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miércoles, 23 de enero de 2008

Calor soportable

Kiffa 16enero2008
Ala entrada de Kiffa nos detenemos en el Auberge Phare de Desert. Ahí han pasado la noche los de la comitiva de la que nos separamos ayer en el poste Chgueig, a unos 100 kms antes de la ciudad. Tras haber pasado los otros tres vehículos, el nuestro fue demorado por coincidir la hora de la plegaria a la cual se sumaron los polis. Viéndolos en su ritual uno los propondría para santos de escayola venerable. Era el crepúsculo y a partir de ese momento era difícil encontrar un sitio donde pernoctar. Lo hicimos en Guerou en el puesto de gasoil Star. El encargado ha estado ahí toda la noche y se han detenido algunos coches. Solo me he despertado una vez. No ha pedido nada por quedarnos. Antes de confiar plenamente en nuestra ubicación he dado un paseo por los alrededores y he entrado en un par de tiendas a preguntar. En Mauritania es mucho más difícil que en Marruecos encontrar gente que te entienda en francés.
En el Phare del Desert hemos tratado de negociar un precio bueno. Lo menos que aceptan es 1500um. A este ritmo de gasto por alojamiento el viaje africano nos puede resultar más caro que cualquier viaje por Europa o por América. 10euros diarios por los dos para dormir no es que sea mucho lo que pasa es que el único consumo que hacemos por esta cantidad es la del agua de la ducha. Hay otra razón para desestimar este camping: el puesto de control numero ene policial esta al lado. Hemos hecho diligencias al atravesarlo acostumbrándonos nosotros y acostumbrando a los controladores que no tenemos la famosa fiche y que la hemos gastado en controles anteriores, tampoco que tenemos cadeaus por la misma razón. Una doble mentira es mejor que una simple. Mientras esperábamos la devolución de los pasaportes, con el aduanero haciendo practicas de simpatía verbal que cobra unos 640mil uguiyas. Cifra a tomar en pinzas de momento. La idea dominante de los nativos es que todos los europeos somos ricos y ellos son pobres. Desde luego lo son más pero su economía básica de mercado no está muy bien organizada ya que los productos básicos son caros. No estamos de acuerdo en facilitarles las diligencias dando fiches preparados por nosotros. Alex y Giuseppe llegan a hacerlas a mano. Si no las tienes en muchos de ellos te devuelven los pasaportes por la fatiga que les da rellenar los datos a ellos.
En Kiffa una mujer me presta un cubo con agua y me indica el wc donde puedo ducharme. Vic hace de anfitriona del enjambre de críos que se nos ha reunido a un lado de la furgo. Reparto de gomas de borrar y pseudofrases francófonas. Alguno de los niños se encarama hasta el portaequipajes mientras estamos dentro con los ordenadores. Momento para cambiar de lugar. Vamos hasta el aeropuerto internacional (una explanada abandonada con un par de ancianos custodiándola) en el que nos aseguran que hay vuelos a Bamako y a Nuakchott. Es el momento del relax que nos permite trabajar en los ordenadores una vez nos refugiamos a la sombra del edificio. Nos ofrecen te según la forma acostumbrada de medio vasito que uno de los hombres prepara en un infiernillo con carbón. En realidad es azúcar con te en lugar de serlo al revés. Alex nos ha dado la noticia de un secuestro de italianos en la zona de Tumbuctú que tuvieron retenidos varios días y que les quitaron todo su material solidario de una ONG. Resulta curioso que de países, aparentemente tranquilos, como Mauritania y Mali, en los primeros de nuestro trayecto nos lleguen noticias de alarma. Estamos considerando la posibilidad de esconder uno de los ordenadores en el zulo y trabajar solo con el otro cuando atravesemos zonas difíciles. En el paso por Aleg nos detuvimos para comer pero el resto de la comitiva tenía más prisa y nos fuimos. Aleg lleva la marca del crimen de los franceses de cuya noticia nos habló por primera vez el hotelero de Martil. De haber ido solos posiblemente nos hubiéramos parado más rato. Giuseppe no estaba muy seguro con el lugar y los otros iban con prisa para llevar su Ford semiescacharrado a Mali para venderlo. Unos quilómetros después Alex tampoco tenía muy claro dormir fuera de un recinto. Nos ha sorprendido un poco que gente de ventipocos años sea más prudente, la palabra es intercambiable por la de miedosa, que nosotros. Justamente una de las ventajas que tiene ir en comitiva es que te permite elegir un lugar donde compartir la noche con mayor seguridad.
Ha empezado la calor. Desde Nuackchott hemos tomado dirección este. Todavía nos resistimos a dormir con las ventanas abiertas por temor a los mosquitos. La furgo sigue sin estar preparada en la cuestión fundamental de la mosquitera. Como profilaxis venimos tomando equinaccia, un compuesto de cobre-oro-plata, un compuesto vitamínico de Bs, Hidroxil, B1-B6-B12. Edum Palustre para repeler los mosquitos. Lo que no hemos empezado a tomar es antipalúdicos. Ni tenemos suficiente cantidad de Lariam o Melarone, ni estamos seguros que la mejor estrategia antipalúdica sea su ingesta atendiendo a todos sus efectos secundarios. Los meses que estuve en la zona de Centroamérica, de eso hace mas de 5 años, no tomé, tampoco tomaron otros cooperantes nada para la malaria. En aquella ocasión fui acribillado por mosquitos y chinches. La marca de alguno de estos últimos me la llevé de regreso a Barcelona por unas cuantas semanas más. Habría que averiguar el interés de algunas industrias que propician una mentalidad de inseguridad frente a esa enfermedad. Su prevención y su tratamiento es el mismo solo que a dosis distintas y la prevención (sea tomando una pastilla diaria o semanal según el producto) tampoco está garantizada al cien por ciento. En todo caso ha empezado nuestra auto vigilancia de los mosquitos intrusos. Nos falta ingeniar algún sistema para poner tela mosquitera a ambos lados de la cama.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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