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domingo, 18 de mayo de 2008

Diálogo con las barreras

¡¡Sálvese quien pueda!!
¿Y la acera?

Acera impracticable





Niamey, 18 de mayo de 2008



Cuando has nacido en una parte del mundo donde las necesidades básicas están solucionadas para una gran mayoría y eres una persona con discapacidad motora, las cosas son menos difíciles que para un/a africano/a en la misma situación.

En África, conseguir cualquier artilugio que ayude a la movilidad es una tarea titánica o casi imposible para la gran mayoría de perjudicados/as. Aquellos que poseen una prótesis o un triciclo-silla de ruedas es porque pertenecen a alguna asociación u ONG que le ha ayudado a comprarlo; por otra parte, acceder a los estudios superiores o a un oficio y después a un trabajo, es sólo privilegio de unos pocos, pues el Estado no ve el problema como prioritario. Si añadimos a esto las nulas condiciones de acceso urbanas y el espesor de la arena en sus calles, podemos decir que estas personas están obligadas a arriesgar su vida circulando por el asfalto donde los coches, los autobuses, los microbuses, los camiones, las bicis y las motos compiten por llegar el primero a su destino. Cuando no, se les ve arrastrarse literalmente por las aceras pidiendo limosna como único medio de subsistencia.

En este contexto, ser discapacitado es ser algo parecido a un bulto informe sin alma, a un ser sin dignidad que arrastra su mal delante de todos reclamando su lástima para poder comer.

Si vienes de Europa con los aparatos, bastones o silla de ruedas más modernos y sofisticados del mercado en tu equipaje de discapacitado, ten por seguro que nada de ello te servirá porque todo ha sido fabricado para zonas peatonales lisas y sin baches imprevistos; por otra parte, lugares en absoluto generalizados en la mayoría de las ciudades de este viejo continente. En África, el peldaño reglamentario es un milagro porque ya existen las piedras o los tablones superpuestos en equilibrio inestable, las aceras son un enjambre de arena blanda y cualquier cosa “colocada” que te hace improvisar una maniobra arriesgada; acceder a cualquier edificio es literalmente imposible, incluidos los diseñados por los blanquitos que instauran aquí sus monopolios o sus centros culturales; también, los hospitales son gymkhanas del más alto riesgo de aventura.

Pero el consuelo del extranjero discapacitado que viene a África, si es que se le puede llamar consuelo, es saber que todo el mundo desea ardientemente ayudarle, que las dificultades desaparecen si hay una mano incondicional siempre dispuesta a facilitarte las cosas. Este remedio tiene una doble lectura para mí: por una parte te sientes desgraciadamente inútil porque no puedes ser tan autónomo como en tu país, y, por otra, te ayuda a comprender a los demás africanos/as de tu misma condición y a sentir la misma impotencia e indignidad que ellos viven.

Desde este modesto blog mi llamada a todos aquellos técnicos, ortopédicos y demás especialistas en este tipo de tecnología o aparatología. Que comiencen a despertarse pues el mundo es muy desigual arquitectónicamente hablando y no todo lo que fabrican para los discapacitados motores es para momias que hacen su paseo diario por la zona peatonal jugando con las palomas que revolotean; existen miles de personas con movilidad reducida que les gusta sentirse vivos y experimentar sensaciones fuera de lo que se llama la vida diaria convencional, como cualquier mortal. Si una persona tiene un par de zapatos para según qué actividad haga (de deportes, de la playa, de fiesta,..), una persona con movilidad reducida y que practique deporte, vaya a la playa o a la montaña o a una fiesta) también necesitará su “calzado móvil” para cada una de sus actividades.

Desde aquí invito a estos especialistas a adaptar sus inventos a las duras condiciones de estos países sin que el vehículo o artilugio sea aparatoso o contaminante.

Que la revolución por un mundo sin barreras siga adelante.

1 comentario:

rocio prima dijo...

Ayer vi un video en youtube de mi amigo Paco Aguilar mostrando lo que es la vida en las calles de Sevilla para alguien con movilidad reducida como el y me acorde mucho de este blog. Me imagino que no es ni la mitad de complicado que las ciudades africanas, pero la cosa tiene tela. Si te metes en youtube y buscas Paco Aguilar es el primero que sale.

Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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