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miércoles, 27 de febrero de 2008

En TOGO

Paisaje togoles



Mango, Togo viernes 22 Febrero 2008
Los pasos del viajero son predecibles por muchas, (vale, dejémoslo en algunas), aventuras que le aguarden. En el hola-adiós continuos por estar permanentemente, a veces diariamente, llegando a nuevos sitios le toca pasar por el exploratorio de lo básico: un restaurant, una sombra, un punto de internet, un lugar donde pernoctar, responder al ritual de las preguntas típicas, y –desde que estamos en zona bajo el dominio de los anópheles- echar una mirada a fondo si tenemos algún zancudo intruso dentro de la mosquitera.
Tras nuestra sobremesa de ordenadores nos fuimos al punto de la Poste en Koudougou que prometía haute debit.Teníamos que alimentar la tolva de los dígitos con más materia prima. La promesa de la pancarta de la fachada se correspondía con la velocidad de los ordenadores conectados a la única telaraña de la que nos sentimos huéspedes gratos, o arañas saltimbanquis, la triple dobleuve.
Cuando estás lejos de casa tiendes a creer que la gente querida se va a acordar más de ti o te va a tener más presente. Te abalanzas al primer cyber operativo que encuentras esperando todas las respuestas a la anterior tanda de emails. Deliras. Tras un rato de escrutinio con la barra de desplazamiento arriba-abajo pronto adviertes las ausencias y leídos los emails recibidos no siempre están a la altura esperada. Mientras tu estas en otra historia, en otros parajes, tratando de sacar fotografías a buitres o cocodrilos (los de verdad, no lo digo en sentido figurado), algunos emails te persiguen con antiguas historias de temas que se han quedado ya muy atrás. Otros, te desean suerte en tu viaje pero sin profundizar en tus meditaciones. Exceso de teca probablemente. He nacido demasiado pronto o demasiado tarde, ésta época desde luego nunca ha sido la mía. Para no contaminar las relaciones prefieres dejar de hablar de malentendidos y centrarte en las novedades de la vida. No hay manera más miserable de perder el tiempo que la de dejar de vivir el presente para seguir repasando cuentas con el pasado con quienes hacen de piedras pómez sus talismanes preferidos . Hay gente que no te perdona que te vayas por tantos meses seguidos o interpreta con eso una especie de abandono. Otra que ha descubierto que no eres quien pensaba que eras. En fin. Carpetazos y dedicación al momento.
El rato de cyber fue interrumpido por una francesa histriónica que se encontró con una nativa y gritaron a todo pulmón como si fueran las únicas residentes del espacio. Ella y su compañera habían coincidido con nosotros en el restaurant de la misma calle. Me abstuve de comentar, mais.. sommes nous au discotheque?. Unos minutos despues cuando la gala coincidió al lado de Vic en el puestito del ordenador y nos oyó hablar en español, nos dijo como muy sorprendida ¿qué hasseeen unos espagñoles en África? A lo cual le respondimos. C’ est vrai! N’ hi ha pas de français par lá, respondimos sardónicos. La mayor parte de extranjeros que venimos encontrando son franceses. Punto en boca, la conversación no prosperó hacia una tercera frase.
Tras mi hora de cyber y aguardando a que terminaran las dos horas de Vic (más relaciones ersonales= más tiempo de conexión digital) un chico que nos había abordado a la entrada seguía esperándonos a la salida por el solo deseo de platicar. Quería hablar y hablamos. Los francófonos utilizan la palabra discutir cuando proponen su deseo de comunicarse. A diferencia de lso chiapanecos que utilizan la de platicar, la de discutir tiene connotaciones sutiles que escapan al lenguaje hispano para el que discusión es igual a bronca o a crítica sin entrar en diferenciaciones. Mientras Vic iba terminando, el chico y yo hablamos de electrónica, de animismo y de la historia de su familia, hijo de un rey tribal que se trasladó a Burkina procedente de Nigeria. Me habló de una piedra mágica y del sacrificio del cordero para el cumplimiento de deseos concretos y ofreció organizar un ritual animista expreso si lo deseábamos. Lo desestimé. Me hizo recordar cuando estuve en Bahía que organizaban encuentros de macumba a la carta para satisfacción de turistas ávidos de emociones fuertes. A su solicitud le di nuestra dirección. Bueno, en realidad doy el referente de nuestro blog o bitácora de viaje donde se puede contactar con nosotros para reducir la cantidad de rato en escribir datos y para cumplir con una demanda que en el fondo no sirve de tanto. El blog lo escribimos en español y ni todo el mundo sabe acceder a él buscándolo desde el Google, ni todo el mundo sabe traducir el texto a su idioma una vez lo localiza. No siempre es así, en Niamey uno de los hombres de la tertulia de la noche anterior vino a la mañana siguiente con alguno de nuestros artículos traducido al inglés. Hemos tomado por costumbre dar la dirección del blog en lugar del email.O más exactamente la palabra clave de Jesvicmamor para localizarlo. Esta ha sido finalmente la sustituta de jesvic habida cuenta de su profusión en la red. El uno, el blog, permite dar a conocer más de nosotros, como somos, lo que pensamos, qué hacemos, por donde va nuestro trayecto; lo otro, la dirección electrónica, simplemente es un procedimiento de contacto, de interés un tanto material. Además el blog permite el contacto puesto que figura un enlace o un email para enviar mensajes personales.
Tras el contacto con el gran mundo, las personas que queremos y que nos quieren de nuestra España querida,(suena mal pero es rigurosamente exacto) nos instalamos bajo una farola en un lugar céntrico, sacamos nuestra mesita y preparamos la cena. Mientras Vic preparaba una ensalada, experta en combinaciones de tomate y aguacate, yo le pedí a uno de los chicos en bici si me prestaba la suya. N’ hi ha pas de probleme. Esa es la formula retórica estable que de entrada significa un sí pero que deja en el equívoco si es un si condicionado a un pago o no. Hacía meses que no iba en veló. La última vez que me llevé el microveló chino a Georgia solo lo usé un par o tres de veces en dos meses y medio. Afortunadamente en esta ocasión lo he desestimado. Muy bien, me monté en un veló escacharrado por un quilómetro con el cinturón de farolitos en mi cabeza. Cuando estoy emocionalmente tocado por algo me descubro haciendo cosas como ésta. Al cabo de un rato lo devolví. Por supuesto el dueño me pidió los farolitos. Entendió mi explicación sobre que los necesitábamos más que él para nuestros paseos nocturnos en silla de ruedas. Después de la cena a pie de calle nos ocupamos de buscar un lugar para dormir. El recinto de la paroise católica es un lugar muy desamparado y poco concurrido, nos pasamos a los contrarios y hablamos con el pasteur de una iglesia evangelista. Ninguna objeción. Pas de probleme.
La iglesia de la asamblea de dios (yo propondría una sustitución de substantivos aportando el de corral) todo un espectáculo. Antes de acostarnos estuvimos un buen rato escuchando los ensayos del coro con acompañamientos de guitarras eléctricas y batería. Puesto que no entendemos el significado de las estrofas nos parece una música relajante, la única palabra destacable es la de Jesus. Los burkinabé aprecian mucho tal nombre. Cuando nos presentamos los dos, el mío, Jesús, asociado con el de Victoria, nos convierte en la pareja nominal más solida de todos los tiempos: un combinado de la salvación eterna con el éxito en la vida terrena ante todas las batallas. Pasamos una noche con absoluta seguridad en un espacio limpio con las sonrisas del guarda y de unas cuantas mujeres que parecían habitar un pabellón. Por la mañana entré un momento en el templo movido por la curiosidad de otro griterío particular, éste más al puro estilo evangelista. Una mujer inflamaba las venas de sus oyentes, solo mujeres, media docena o poco más que estaban en actitud de acachadas con las cabezas cubiertas con las manos, alguna tirada literalmente sobre el banco. Todo un cuadro del Medioevo sin firma de autor. Oscurantista, triste y doloroso. La misma posición que la de anoche, de los creyentes del mismo lugar, una centena tal vez, todos hombres, arengados por el pastor. El tipo de meeting es de frases cortas y enérgicas. Tiene todo el estilo de la bronca pública ante la que se someten los súbditos. A cada oración un estertor de fondo de asentimiento. Debe ser algo así, porque sois malos, bauuuuhh, porque no tenéis perdón de dios, bauhhmmm, porque sois unos capullos bahummmm, porque os tenéis que arrepentir bauhhummm, pedir perdón bahummm, arrodillaros bahummm, porque todo lo que hace dios es justo bahuuummm, que Jesús es la única salvación cogni bahummm etc. Mi suposición es seguramente injusta pero la actitud de sumisión absoluta de los creyentes, en lo que sea, me hace temer lo peor para la salud mental comunitaria de la ciudad. Por otra parte Vic y yo comentamos que el hecho congregacional no deja de tener una energía especial, el simulacro de pertenecer a una ilusión. La leyenda de Marc 9, 23 rotulada en la pared me dice que yo también puedo estar de acuerdo en parte con muchos predicados parciales de los que se nutren las religiones. Tout és posible pour celui qui croit. La cuestión es en qué creer. No hay propuesta ideológica que no se alimente de algunas premisas válidas. Lo que toca considerar es el refrito que hace con todo ello y los resultados finales.
Cuando pedimos amparo en los recintos religiosos nadie nos pregunta si somos creyentes o no como condición sine qua non para su respuesta. Esto va a su favor. Nuestra condición de visitantes de templos, (un templo es un templo, una construcción con una particularidad que deja el mundo afuera y proporciona suficiente sosiego, frescor o lugar de reposo a la sombra, nucna olvidaré que los mexicanos los utilizan o utilizaban para ir a hacer siestas inequívocas:tumbados sobre los bancos) puede inducir a confusión. Somos hijos de la naturaleza, por tanto de la materia, no de ningún dios semental en fecundar paridoras o artesano ocupado en arcillas mal terminadas.
Tras Koudougou en lugar de seguir para Toma y Tougan, en el norte, dirección Mali, que nos aconsejó el último François, vamos en dirección a tomar la carretera central de Burkina, pasando por Poa y alcanzándola en Kokologho. Seguimos hasta Ouagadougou, la ciudad de las motocicletas, donde no nos detenemos salvo para alguna compra en la cuneta y proseguimos hasta Koupela donde tomamos la carretera hacia el sur dirección Togo. Después de deliberarlo elegimos ir hacia Togo en lugar de ir antes a Benin. La carretera es más fiable. En Tenkodogo nos detenemos para comer. Tomamos tres platos de espagueti entre los dos y desestimamos el couscous que tambien hemos encargado dándoselo a un niño de la lata. Tras la comida proseguimos hasta Bittou donde decidimos pasar la noche. Ésta vez sí cumplimos el criterio de no aventurarnos a ir a un sitio nuevo de noche. Pasamos un rato en el bar neurálgico de la localidad. Instalamos la furgo ocupando la mitad del recinto donde hay un bar, un lugar de comidas y un cyber. Vic trata de sacar una foto a unos buitres en el tejado pero un militar o poli sentado en una de las mesas cree que sale en el encuadre y le prohíbe hacerla. Yo me acerco al hombre y convierto a Vic en una famosa fotógrafa internacional asegurándole que él no es ningún objetivo artístico de ella. La foto se hace despues. Los buitres no tienen ninguna prisa en deshacer su formación sobre el tejado.
Mientras Vic dedica otra hora de internáutica en otro local del recinto yo leo a Pedrolo, ayudándome del farol frontal y hablo con una de las camareras interesado en su peluca. Me asegura que muchas chicas jóvenes las usan aunque no logra explicarme porqué. Cuando termina su turno de trabajo viene a despedirse.Nos damos la mano.
Ubicamos la furgo entre los camioneros. Cientos de traylers. Hablamos con algunos. Pasamos una noche tranquila. Hago un corto paseo por los alrededores. Algún negro me saluda a su usanza, bon soir le blanc, o bon soir blanc, jo replico a la inversa, bon soir le noir. Pronto añadiré a la alocución un discursito que ya tengo preparado: oui, je suis blanc e vous noir mais ça ne signifie rien, vous et moi nous devons vivre et nous connaitre comme persones. Evidentemente fracasaré. Tanta palabrería agota a cualquiera, mucho más si no detiene su paso para dedicar un rato al concepto con una calculadora de arquitecto o ingeniero en la mano.
Antes de amanecer los motores de los camiones empiezan a rugir y a enfilar el camino para las panzas burkinabé. Antes de que me de cuenta ya han establecido una línea sin apenas dejar paso de salida. Un chico ha de apartar una cinta para darnos paso. Paramos en el espacio del siguiente puesto de la gendarmerie esperando a que Vic termine de pasar por nuestro wc portátil y vestirse. Mientras que la noche termina por decidirse de desaparecer un policía viene a pedirnos los papeles. Le explico porque estamos parados ahí esperando que amanezca. Un rato despues ya es de día. A 38 kms está Togo. Llegamos sorteando una carretera asfaltada pero con agujeros. Las diligencias de salida en Cinkassé son rápidas. El kiosco aduanero con dos agujeros, uno para sortir otro para entrer, necesitan ser documentados gráficamente pero no nos dejan sacar ninguna foto con el cartel. El día en que entramos en Mauritania (la única frontera poblado de chozas hasta ahora) un aduanero advirtió como Vic sacaba una foto y saltó literalmente in situ alarmado como si les hubiera disparado con un bazoka. Tuve que demostrarle que eliminaba la foto de la cámara digital para que se diera por contntento y restablecer su cuota herida de poder. El día que se me ocurrió a mi documentar el la avalancha de la clientela en el garito de la embajada mauritana en Rabat fui interrogado por un agente del lugar del motivo de ese acto blasfemo citándome para la salida de mis diligencias para tenérselas conmigo como se merecía mi transgresión. Las imágenes siguen siendo un problema para demasiados guardianes de las mentiras.
Las diligencias para la entrada en Togo fáciles. 5000cfas para el laissez passer. Controles no exhaustivos de nuestras pertenencias. Entramos con el depósito casi en reserva y lo llenamos en una Total, nuestro establecimiento elegido para todo este viaje (no cobramos comisión por decirlo) 500 Cfas el litro, bastante más barato que en BF.
Un soldado armado nos para pedirnos que lo llevemos. Lo aceptamos en nuestro cubículo sagrado que a partir de ahora habrá quedado contaminado por tener durante una hora o más su fusil ametrallador a nuestro lado. Una de las paces sigue colgada como cortina en el interior, eso sí, con la palabra invertida, no por nada, siempre olvido de darle la vuelta. Seguimos hasta Mango donde nos instalamos en el Centre Comunitaire. Electricidad+flag+cocacola. Somos convidados de piedra a una descomunal bronca de la mujer del establecimiento que se ocupa de las brochettes de pescado con un cliente. En un momento dado están a punto de pegarse. Me junto a los que tratan de atenuar la tensión. Por un par de veces trato de separar a la mujer descomunal de su rol agresivo cogiéndola por la muñeca. La mujer es de armas tomar. No es la primera vez que asistimos al espectáculo de mujeres-dominio dándoles una paliza verbal a hombres prácticamente achantados. Si hay que comparar las mujeres negras que estamos viendo no tienen nada a ver con las mujeres magrebíes.
Con el país cambiado nos sentimos más relajados. La espina de habernos quedado sin recorrer Cote d’ Ivoire no nos la hemos sacado de dentro. No descartamos de volverlo a intentar desde Ghana. He preguntado sobre la cuestión de la validez de la visa d’ entente. El de Ouaga al parecer me mintió. Su validez no se pierde al cruzar Ghana. Veremos.
Cuantos más días pasan más cómodo me siento en el continente. Hay gestos que te hacen querer a la gente. En la carretera de vuelta a Bobo perdimos otro de los bidones del portaequipajes. Gracias a las señas de un ciclista con el que nos cruzamos pudimos recuperarlo. Casi estuve por besarlo. Le hice varios regalos. Ahora los hemos amarrado además de con las cinchas con una pequeña cuerda que esta unida a las barras.
En la carretera en las principales ciudades o en los puestos de peaje importantes cuando te detienes somos literalmente asaltados por un enjambre de muchachos y muchachas llevando de todo. El mercado nos sigue pasando por la ventana de casa. Sus antebrazos y lo que ofrezcan nos invaden dentro de la cabina. En uno de estos puestos compramos 22 bolsas de agua a una de las niñas. Ha hecho su jornal o varios. Son bolsas de medio litro de agua precintadas que se venden a 50cfas. Las he vaciado en nuestra garrafa de 20 litros. A los 50 días de viaje agotamos el agua corriente con la que rellenamos nuestros bidones tomada de Larache. Económicamente es mas rentable comprar estas bolsas que las botellas de litro y medio, que pueden costar entre 500 y 700cfas. El problema de las bolsas es que es un incordio vaciarlas y mucho mas beber directamente de ellas.
Tras cruzar las fronteras toca recordar donde estamos y advertir las diferencias. Hay formas recurrentes que continúan y otros detalles que se hacen esperar o que vamos descubriendo sobre la marcha. De entrada la gente togolaise nos parece encantadora. Nos acogen con simpatía y ahí donde vamos no paramos de recibir la fórmula mágica: bonne arrivée. Convertimos el bar del centro communautaire de Mango como nuestro cuartel despacho. Los lagartos están por alrededor con su gesto típico de parar y otear el espacio con un movimiento característico de la cabeza arriba y abajo. Tal vez si nos hacemos amigo de uno de ellos nos lo podamos llevar para que mantenga a ralla dentro de nuestra caracola a los seres más indeseables del universo: los mosquitos. Últimamente nos podemos permitir dormir con una ventana abierta porque no hay tantos aunque el clima refresca. Desde hace unos días estamos asistiendo a un fenómeno atmosférico de temporada: l’ armatane, una neblina de polvo en suspensión que simula la bruma del vapor pero que son partículas de polvo que vienen desde el norte. El escenario fantasmagórico resultante es curioso. Estamos en plena sabana aunque ningún león nos ha puesto en su programa de visitas.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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