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miércoles, 23 de enero de 2008

Pagar Peajes

Kiffa 18 enero 2008-Kubenni
El Aayoún significa ojos en árabe, es un nombre topográfico repetido en el mundo islámico.La seguridad de la carretera cambia completamente hasta Kiffa. Sigue asfaltada pero con muchos mas baches y en algunos tramos con radiers para las venidas de agua. A la altura de Tintane está cortada y hay que seguir durante unos 6 kms por una pista a ratos con arena bajo la cual hubo en algún tiempo asfalto. La inundación de agosto pasado mantiene cortada la carretera principal. Hay un enorme campamento de jaimas consistentes, con las letras ONG Espoir. Estamos recorriendo la carretera de la Esperanza. Con el italiano y la barcelonesa, también con uno de los franceses que no está en el proyecto de venta del coche usado, quedamos en encontrarnos en Kiffa para comer. No coincidimos. Ya que estuvimos toda la tarde y noche en el aeropuertos. A la mañana siguiente cargamos gasoil en una Total, otros 14mil uguiyas y seguimos hacia el Este. Desde Kiffa el paisaje cambia completamente. Las dunas tienden a quedar atrás. Hay más vegetación. En el Aaioun Artrous es el momento de bajar hacia el Sur y el asfalto vuelve a ser aceptable. La frontera con Mali esta a unos 150 kms.
Con los días vividos en Mauritania podemos emitir un primer veredicto: debe ser uno de los países más pobres de la tierra, y por paradojas estructurales del planeta, económicamente mucho más caro que Marruecos o a nosotros nos ha resultado más caro. Pagamos los precios de los tontos, los extranjeros pagan siempre más. Por un simple fusible nos han pedido 1000 uguiyas y por una tela de las que usan las mujeres para vestir con apresto, 3mil. Pagamos lo que nos parece razonable y no tenemos ningún inconveniente en decir a los nativos que sus precios pueden ser, y de hecho son, más altos que en Europa. Al menos en las zonas geográficas del superdesarrollo, los stocks y excesos industriales y sobre consumos vienen produciendo mercados de segunda mano y segundos y terceros precios. La cantinela de lo caro nos tememos que nos acompañe por bastantes lugares de África. Sabíamos que era cara pero no sospechábamos hasta que punto. El pago de los peajes tácitos o explícitos va a ser algo continuo. Hay dos clases de peajes: los oficiales y evidentes y aquellos a los que las picarescas lugareñas te emplazan. Las gestiones burocráticas forman parte de los primeros, los regalos condicionados sobre demanda o no tan espontáneas para ganarse la confianza de los lugares forman parte de los segundos. Un modo de entrar bien en un lugar es llevando cosas de regalos. Hay viajeros solidarios que van con este registro: el de pagar de algún modo por su presencia para que sea consentida repartiendo regalitos en la zona donde se instalan. No es o no queremos que sea nuestro estilo.
En Mauritania innumerables muchachos manejan carros con burros, otros llevan fardos de paja, 3 o cuatro sacos sobre sus cabezas recorriendo distancias considerables. Los típicos bidones de plástico amarillos para acarrear agua es una nota coloreada constante.
Vic ha empezado con sus ejercicios de meter un contrapeso a su cabeza con la ayuda de una bolsa de agua llena hasta una libra de peso. Es un artilugio que usa Nani Bermudez de El Puerto y que se lo recomendó. A la familia de guardeses del aeropuerto al vernos en posición OM sobre taburete, se descojonaron, (yo también lo probé una primera y me temo que única vez), les dijimos que era nuestra religión. Vic es el banco de pruebas ideal para toda clase de artilugios terapéuticos, su principal cliente, estoy por decir, que su fuente de inspiración. Yo la ayudo con los preparativos del aparato. Nada complicado: un triangulo recto de metal a modo de palo horizontal del ahorcado con dos poleas y una cuerda, en uno de los extremos una especie de cinta que pasa por debajo de la barbilla y por la nuca, al otro lado el contrapeso. El aparato de quita y pon se sostiene de la baca. Entre esto y un cajón repleto de medicinas más otra bolsa de ídem podemos pasar cuando menos por astronautas, otra lectura podría ser la de alquimistas fugitivos.
Lo uno por lo otro es una experta en alternativas domésticas. Ha preparado una tela de tul para que nos proteja de los mosquitos en nuestros descansos y para que nuestros sueños no estén poblados por monstruos. Las moscas por la noche duermen o al menos se están quietas y no son una verdadera molestia, lo son de día. La verdadera guerra contra los insectos está por empezar. La época de lluvias es la que puede traer comentarios de adversidades. De momento estamos en zona seca aunque ya nos han anunciado que los mosquitos que no encontramos en Mauritania los encontraremos en Mali.
Hasta ahora hemos hecho distintas pruebas para dar cosas de las que llevamos. En un collége de secundaria me acompañó una troupe de chicos e interrumpí la clase de uno de los profesores con todos los estudiantes asomados a la ventana para darle una bolsita de gomas y estilos. Por ese impresionante acto vinieron en mi búsqueda, el que se declaró como presidente de la asociación de padres de alumnos y otros dos hombres lanzados con un coche por la arena, para darnos las gracias encarecidas. Hacer de papá-noeles no es lo nuestro. Somos conscientes que con este tipo de gestos el blanco o el europeo pasan a ser significados como portadores de cadeaus. Por su parte el blanco que lo hace, nosotros sin ir más lejos, no hacen sino pagar sus peajes de una manera sutil, también podemos hablar de pago demorada de karmas por las barbaridades que hicieron nuestros antepasados europeos. De acuerdo con nuestra tesis crítica de la solidaridad, en el fondo es una forma de inversión y no solo a gran escala, el de las Ongs poderosas, sino también a pequeña escala es una manera de granjearse la confianza y el buen recibo en los lugares.
No tenemos ni podemos tener un criterio único según los lugares que vayamos nos vamos adaptando a cada sitio. En algunos sitios somos literalmente rodeados por docenas de críos, en otros siguen con sus juegos o sus trabajos sin molestarnos tras el primer rato de expectación. Tras pasar la noche en El Aayoun en otro puesto del Atlas nos hemos ubicado a la entrada de la ciudad, en realidad una pequeña población, para ser vistos por los de la comitiva si es que todavía están detrás de nosotros.
Una vez los lugareños nos integran como imagen de paso dejan de molestarnos. Eso no quita que ocasionalmente los niños pueden llegar a ser mas pesados que las moscas mas insistentes. Se te pegan como si fueras un papel de droguerías para engancharlas, das un paso y te siguen. Son una monada pero de lejos, aunque siempre hay que evaluar cada caso a la velocidad del rayo. Para ridiculizar una de las situaciones en Kubanni, e donde hemos pasado una noche he dados dos vueltas enteras y luego otra mas a la furgo llevando un par de baldes de agua que acaba de conseguir de un pozo para poder medio asearme. Todos detrás. Imposible buscar un lugar retirado. Al final solo he podido echarme uno de los potes por la cabeza.
Los mauritanos y malineses parecen tener buenas relaciones y pueden pasar de un país a otro sin visa. En el último puesto de douane, en Kubanni, ( todo el país es una aduana continua con innumerables puestos de control), desde el interior un vago echado en una estera en el suelo ha hecho señas de acercarnos con los pasaportes. Le he mostrado la señal de minus que no ha decodificado y finalmente he salido con las muletas para dárselos. En el puesto el chupatintas ha pedido excusas pero yo he insistido en mi papel de cojo. Un par de horas despuée que yo ya había olvidado esa comedia he paseado tranquilamente por delante del puesto y el poli me ha pillado in fraganti, (por un rato había olvidado aquello que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo). He disertado sobre una cojera espamódica que me viene cuando lleva horas con la pierna quieta conduciendo. El hombre se lo ha tragado. Luego hemos platicado un rato hasta justo ante de su oración, eso si, que por orar no quede, y he debido reconocer que la etiología de su vagancia puede ser una forma de protesta tanto contra su rol de vigilante como contra el visitante extranjero. La carretera hacia Mali por este lado, que es el recomendado y asfaltado, apenas es transitada. Hablando con la gente la visión dominante del europeo es que es rico. Jamás consideran la posibilidad que además de lso medios económicos o materiales también depende de cosas como la voluntad, la iniciativa y la organización personal lo que permita hacerlas. La posición de echado del vago es una imagen recurrente. Propongo una coartada para ella: la gente realmente no tiene un horario de reposo y entonces descansa en cuanto puede. Eso hace que puedas entrar a un negocio y te toque despertar al tendero que esta de bello durmiente en su... lo que sea.
Cadeau es una de las primeras palabras que aprenden los nativos ante el extranjero. Mucho nos tememos que una buena parte de África tendrá ese signo. Dar un cadeau no significa que te quites de encima a quien se lo has dado. A veces los niños se despiden tirándote una pedrada o lo que tienen a mano si se lo has negado. En Mauritania solo nos ha pasado una vez y no significa que ese episodio tenga que sucederles a otros viajeros. Puntualmente algún adulto nos escampa las moscas, que diga los niños. En el único auberge que hemos preguntado de Kubanni, la arena y la falta de equipamiento nos ha disuadido de usarlo. El problema de los que aspiran a nuevos ricos en Mauritania a costa de los extranjeros de paso es que piden precios sin contenidos que ofrecer. Ponen el nombre de un servicio pero no el servicio.
Casi todas las conversaciones empiezan igual: de donde vienes, ¡ah! ¿de Barcelona?, Ronaldinyo, Ethol, Barça. No pongo en dudo que quien fabricó la humanidad no fue dios sino una churrería ordinaria de barrio con aceite recalentado. Todo ese tipo de preguntas pueden apuntar a lo mismo y aburrido. La queja a la indiferencia recíproca de la gente entre sí de las culturas europeas nos convierte en candidatos dóciles a aguantar lo que sea de la gente movida por la curiosidad y a colgarse del recién llegado como tema de espectáculo. Ese interés hace regurgitar de algún lugar oculto de nuestra psique o de nuestro inconsciente colectivo, si realmente lo tenemos entrecomillando a Jung, el tiempo primigenio en que la gente se identificaba como parte de la misma familia y se interesaba por su bienestar. Es una hipótesis muy dulce que solo puedo apoyar con una conjetura no con una demostración. En tu condición de recién llegado a un sitio te toca discriminar entre quien te aborda por su interés en conocer, hablar, comunicar, compartir un rato a quien te ve como la clásica S cruzada verticalmente por la doble barra o ahora más modernamente, por la E con la doble barra del igual en horizontal. Portadores de dólares o de euros, tanto da, para el nativo puedes ser poco menos que alguien a quien sacarle algo de tajada. Conviene pues explicar siempre a priori lo que puede esperar de ti quien te aborda para no hacerle perder el tiempo y para que no te lo haga perder a ti.
Venimos haciendo más pernocta libre que no usando campings, tanto por lo que hace a sus no condiciones de uso, como al hecho de que hay muy pocos, pero también conviene considerar que los campings son endogámicos.Te ponen a distancia de los supuestos innumerables peligros y molestias de la calle. Exagero. No son tantos. Es distinta la primera impresión que te llevas de un lugar nada más llegar a la que destilas unas horas despues y sobre todo al día siguiente de estar en él. Tu percepción no está tan instruida para la negritud reinante como puedes suponer y de entrada es fácil que confundas unas caras con otras. Despues de persistir un rato en un lugar ves que hay una auto organización establecida: los comerciantes en sus tiendas, los controladores, las bandas de críos. En los campings-auberge no hay nativos como clientes salvo los empleados que tienen el comportamiento controlado por las condiciones por las que han sido contratados. Lo que mas se encuentra son extranjeros pagando su estancia a precios europeos. Los mauritanos en desplazamiento se alojan en otros sitios. En consecuencia en un camping o en un lugar de parada de viajeros se extranjeros se habla mas los idiomas de sus procedencias que los del lugar. Son lugares interesantes porque hacen de oficinas prácticas de intercambio de información pero son sesgados. Cada información aunque venga de la persona más razonable hay que tomarla con pinzas. Una de alguien de una expedición de free lances, haciendo un reportaje de la carretera de la Espoir, profesor de una universidad barcelonesa, no indicó que había sitios mucho mas interesantes en África que la visita de Senegal y Gambia. Sí, noi si. La escala de valores es distinta en cada persona y lo que busca un europeo no tiene porque buscarlo otro aunque cabe reconocer el común denominador de la búsqueda por una condición humana primitiva completamente olvidada en Europa.
A África hemos llegado tarde, antes de nosotros demasiados europeos han dando muestras de una Europa reluciente y una ideología deformada o que al menos no es la nuestra. Para el nativo un europeo es igual a otro. Nuestros esfuerzos para aclararle esa mentira son vanos pero no desistimos en nuestro empeño. Aunque queramos desmarcarnos de la inercia papanoelista nuestro viaje ha empezado con el signo del que trae cosas. La única diferencia con los reyes magos en los que como unos papanatas creíamos de niños, es que aquellos eran de oriente y traían cosas espectaculares no tanto por el incienso y la mirra sino por el otro, nosotros, insisto, no salimos de los bolígrafos que no escriben bien, las gomas de borrar y las gafas de sol que se rompen antes de sacarlas del envoltorio de plástico, además de cosas mas serias de material quirúrgico que esperemos que funcionen mejor para bien de los operados. No hemos llegado a una conclusión o criterio válido para dar cosas en ruta. Pensamos que nos toca intervenir poniendo los nombres en el lugar de lo que son y que un regalo es algo que se espontáneamente y no algo que se pide y que el intercambio es la mejor filosofía que se puede enseñar. De otro modo los europeos de ahora por hipiosos que sean y solidarios que se/nos crean/mos no han/hemos avanzado demasiado con respecto a cualquier embajador de la antigüedad que para contactar con otros países se hacían anteceder por el despliegue de presentes para allanar su negociación.
Despues de pasar una noche en Kubanni, al día siguiente con el jefe de la aduana, un hombre considerado que no estaba el día anterior, accedió a que consultara las hojas blancas que dan a la entrada del país y que aquí, por este lado cerca de la frontera se entregan. Así me enteré que el vehículo de Alex y Giusepe ya había pasado pero no qué día. La tarde anterior ya pregunté por esa consulta, pero ¡uf! la petición genero chispas en las neuronas del hombre al cargo del despacho junto al vago tumbado justo al lado.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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