene un patio formidable. Entramos para preguntar si podíamos estacionar la furgo y pasar la noche dentro del recinto, cuando a eso le pere Guy Aubert dijo sí, pregunté por la posibilidad de trabajar con nuestros ordenadores a lo que dijo que también. Luego nos acompañó hasta le centre Franco Senegalais, mismo tipo de decoración, columnas pintadas a varias franjas de colores, negro, rojo,..Lo acompañé de nuevo hasta el seminario mientras Vic se quedaba ya en el centro. A mi vuelta me dijo que estaba cerrado por vacaciones. Ahí coincidió con una parejita francesa con la que ya coincidimos en el ídem de Kaolack, sumergidos en su guía y su mapa sin practicar la lengua madre de la comunicación con nadie. Como que estaba lloviendo Vic les ofreció acompañarles hasta su hotel. Les comenté que nuestro vehículo era parado cada dia por la policía y que solo podíamos llevar una tercera persona y que una cuarta no era legal lo cual podía ser motivo de sanción. Ningún problema en llevarlos si la asumían, en caso de suceder que tampoco tenia porque darse, prefirieron ir a pie y no arriesgarse. Cerré la puerta. Desde que no practico la solidaridad incondicional siempre y en todo lugar y con todo el mundo soy más feliz y me siento más libre. Cada microdetalle cuenta en la manera de tratar a los demás y aceptarlos o no aceptarlos como objetos de ayuda.
Nos ubicamos en una buvette dejando que el aguacero continuara afuera. Una parte del local tenía goteras. A pesar de todo sirvió para beber un par de gazeles (las flag son difíciles de encontrar) y trabajar. A una niña de 12 años le compramos los últimos 5 huevos duros que le quedaban en su bandeja huevera de cartón, De volver a casa con ellas su mamá la pegaría, según dijo.se quedó un rato con nosotros sonriéndonos y flipando con nosotros. Alphonse Preira, el chico de bar, lo tuve que sacar de su casa al lado para que nos atendiera. Flipó también ante nuestro discurso de ateísmo a pesar de conceder una oportunidad molecular al ama viajera ex corpórea tras el finiquito existencial en la capa de la tierra. Alphonse me había ayudado a rescatar el ordenador que escondí en el maxizulo de la furgo para cruzar la zona rebelde cubriéndome con el paraguas. Los 3 zulos de la furgo son toda una historia en ellos mismos. En este puede alojarse el tamaño de una persona, aunque no es al trafico de ilegales a lo que nos vamos a dedicar, y ahí metemos todas las cosas que no son de uso urgente. Las mascaras compradas y algunos materiales de recambio del vehículo están ahí. Luego hay otros dos más pequeños que son para guardar documentos o dinero. En uno de ellos junto a la garrafa principal de agua, una flamante garrafa de plástico de 20 litros comprada en Bauhaus descubrimos un percance en Senoba al rescatar billetes pequeños de euros para canjearlos por la moneda local gambiana. El bidón tiene dos problemas, el tapón superior para meter el agua y el grifo. El tapón no es estanco y el balanceo del agua con el vehículo en movimiento hace que pierda por arriba. En cuanto al grifito no cierra bien o no es de seguridad y también pierde agua. Eso ha significado que hemos perdido dos billetes, uno de 20 y otro de 10 completamente humedecidos y una libreta bancaria. Veremos si nuestro banco o el de España nos lo sustituyen a nuestro regreso. Fue una lástima porque el cambista, parece que no muy ducho en el oficio aceptaba hacer el cambio de 1 a 30, al dia siguiente, que le cambiamos un billete de 50e, su socio solo aceptó a hacerlo, más razonable desde luego, de 1 a 27. Aunque se lo hubiéramos cambiado a 30 la noche anterior a la mañana siguiente nos lo hubiera venido a discutir y nosotros hubiéramos aceptado la modificación devolviéndole la parte que perdiera. Durante la primera parte del viaje el grueso de los euros también lo guardábamos en este microzulo. A veces dejábamos la furgo con ellos dentro hasta que en cierto momento opté por llevarlos encima en mi bolsa dorsal algo que nunca me he atrevido a hacer en Europa estando de viaje, tampoco en Barcelona, ni en Latinoamérica.
En el seminaire Saint Louis el edificio es de la década de los 60. En el interior se presienten los discursos y materias aprendidas. En sus paredes altas cuelgan una colección de cuadros con las orlas de los terceros cursos de cada carrera. Nos abrieron un aula para que nos enchufáramos a la pared a través de nuestros ordenadores. Una vez ahí Guy Aubert nos ofreció una habitación enorme que, por supuesto, aceptamos encantados.
En Senegal el visado, según fuente informativa de la embajada hispana. Es para tres meses pero es fácil tramitarlo para un año en Asuntos Exteriores. Como se sale y se reentra del país cruzando Gambia es muy fácil doblar estos meses.
Nuestro modo de viajar nos lleva a cruzar países por repetido. Eso es una predictibilidad constante: volver atrás y repetirte. También a no poder controlar todas las variables con las que nos vamos encontrando. A diferencia del viaje supe programado el nuestro es el de estar en la hipótesis continua dentro de lo poco aventureros que somos. Ahí donde encontramos un lugar apacible, cuasi paradisiaco con nuestros amigos los pájaros piando por los forros tendemos a retozar. Cada dia nuevos contactos humanos ponen el campo de variaciones que nos completa aunque no precisemos y nuevas geografías no resultan tan nuevas cuando un particular sentimiento de estar como en casa nos posee.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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