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miércoles, 23 de enero de 2008

En el Sahel

Fancoume 20 enero 2008
Hemos dejado Mauritania y entramos en Mali por la ruta que es la mejor aunque otros recomiendan ir por Nemá. En el antiguo mapa de la Michelin figura que ésta que va hasta la frontera en Adel Bagrou es más importante pero no es así. Quizás lo fuera en algún tiempo. En el puesto de Mali nos han timado con 4000 cfa sin darnos ningún recibo por el trabajo de poner dos tampones. No estoy preparado para tanta insolencia. El puesto tiene algo de modernidad en comparación a todos los anteriores mauritanos. Hay media docena de petroleros e incluso me han invitado a sentarme en una silla descuajeringada antes unas mesas de despacho de metal torcidas. A los pocos kilómetros nos hemos encontrado con un Toyota averiado que pedía auxilio. Lo hemos remolcado unos 30 kms hasta la entrada de Nioro donde el siguiente puesto de control les ha pedido papeles que no tenían y ellos han desenganchado su cordón umbilical de nuestro carro. Al menos esta vez no nos han acusado de llevar chatarra robada a nuestras espaldas. En Nioro hemos estacionado el coche en la única calle comercial para comprar, sin bajarnos de la cabina, una tela que no ha resultado ser ni tan bonita ni tan barata, 3000cfa. La evidente distracción de nuestra parte al bloquear el paso nos ha supuesto la bronca de un motorista que al parecer tenia mucha prisa para llegar 30 metros más allá y de otro, tal vez el mismo, volviendo en sentido contrario golpeándonos con la mano la carrocería. En el Wester Union hemos tramitado l a Assurance por 4 meses para unos 15 países del oeste africano siguiendo con el cálculo promedio de estar una semana por país. Nos ha costado unos 60e. En esta ocasión el cálculo anti aritmético de los meses también ha llevado al tipo, que al menos ha usado una mecanográfica eléctrica que estaba en el suelo, a restar un total de día y medio. Se lo he hecho cambiar Tras resistirse aludiendo que la costumbre en Mali es esa, al final ha aceptado a regañadientes aunque no le ha convencido mi lógica que si un día es 20 es también 20 el día del mes anterior para cumplir eso, un mes, y ha puesto también la hora rigurosa. El acabose ha sido la vuelta al puesto de aduana donde ya habíamos estado para hablar con el responsable del laisez passer, un documento que cuesta 9400 cfa y que viene a ser el carnet de passage pero en cuya lista de los 13 países que lo exigen no figura el país. El tipo al cargo no ha parado de decir que era domingo y los domingos no se trabajaba. He apelado a la solidaridad y al estado de Vic que necesitaba llegar a un hotel en Bamako el mismo día. El tipo se ha puesto a trabajar. Ese es un verbo gratuito para la ocasión. A cada tantos minutos yo miraba de reojo el progreso de las líneas de su impreso. El acto final ha sido cuando el hombre con el tampón suspendido se ha pasado, no un, dos, cinco segundos, diez ni veinte sino hasta 30 antes de decirse a estamparlo. No he querido intervenir ayudándole a su puño bamboleante con el cacharro en el aire porque mi anterior ofrecimiento de rellenarle yo el impreso lo ha desestimado. Borracho o no el hombre ha cumplido. Uff! El país ha dado un paso de gigante con este acto sorpresa. Ante la factura he protestado. He reunido 8000 cfa, los últimos que nos quedaban y le he propuesto que ponga él el resto a cambio de un par de pastillas por el dolor en la espalda que no paraba de comentarme. Lamentablemente nuestra farmaciola no dispone de arsénico. A fuerza de cuantificar el contacto con la chusma solo me auxilia el sueño ideal de buscar un asteroide lo suficientemente grande para que quepan todos los indeseables y se antropofagociten entre ellos. Entraríamos en una conversación de orden mayor. Hemos gastado en un par de horas en Mali los 80euros que habíamos cambiado en St. Sadurní aquella tarde de sábado que fuimos reunir información a la ONG Ajuda al Desenvolupament.
La carretera hacia Bamako es impecable. Incluso hay algunos puntos de ampliación con la P y algunos señalizadores, también los nombres y distancias de las ciudades perfectamente indicados. Al poco rato de estar en Mali ya se tiene la sensación de que es un país mucho más rico que Mauritania. La geografía es Sahel, hay mas vegetación, Hemos visto los primeros baobab y a la primera oportunidad de arboles con sombra accesible, en Fancoume Kagore, nos hemos instalado y nos hemos dejado llevar por la curiosidad de la gente. Los niños también vienen con la palabra clave cadeau-cadeau. Cada veza que la escuchamos sabemos que estamos pagando por practicas reprobables de turistas santones que van de samuráis con palillos de dientes en el lugar del guarda espadas tradicional. Los niños son tranquilos y les ha complacido hacernos fotos con ellos. Yo he sido acompañado por una parte de ellos a hacer un paseo, a visitar la escuela y a contactar con el profesor a quien le he ofrecido gomas de borrar para el día siguiente. A la hora de acostarnos he dado la mano a cada uno de los niños y se han ido tranquilos aunque alguno esperaba algún regalo. Los niños de estas semanas me hacen recordar travesuras de mi propia época de crío, ante lo que llamábamos los veraneantes y que tenían suntuosas casas, nos parecía entonces, en mi ciudad natal lugar en algún tiempo más fresco y tranquilo que la metrópoli barcelonesa. Recuerdo una ocasión que ante mi casa natal paró un coche ultimo modelo Ford negro ovalado, con un hombre y una mujer, él no paró de fumar en todo el rato, y ella, elegante, haciendo no sé que, estuvimos todos los niños moscosos sin perdernos detalle del acontecimiento. Europa ha tenido no hace tantas décadas otras realidades típicas del subdesarrollo tanto económico como mental.
He hecho algunas fotos también de mujeres bajo sus fardos de leña para la cocina. Al principio no querían luego han aceptado. Como siempre hemos recogido algunas palabras para decir lo básico; hola: Annulah o adiós Kambé. Siempre sorprende que uses voces que puedan reconocer.
Mirando el mapa es casi totalmente seguro que no de haber llevado la mercancía solidaria habríamos pasado antes por Senegal Gambia y las Guineas antes de entrar en Mali. Por otra parte haber seguido hacia el Este también entra dentro de nuestros planes el hecho de zigzaguear para recorrer la mayor cantidad posible de países.
En Mali se ven camiones-autobuses con supercargas arriba enrolladas con redes y alguna gente sobre los bultos. Es una figura típica que haya un hombre sentado sin ninguna clase de arnés que lo asegure con sus pies sobre la cabina del camión y su culo sobre la mercancía o sus pies colgando cuando la mercancía es voluminosa que es lo habitual. De hecho la envergadura de esta supera en volumen a la del propio vehículo. Se ve gente con motos y camiones que transportan mercancía de todo tipo. También hemos visto un tractor moderno y todo apunta que Bamako es una ciudad más moderna que Nuackchott.
En el puesto del borracho del tampón suspendido de medio minuto hemos coincidido con un par de franceses de edad medianera más duchos en las Áfricas y más dispuestos a aguantarlo todo. Con uno de ellos con apellido español, Guy García, hemos platicado sobre paciencia y que todo este asunto de cruzar por las burocratadas del continente es un juego pero que incluso un juego tiene sus límites. También hemos hablado sobre su nombre personal, el prenom, para terminar de pasar el rato. La primera vez que me carteé con un francés llamado Guy al que no conocía en persona, algo que duró unas cuantas cartas, lo confundí con el de una chica dando lugar a una curiosa confusión literaria. A su compañero de vehículo, el borracho quería que le diera un masaje en la espalda y por su parte se ha entretenido en enrollarle un extremo de su mostacho, si no fuera porque lo he visto y porque ahora lo estoy escribiendo no me lo creería si alguien me lo contara. El francés lo ha aceptado como parte de la comedia que le toca pasar al viajero. Ambos van a seguir la ruta que nosotros pensamos hacer por Níger, al menos hasta Niamey.
Inevitablemente una parte considerable de nuestro tiempo, o tal vez ha sido desde toda la historia, el de todo viajero, se lo lleva la estupidez ritualística de los controles. Ser inteligente no te libra de hacer el estúpido si estás entre estúpidos. Contar el número de veces de estos eventos aunque se ajuste a la realidad puede ser cansado para su lectura.
Aunque estamos todavía en los prolegómenos de este viaje ya nos ha dado tiempo de reconsiderarlo. A parte de pasarnos un año por el continente, ¿las experiencias que sumemos lo van a justificar? Antes de ir a Chiapas y a Centroamérica (viaje que compartí con Misse y al que no vino Vic por las evidentes dificultades que suponía estar en la selva y utilizar los transportes públicos para los desplazamientos) recuerdo que las valoraciones críticas que hicimos de ir como cooperantes se nos confirmaron sobradamente una vez en la selva. Por mucho que el europeo quiera respetar la idiosincrasia de cada lugar lo que no puede hacerse es un nudo a su garganta y dejar de practicar la critica honesta pero no menos rigurosa. En innumerables sitios del subdesarrollo hay algo de lo subjetivo que lo explica. Echarle todas las culpas al colonialismo y a la expoliación extranjera es demasiado exagerado. Intuyo que tras este viaje nuestra condición crítica a la solidaridad incondicional se verá considerablemente aumentada. La gran paradoja de lo que empezamos a ver es lo siguiente: los paraísos en bruto. El filón de ellos no ha hecho más que empezar, la pregunta es porque no son reconstruidos como tales ni así reconocidos por sus nativos pensando que lo mejor está en aquello que para la estructura del sistema mundial les va a continuar siendo inalcanzable a su mayoría.
Ya sé que si tienes ideas adoptadas a priori antes de ir a un sitio pueden actuar como preconceptos que te hagan ignorar los datos que te las cuestionen. Dejémoslo en un fifty-fifty: ni puedes ir en blanco a los lugares donde vas porque cuentas con unas referencias y documentación previas ni puedes suponer que lo sabes todo de ellos lo cual estaría en contradicción con el hecho de ir a visitarlos y conocerlos. El viaje mismo te va colocando en tu lugar y a parte de todo lo que tengas leído y oído sobre los sitios nada de esto te quita la libertad ni el trabajo de llegar a tus propias conclusiones. No hay dos viajes ni dos viajeros iguales ni siquiera en el caso de que se haga el mismo itinerario e incluso se comparta el mismo medio de viaje.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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