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domingo, 11 de enero de 2009

Presentación. Otra ventana Indiscreta

El Puerto de Santa María 11 enero 2008
Este es un libro de crónica empezado dos meses antes de un viaje por el Oeste de África que dedicamos en el 2008. Como en cualquier otro libro cada capítulo cuenta con que han sido leídos los anteriores, con lo que referencias o menciones que puedan parecer incompletas han sido previamente relatadas. Ciertamente, hay dosieres de artículos que cada uno se puede leer en el orden que se prefiera y sin ser necesaria la lectura de los otros. Pero este no es el caso que nos ocupa. Lo aconsejable en un libro es empezar leyéndolo en la primera página y terminándolo en la última. Reconocemos que en un mundo en el que la característica principal de sus ciudadanos es que no tienen tiempo (o el que lo tiene lo dedica a otras actividades que le resulten más estimulativas que la lectura) se está configurando un perfil de lectores que planean sobre los libros sin meterse en ellos. Con sus ojos de buenos cuberos emitirán veredictos y juicios, a veces, más que radicales, crueles; aunque cuando se les pregunte un por qué no sabrán mencionar las cosas concretas que no entienden o no les gustan o, señalándolas, no habrán reparado en otros aspectos. Son las lecturas en zigzag o en diagonal alejadas de la lectura tradicional, la lineal-longitudinal, que no ha podido superada por ninguna otra ni las facultades telépatas son tantas como para poder pasar a otras formas mas avanzadas, En la blogosfera actual también se da una curiosidad añadida de los últimos tiempos modernos postchaplinianos: hay gente que escribe, que cree que lo que dice es supe interesante y que sin embargo no lee dedicando un tácito desprecio a lo escrito por los demás.
Los ecos de la Net que hacen distintos tipos de canales televisivos buscan los blogs de noticias o que contengan informaciones destacables. Es difícil que éste sea elegido para salir en pantalla puesto que todo lo que propone es una disertación de viaje conforme lo hemos ido haciendo. Para nuestra propia sorpresa hicimos un viaje que no teníamos inicialmente previsto: desistimos de hacer una carrera de gestiones cruzando fronteras para hacer más vida doméstica y tranquila en unas cuantas ciudades y lugares vividos. Renunciamos a la proeza multiquilométrica para detenernos en la cotidianeidad. Posiblemente nuestro plan inicial de ir con una furgo-camper por un continente con una red viaria deplorable, una minusvalía severa de uno de nosotros y una silla de ruedas manual fue mas voluntarista que planeada. Presumimos que las dificultades las iríamos resolviendo sobre la marcha y que las informaciones que nos faltaba sobre peligros y burocratadas los iríamos averiguando sobre el terreno.
La extensión de todo este libro está abierto a los distintos tipos potenciales de lectores: a los que leen planeando, a los que leen desde la primera palabra hasta la última, a los que solo miran a los fotos, a los que hacen comentarios elogiosos, a los que hacen comentarios muy negativos y encima no dan el nombre, a los que se aburren al comprobar que pueden haber párrafos más largos que una página, a los que buscan información sobre los países que hemos recorrido, a los amantes de la geografía, a los amantes de interioridades, a los amantes de la filosofía, a los viajeros en globo y especialmente a los que siéndolo nunca tuvieron la oportunidad de subir en alguno. Y está dedicado sobre todo a los viajeros y a los quieren reflexionar sobre otro punto de vista sobre África desacreditando la bondad blanca de misioneros y oenegeros y últimamente de árabes, chinos y japoneses.
Nuestro agradecimiento mayúsculo a todas las personas que han sido citadas incluidas las que no compartimos entente o credo sin ellas no hubiera habido crónica. Que nos perdonen las que metemos dentro de la ironía, sin humor no es posible enfrentarlo todo. No es un libro de viajes en el sentido de proezas geográficas sino un libro por la vida, la nuestra, que a ratos pasa por los asientos quietos y a ratos por las carreteras.
Hemos dedicado unos cientos de miles de palabras a decir lo que hemos visto pero también lo que somos. De la lupa de veinte aumentos aquí no se salva ni dios: nuestras arrugas también son mostradas y no solo las de otros.
Nos gusta la vida cómoda pero no hasta el punto de que nos moleste incomodarnos para conocer otras formas de vida y tratar unas veces desde la prosa y en ultima instancia desde el verso con lo que nos vamos encontrando, es decir con quienes hemos ido contactando. Todas las vidas son novelas por mucho que creamos que son algo absolutamente único o extraordinario, y todas las personas son/somos personajes por mucho que nos creamos estar por encima de las vicisitudes ordinarias. Nosotros somos personajes que hemos querido hacer de autores y buscarle el revés de las cosas sin dejarnos de reír cuando la ironía es el único recurso subsistencial. Nos reímos de las situaciones, pero nos gusta cambiar la proposición y decir que nos reímos con los que nos dan motivo para ello y desde lugares de la comicidad. De, con, desde…no solamente son coordenadas también somos los sujetos que hemos sido hechos de tiempo y espacio a parte de un óvulo y un esperamtozo y supuestamente un rato de placer y de amor de nuestros procreators.
Este es un libro que además de hacer una crónica fraccionaria y sesgada de un viaje también hace la crónica de si mismo. Nuevos estilos de redacción llevan al metatema aún antes de agotar el tema. Cada vez que hablamos de lo que somos y lo que pintamos introducimos cuñas que escapan a lo que hacemos y por donde vamos. Demasiadas palabras para decir que las escribimos desde tal lugar o tal otro. Para los amantes telegráficos también hay una dedicatoria: consultad la fecha a pie de cada capitulo para saber el lugar en el que estábamos y punto, aunque el estar no es lo que mas distingue al ser y, hasta nuevo aviso, nosotros nos seguimos creyendo seres, no por ninguna pertenencia a una raza especial sino porque nos da la gana de ser nosotros mismos independientemente de si estamos en tales o cuales latitudes y longitudes.
Inevitablemente al hacer una crónica toca valorar situaciones y personas. El reportero independiente no llama por teléfono al citado que sale en su crónica para preguntarle si está de acuerdo con la línea que le dedica con substantivos y adjetivos determinados. De hacerlo, la mayor parte del trabajo seria llamar a uno y a otro y en todo caso el resultado del trabajo no tendría nada que ver con un reportaje, seria mas bien una declaración conjunta y consignada. Nos habría agradado que nuestros cronigrafíados se enzarzaran en peleas lingüísticas con nosotros de no estar de acuerdo con el retrato con los que hemos representado. No ha sido así aunque siempre hemos dado el site para que pudieran consultarlo. Probablemente una crónica colgada en un blog que reciba cada dia las objeciones de los propios personajes daría lugar a un segundo libro en paralelo y seria toda una aventura literaria. Tal vez lo consigamos en otra ocasión. Sin duda hablar de gente francófona en castellano ha dificultado las cosas en este sentido. Por lo que hemos opinado públicamente estamos expuestos a ser muy criticados, aunque hasta ahora no nos ha llegado ninguna cita para la lapidación. Puestos a decir cosas feas todo el mundo las dice aunque por lo general todo el mundo las calle como compostura de etiqueta. Sacha Guitry fue muy ocurrente al decir lo siguiente “si los que hablan mal de mi supieran exactamente lo que yo pienso de ellos todavía hablarían peor”. A pesar de algunos retratos irónicos nuestra analiticidad ha llegado tan lejos en forma de filo de navaja como ha podido con lo cual en lugar de ser lapidados a tomatazos lo seriamos con un cargamento de adoquines al estilo nigeriano de acuerdo con la ley sharia.
Todas las miradas a lo ajeno son indiscretas, una crónica que no se quede en la performance también. Si además destapa los propios trapos sucios tenemos función doble.
Un viaje existencial es una crónica-análisis que proporciona un punto de vista distinto del África doliente y retrasada. No retrata tato un continente de miserias como uno de oportunismos en el que o están exentos los racismos nativos frente al extranjero. Los famosos padecimientos de hambrunas y enfermedades son un tanto discutibles y por encima de todos sus males, la desidia, la negligencia y la corrupción están detrás directa o indirectamente de cada problema concreto y de cada macro problema. La discusión a las conductas es una constante también a las nuestras en calidad de observadores ambulantes. Es el típico texto que no puede hacer amigos ni generar simpatías. Desbanca la tesis hegemonista de la solidaridad a ultranza y propone que el sentimiento de culpa de los blancos, directamente nutrida por su criticable pasado colonialista, sea autocríticamente desentimentalizado. El blanco-padrino cargado de ayudas y de un altruista inveterado genera procesos contrarios al levantamiento autónomo de las economías locales. Esa es la paradoja de la solidaridad cuando se vuelve en contra de los solidarizados por mucho que calme las conciencias beatas de los solidarios. Este es un eje troncal del libro, aunque ese no era su objetivo sino el de ponernos a prueba como viajeros sabáticos por un año, en nuestra convivencia un tanto bohemia y alejada de los discursos europeos. Los ecos de la crisis financiera del 2008, anunciada desde años anteriores y que seguiría posteriormente no nos afectaron psicológica ni económicamente por el momento. Vivir en Europa significa someterse a un envoltorio de incertidumbres distintas a vivir en África. En Europa hay muchas historias echadas a perder, en África se siguen modelos externos para echar a perder sus extensiones ricas y bellas. La solidaridad industrial a escala masiva es una forma de neocolonialismo e injerencia en asuntos internas que afectan a la dignidad étnica por un lado e indirectamente ayudan al parasitismo social. Una interpretación dura para un continente del que se sigue recibiendo noticias de conflictos, muertes, estadísticas infladas de hambrunas pero también de unas élites poderosas indispuestas a resolver las endemias de sus pueblos. Un viaje Existencial es un libro que puede servir para exculpar a quien no hace nada a favor de esta parte de África, mas atrasada comparativamente a la oriental y para reflexionar sobre el victimismo blanco ante los atrasos del subdesarrollo. El subdesarrollo es la tesis demagógica de los poderosos locales para implorar ayudas sin auto organizar sus recursos. No hay ayuda posible a quien no quiere ayudarse a si mismo. Este tipo de crítica no significa negar la solidaridad en otras latitudes y de otras formas. Aún en las condiciones más extremas ayudar con los productos materiales a quienes necesitan asistencia sanitaria o alimentaria solo son medidas provisionales y puntuales. La ayuda material es inevitablemente siempre coyuntural si no apunta a las soluciones estructurales que no pueden ser definitivamente sólidas sin modificar profundamente planteamiento de vida y de gobierno.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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