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PSICONEWS

lunes, 5 de mayo de 2008

Reactivándonos

Monseñor Ceferin, fundador de las carmelitas de Mundaso, con sus monjitas





Centre Culturel francés de Bobó con Clovis
Maldita pista mordida por los 4X4






Habitación












Nuestro barrio en las carmelitas







Bobo Dioulasso 3 mayo 2008
Todo depende del color de tu cristal con el que te tomas las cosas. Lo que dijo Lin Yutang para el paisaje también vale para cualquier cosa mirada. La mitad de su belleza depende de lo que es y la otra mitad de quien la mira. No me parece exagerar si digo que encontramos lugares dignísimos de los que el paraíso terrenal debería tomar modelo. Hemos estado siendo huéspedes de una colección de terratenientes que son afables y que nos los llevaremos como figuras entrañables en nuestro álbum de recuerdos. A ratos algunos estropicios me apuñalan la sensibilidad: los eucaliptus grandes abatidos por las hachas me hieren. Muchos de ellos están en el suelo mientras estamos en el monasterio Carmel. Las hachas que resuenan al cortarlos suenan a secos, tal vez lleven bastante tiempo asi. También he visto algunos otros no eucaliptus abatidos. Las razones de que chupan demasiada agua o desnutren los suelos siguen sin convencerme. En caso de tala impostergable se podía haber conservado alguno. Su olor y su altura siempre me dejan admirado. El conejo de Carroll se encontró un día en que le habían cortado los eucaliptus que el plantó sus hermanos de cofradía sin que se lo dijeran. Vic dice que la vida rural significa sacrificar una vida para obtener otra y que toca elegir tomando decisiones difíciles. La cuestión es que vemos en toda partes eucaliptus cortados y con rebrotes de tres o cuatro subtroncos desde la cepa dejada dando un aspecto de semibosque a lo que hubo en su lugar.
Dedogou esta a 130 kms de pista de Koudougou, el trayecto mas largo sin suelo asfaltico que hemos cogido hasta ahora. Creo que nos empezamos a dejar de tonterías por las calles de Lomé tras los italianos y el coche atrotinado de ella, Katia. Para conocer África hay que ir por muchos lugares donde no hay asfalto. Al hacerlo ponemos en peligro nuestra maquina. La experiencia bien vale cambiar los amortiguadores y los frenos e incluso. ¿Por qué no el vehículo entero? ¡No la furgo, no, es nuestra casa! El vehículo lo necesitamos para seguir pero también para volver a nuestra Barnápolis. Además, aunque a un ritmo bajo, compramos souvenirs y tenemos intención de comprar más cosas cuando ya decidamos tomar la ruta de vuelta, tal vez koras y djambes, cuyos volúmenes son considerables.
Las carmelitas descalzas nos proponen participar de la recreación tras la cena, de 20h a 21h, ni un minuto más. Su organización horaria es admirable pero la verdad es que si pueden hacer excepciones. Es la primera vez que veo en la práctica lo que es una recreación. Reaprendo el nombre aunque ya lo había oído en otras ocasiones. Cada día lo hacen dos veces. Admiro los horarios monacales. Tiene algo de victoria sobre el tiempo aunque no pueden evitar ir tras el horario pero he visto varias veces como llevan escondido el reloj en el bolsillo. Vic y yo reconjugamos el verbo recrear, nos acordamos de nuestros recreos infantiles de los coles y nos podemos de acuerdo en que la palabra es vigente. Al fin y al cabo un espacio lúdico y de conversación es un modo de recrear quien eres ante la vida y los demás. Las 11 soeurs se presentan y nos dan la mano una a una, la mayoría son tologuesas. Otras seis, las mas jóvenes, faltan porque se fueron a Cote d’ Ivoire a un encuentro de juventudes. Los encuentros congregacionales de varios centros sirven para darse energia y ánimos las unas a las otras. Han ido en tren desde Bobo y luego tienen apalabrado un vehículo que las lleve al sur. Que valientes. La hermana Roser Sacristán nos dice lo mucho que le pedían ir en vehículo por la ruta que nosotros intentamos un tiempo atrás. Roser se llama de segundo apellido Balmes, su linaje esta emparentado con el famoso autor de el Criterio, un libro que anduvo siempre por mi primera casa en una edición antigua de tapas duras azules y que traté de empezar a leer sin conseguirlo nunca. La mayoría de carmelitas de Moundasso son tologuesas, algunas malinesas y otras europeas. Nosotros les contamos nuestro periplo africano y lo que nos viene ralentizando desde hace ya dos meses. Los creyentes vocacionales son muy discretos al preguntarnos sobre si tenemos o no fe. En todo caso enseguida y pronto se ve que no somos practicantes. Cuando alguien nos pregunta directamente, depende del tono o intención de la pregunta explicamos más o menos sobre lo que somos y lo que pensamos. Cualquiera de las palabras claves: ateísmo, agnosticismo o apostasía no sirven de mucho. Preferimos decir algo de nuestra filosofía: la defensa de la espiritualidad con la prescindibilidad del rito. El religiosismo práctico tiene tantas variantes que cada profesional de su medio, por su propia supervivencia y equilibrio mental, ha tenido que aceptar que no hay ninguna religión garantista de nada. De todos modos nunca nos agota la capacidad de sorprendernos que gente muy inteligente, instruida, abnegada y pletórica de vida sea capaz de atribuir las últimas causas de todo a una instancia todopoderosa.
Las dos habitaciones tomadas forman parte de un pabellón de un total de cinco. En principio las tomamos estando solos. Tiene una cerca propia en la que hemos metido la furgo. Volvemos a gozar de las ventajas de un chalet. Nos acogen las sinfonías de siempre: pájaros, los arboles movidos por el viento, cada hora pasa un vehículo (un camión, un cuatro por cuatro o un autobús por la pista de tierra) a unos 400 metros de donde estamos. Por cierto, Roser nos dijo que por tres veces el presupuesto para asfaltarla desapareció. Los defraudadores mostraban fotos de otras pistas en proceso de asfaltado del país. Hace tiempo que debería haberse construido un firme. La crítica que como ecologistas hemos hecho repetidamente a la sociedad del asfalto y del plástico no nos impide reconocer el valor de ambas cosas para las sociedades modernas y para facilitar la vida.
Ha pasado ya una tercera parte del calendario que teníamos previsto para esta cita africana. Estamos en el continente que más tiempo tiene pero a pesar de todo el tiempo va pasando. El discurso sobre el tiempo es un tema troncal de la vida. Mientras se habla de él la vida va pasando y este año concreto de 2008 también.
Las habitaciones que hemos tomado hasta ahora no han estado mal. Siempre puedes contar con una ducha, una mesa y con enchufes, algunos con restricciones. Las personalizamos con nuestras telas y en nuestras camas no faltas nuestras almohadas de plumas, verdaderos fetiches para placeres adivinables. La mía es la más larga con la cual me enrosco y a la que Vic llama mi amante, la única permitida; la suya es la mas corta. He olvidado si de niño tuve un oso de peluche. Isaac sí tuvo uno enrome, lo tuvo en su habitación hasta prácticamente que el alcanzó su altura. Me suena que sí tuve algo que almacenaba ácaros, tal vez un conejo felpudo. Creo que esa fue una de las razones por las que nunca quise hacerme cazador de liebres, tampoco de ningún otro tipo de animal. Las carmelas son una orden completamente distinta a las hasta ahora visitadas. Son dicharacheras. Viene todo el grupo hasta el refectorio despues de la cena para presentar sus saludos al obispo con el que hemos compartido mesa y que se instala para descansar un día despues de nosotros en la habitación de al lado. Antes de conocerlo ya nos vienen a hablar de él. Es la ilustrísima de la zona. Un hombre que ha viajado repetidas veces a España haciendo el circuito Madrid-Castellón-Albacete; entiende español aunque con nosotros no lo habla apenas. Esta de reposo a causa de su corazón cansado y operado. Las hermanas lo agasajan y miman con comida especial para él: quesitos, miel,…con un verdadero encanto además de procurarle comida de régimen.
A causa del ataque de mosquitos en masa, el mayor que he recibido hasta ahora, estamos menos noches. Una novicia a la espera de ser propuesta para la consagración definitiva, Marie Louise, es la que se ocupa de darnos habitaciones y traernos la comida. Saluda o llama a Vic tanto una vez al venirnos a avisar de que la comida estaba lista como otras al llegar a la sala de comida. Ya estoy acostumbrado de ese tipo de sutiles discriminaciones. Vic se da cuenta ¿y tú que? me dice. Yo no existo, es por eso que escribo un viaje existencial para contrarrestar mi falta de existencia en otros aspectos. Cuando digo que Vic es la reina no me lo invento. Simplemente lo compruebo. En torno a su cabeza hay un halo circular como el representado para los santos y todo su cuerpo tiene un envoltorio electromagnético detectable por una simple cámara kirlian de mechero, fenómenos ambos ante los que se rinde todo el mundo. Hemos de averiguar como anda la nomina del santoral para proponer a Victorina como santa sin cartera para añadir a la lista de canonizaciones pendientes; desbancaría sin duda puntos neurálgicos como Lourdes o Fátima y podríamos hacer de la localidad residencial que eligiéramos un nuevo punto mediático para feligresías con considerables entradas de divisas. Los ayuntamientos se la rifarían y traspasarían como los jugadores futbolísticos de mayor caché. En serio, Vic tiene algo especial. Las hermanas enseguida se prenden de ella además se dan cuenta que estamos enamorados. Mis miradas de búho no han pasado desapercibidas. Sonríe, es optimista y nunca demuestra fatiga alguna. Pase lo que pase, aunque el suelo desaparezca ella es radiantemente feliz. La implico más que convencerla para que de un concierto al clarinete. La tercera y ultima noche que estamos alojados el rato de recreación recrea el mismo circulo de asientos en el patio y yo hago las presentaciones: Victoria Martínez venida directamente de Catalunya para complaceros con tres interpretaciones breves: un fragmento del don Giovanni, el Red River Valey y una hebrea. También añadimos al programa a Danielle, una soeur de Lome, vivía justo al lado de Chez Alice donde sigue su familia, y hace años había tocado el clarinete pero no se lo trajo a la congregación por temor a crear molestias en la comunidad.
Al día siguiente antes de salir nos hacemos fotos de grupo y nos despedimos cariñosamente. A Vic solo le caen 3 lágrimas pero son de cocodrilo, suficientes para lavarse otra vez la cara durante esta mañana.
Nos acercamos a Dedogou a pocos quilómetros poniendo fin a unos 135 kms de pista. Desde aquí tomamos dirección sur para Bobo Dioulasso. Una vez aquí volvemos a tomar posiciones en el centre Cultural Français, primero en la biblioteca. En la otra ocasión no pudimos usarla por estar cerrada al público por inventario. En esta ocasión nos hemos puesto en la única mesa alta de la sección infantil, en realidad la mesa es de púberas: un abanico de preciosas niñas ya mujeres repasando cuentos ilustrados con dibujos.
Antes de llegar a Bobo nos hemos detenido a una sombra junto a la estación de Kouentou. En seguida hemos recibido la visita de curiosos. En esta ocasión las prácticas de clarinete no han concentrado demasiado la atención. Los pitidos descontrolados por no tener el clarinete a tono han ahuyentado la mayor parte del personal A un grupo de niños, los mas leales en la audición, les hemos regalado una cosa, como solo teníamos una la hemos rifado entre seis. Les ha costado entender lo que es un sorteo pero han respetado el resultado.
La convalecencia no ha terminado pero por primera vez en cinco semanas Vic vuelve a ocupar el asiento contiguo al conductor en la cabina de mandos. Vuelvo a conducir acompañado. Ella, que es la encargada también de la música envasada, recupera el CD encallado en la ranura (¡maldito Fiat y el concesionario que nos lo vendió! La radio y algunos de los bafles no han funcionado desde que lo compramos) y pone Piratas de Dagoll Dagom y jazz. Volvemos a ser un dúo en primera plana. Ya no me siento solo en la conducción.
En el centro cultural en Bobo nos encontramos con Clauvix que sigue en el mismo puesto del bar con algo más de gene pero sin clientela demasiada que le haga consumiciones.
Durante esta primera parte de la convalecencia de Vic hemos utilizado 6 habitaciones seguidas y una séptima tras una noche de prueba en que volvimos a la cama de la furgo. Este periodo monacal nos ha proporcionado una bonita experiencia de sosiego y de contacto con personas que, sí, definitivamente, son, nos parecen, son, la verdad es que son, felices. Parece que tienen poco que ver con los monasterios europeos. En todo caso lo poco que se de los de clausura no tienen nada que ver con los de aquí. La palabra cloture pone una separación entre un ámbito territorial privado y sus visitantes pero la clausura es una manera de denominar una actividad de puertas para adentro distinta a la del apostolado. Lo más que me llevo conmigo de los monjes y monjas con los que hemos podido tratar y hablar algo estas semanas es sus semblantes apaciguados. Creo que pueden dar grandes ideas acerca de lo que es la felicidad. ¿Luego entonces la felicidad pasa por disminuir al máximo el trato con el mundo externo? Algo de eso hay: a menor trato con el mundo mayor reducción de variables y por tanto de conflictividad real. Vivir sin conflictos es lo mas parecido a vivir en paz. Lo que mas me ha legado de ellos es su bondad ¿se puede decir innata? Nos saludan a nuestra salida convencidos que no hay ningún sitio donde ir en este mundo salvo al centro de uno mismo. Vayas donde vayas siempre te toca ir contigo. ¡Que lata! o ¡qué suerte! El monje retirado no lo es tanto y contra lo que pueda pensarse no es una figura aislada. Puede seguir el mundo tal vez mejor que lo que el mismo mundo se sigue a si mismo. Finalmente todo cuadra: que Correcaminos no quisiera perder tiempo verbal con nosotros o que el Conejo de Carroll no se aprendiera nuestros nombres nos coloca en el papel real que tenemos: el de viajeros sin rumbo, con una fecha limite por referente y con un criterio-esponja de absorber lo que se nos presente; por tanto el de viajeros sin un gran proyecto que ofrecer a nadie salvo el de llenarnos de anécdotas. El monje debe saber que lo mejor de una anécdota son las múltiples interpretaciones que se pueden hacer en solitario y que más que acumular muchas de ellas lo mejor es destilarlo todo de las que ya se tengan. En todo caso los nos despiden cariñosa y socarronamente seguramente con la total convicción de que vayamos donde vayamos solo hay un lugar en el mundo donde se puede estar: el de la paz contigo mismo.
Repetir lugares en los que hemos estado nos seguriza. Estamos en el patio del centro francés mientras termino de escribir esto con libre disposición de enchufes de farolas, esperando unos espagueti a la carbonara y una audición prevista de jazz para esta noche, El siguiente paso pasa por repetir en Ouaga la misma gestión burocrática el próximo lunes, Pedir permiso y pagar la tasa correspondiente por estar ubicados en una geografía es lo que peor llevo. Me molesta perder tiempo y dinero con esto. Pero la verdad es que cada perdida de tiempo en despachos truculentos no dejo de proporcionar golosas curiosidades (en el que expiden el tema de visados había tantos legajos de papeles con los infelices secretarios abajo que me quedé con las ganas de hacer fotos para premios kafquianos) en cuanto al dinero, el dinero es solo dinero, no es lo mas importante que una persona tiene.

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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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