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miércoles, 20 de febrero de 2008

Le lit roulante

En Boromo, el centro de lectura, con la japonesita y el bibliotecario
Sistema de riego en la fàbrica de cana de azucar

Boromo 14 febrero 2008
Dependemos directamente de nuestro vehiculo. Es nuestra suite, neustra cama en movimiento, nuestra casa. Un nidito, sí.No es la mejor máquina del mercado, tampoco la peor. No fue hasta despues de comprarla que encontramos algunos defectos. Uno de ellos es que el freno de mano no funciona o mejor dicho para que funcione hay que tensionarlo mucho. Para mayor seguridad siempre que la aparco dejo una marcha puesta. En el parking de home kisito olvidé hacerlo. Victima de mis reflejos automatizados levanté la palanca no demasiado y dejé las marchas en punto muerto. Tras estar perfectamente quieta durante todo un día y toda una noche, a la siguiente despues de ver un par de películas de Dvd seguidas y estar cómodamente sentados sobre la cama como si estuviéramos en un gallinero de los cines de antes, un gesto de V para incorporarse a hacer pis lo puso en movimiento hacia atrás en lo que nos había parecido un suelo plano pero que en realidad, obvio, no lo era. Pasaba de media noche y afortunadamente no había nadie detrás El guarda tampoco dio ninguna señal de alerta. Tuve que levantar la palanca del freno desde la parte posterior del asiento para clavarlo en seco. De otro modo tal vez se hubiera golpeado con la columna o chafado las plantas.
No pasa día sin que alguien nos pregunte por si estamos interesados en venderla. Seguimos con la frase acostumbrada que se trata de nuestro lit roulante y pensamos volver con él a Catalunya y seguir durmiendo el resto del año. Seguimos encontrando franceses que hacen sus 10mil kms. para venir hasta aquí tras comprar vehículos viejos por 2000 o menos euros y venderlos aquí por el doble para luego tomar un vuelo de regreso de tal modo que les sale el viaje gratis y ganan algo. No creo que el sentido del negocio sea algo innato pero está tan extendido que suplanta sobradamente al de la colaboración.
Antes de dejar Ouaga hemos pasado por la embajada de Cote d’ Ivoire. La taquillera de la vitrina donde se solicitan los visados no ha dado ninguna información y ha negado que el embajador estuviera in situ. Vic se las ha ingeniado para hablar con el. Los soldaditos de la portería lo han avisado y él ha bajado. Muy amablemente ha dicho que hay controles en las carreteras del país pero que es totalmente seguro transitar por él.Por mi lado, cuando ella ha vuelto, he ido al local de enfrente del Premier Ministere en una dirección especifica ocupada en adminsitrar fondos para las victimas de la violencia política. El único hombre de despecho que he encontrado em ha atendido muy amablemente y tras orientarse dentro del mapa de su propio país me ha dicho que no hay ningun problema desde Bobo hasta la frontera. Dentro de nuestras preguntas habituales a modo de tic rutero están las de goudron (asfalto: divino tesoro) y la de bandits. La información del embajador se contradice con otras que venimos escuchando los últimos días. La L.Planet nos ha puesto los pelos de punta, lo mismo que las informaciones del Ministerio español de Asuntos exteriores, experto en asustar. Hemos tramitado la vise d’ entente por 25 mil cfas persona es posible para cinco países y es para todo el mundo. La hemos tramitado por dos meses vamos, que es el tiempo concedido, desestimando el visado de tres meses en la embajada de Cota d’ Ivoire. Lo uno se hace en el mismo sitio de pasaportes e inmigración de la policía donde hicimos la prolongación del visado en Burkina y lo otro en la embajada. La cuestión es que este documento sirve para Níger, Burkina, Cote, Togo y Benín, De haberlo sabido la podíamos haber tramitado posiblemente en Níger evitando gastos. Hace de visado de tránsito múltiple por este período. Es una información interesante para viajeros de la zona y una razón mas para amonestar a las embajadas que no están nada interesadas en facilitar informaciones de opciones alternativas de accesibilidad a sus países. Algún día los burofóbicos en un ataque internacional sorpresa devorarán los despachos de control con hormigón y administrativos incluidos en una ataque de crisis a lo King Kong o simplemente se comerán crudas taquilleras como ésta con cara poco amable y aspecto general de desgraciadas. El problema de esta visa es que solo sirve para los países indicados y si se cruza a otro como Ghana que está en medio de ellos se pierde. Si la burofobia es un acto reflexivo de autodefensa, ¿la burofilia no debería estar catalogada en el registro de las peores enfermedades mentales? ¿a qué clase de cerebros perversos se les ocurre hacer un documento de múltiple tránsito de este tipo que queda impugnado al cruzar por un país que esta en medio de los autorizados?
La ultima noche en Ouaga la pasamos en el patio de graba de Carmen Kisito. Soeur Marie no puso ninguna objeción. La noche anterior la pasamos fuera de todo recinto cerca del Estadio. A primera hora de la mañana el extorsionador de turno vino a pedirnos su diezmo y amenazarnos con pincharnos el neumático si no le pagábamos el desayuno. Vino por dos veces con su mala leche a la que respondimos con el tono apropiado. Cuando me hablan de navajas e hipótesis de ataque, charla de la que afortunadamente no estoy forzado a ser oyente habitual, me enfado conmigo mismo por tener la disuerte de seguirme encontrando la chusma que va con esos versos por los caminos del señor.
Con la furgo custodiada dimos otro de nuestros paseos con silla de ruedas en medio del tráfico con un cinturón en mi cabeza de tres luces, dos de ellas intermitentes, una roja y otra abutanada. Nadie discutirá que soy un hombre de muchas luces.
Nos fuimos a cenar al Stade de France donde ya habíamos comido un par de veces y que logran unos spaghettis al dente admirables. El local solo tiene de nombre l pode restaurante. No vimos otros comensales y la cuisine es solo ocupa un sitito de sus amplio espacio. Por la noche tiene música disco y lucecitas ad hoc. La costumbre es pagarla a las camareritas antes de traer la consumición. Hicimos nuestra velada. Compramos huevos duros a uno de los niños que andan con la bandeja de ellos en la cabeza y dimos a otros niños de la lata los pedazos de carne que venían con los espaguetis. Los niños de la lata son una imagen característica de los países que venimos recorriendo. Las latas son de dos kilos más o menos de conservas de tomate vacías. Las llevan al cuello atadas con una cuerda. En otras ocasiones llevan como cubitos de plástico o los más afortunados pequeñas ollas o boles de aluminio, estos últimos los menos. Son niños de la indigencia. Las madres los paren para enviarlos a sufrir a la calle. A pesar de eso sus miradas son limpias y amables cuando con toda razón deberían estar cargadas de odio.

A pesar de las advertencias hemos tomado ruta para Bobo camino de la frontera. Por el camino compramos en distintos puntos, botellas de agua de litro y medio de las típicas de plástico, lo que llaman gateau que en realidad son muy parecidos a lso buñuelos de las churrerías españolas pero no tan buenos y cebollas. Una bandeja de ellas por 500francos. Como solo tengo dos monedas de doscientas pongo el resto con un par de prendas de ropa, un camisón y un top. La chica, una madre joven como siempre se queda muy sorprendida. Ella y sus tres churumbeles nos dicen adiós con la mano con una de esas escenas que te llevas para siempre contigo, En el peaje de la carretera cada vez que llega un vehículo docenas de chicos y chicas que aguardan sentados o quietos se abalanzan para ofrecerlo todo cosas de comida pero en esta ocasión también revistas y atlas que te meten por las ventanillas.
Nos detenemos en Boromo y nos metemos en un recinto para turistas. Comemos a precios turísticos y pedimos pernoctar dentro dela explanada. El director acepta a cambio de que hagamos nuestras consumiciones en su establecimiento. Tras la comida nos vamos al Clac. Es un centro de lectura y animación cultural, una biblioteca. Vamos con nuestros ordenadores y con la silla de ruedas. Vic salta a una silla metálica de las que están tan generalizadas en el país y que al menor rozamiento hace un ruido estridente y yo uso su silla rodante, un placer para la comodidad de las posaderas a pesar de su mala fama como significante. En el local hay una japonesa que esta en el rol de voluntariado que nos indica donde están los enchufes. Los chicos y niños que están sentados en el banco están sumamente atentos a sus lecturas. Curiosamente hay un aparato de televisor encendido al que nadie presta atención y que parece que solo interesa al contramaestre del local. Cuando nos vamos se siente muy halagado pro haber usado el establecimiento y nos pide que le visitemso de nuevo. No lo descartamos. Tal vez pasemos por la misma carretera de regreso. Al hombre le elogiamos su voz de bajo. Cualquier cosa que dice parece que entona un blues.
Durante estos días estamos continuamente repensando la ruta a seguir. De una parte no queremos perdernos parte de los países más al oeste que nos hemos perdido al ir hacia Mali desde Nuackchott de otro lado las noticas de peligrosidad siempre son disuasorias. Hay otra cuestión: la climatología. Empezamos a temer cuando lleguen los meses de verdadero calor y las lluvias. No descartamos quedarnos a vivir el resto del año en una ciudad tranquila de tamaño medio pero por otra parte cuando llevamos unos cuantos días en el mismo lugar volvemos a tener mono de la carretera. Hasta ahora Ouaga ha sido donde ehemos estado mas tiempo: 6 noches seguidas.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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