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domingo, 27 de abril de 2008

Sin Infos

Vic en el salón del apartamnto del monasterio de las benedictinas
En nuestra nevera nuestras provisiones

Nuestro chalet con nuestra rampa portátil






Koubri 23 abril 2008
Un proverbio italiano recomienda pensar mucho, hablar poco y escribir menos. Desde antes de conocerlo ya venia aplicándolo en los dos primeros consejos, en la tercera lo desobedezco rotundamente, pero reconozco la razón por la que se dijo: todo lo que uno escribe se le puede volver en contra. Escribir es atreverse a exhibir las propias contradicciones, en particular cuando una crónica de ti mismo te lleva por lugares que no tenías previsto y a vivir experiencias que no habías programado, también a manifestar conductas para las que no estás habituado.

Nuestra casita en territorio de benedictinas tiene un patio y unos cuantos árboles pequeños y deshojados que no dan sombra. La furgo se achicharra ahí con resignación. Hay una pequeña cancela y un cencerro a modo de campana para avisar si llega alguien. Recibimos algunas visitas. Soeur Marie, después de reclamarla varias veces, viene a ver lo que puede hacer por nosotros. Le muestro los presentes: los dos planteles y la acompaño hasta su zona de huerta de regadío donde tienen varias clases de arboles frutales. Me dice que en realidad no es la monja encargada de los vergeles sino su substituta. La otra está fuera. Como en todas las comunidades religiosas en ésta hay una parte de miembros que están de viaje (para nosotros es un misterio como consiguen autofinanciarse tan bien y pagar tantos vuelos). En la huerta obtienen el agua con unas motobombas que rescatan desde un estanque natural. La zona de los mangos plantados hace 35 años es frondosa. Hace que nos acompañe uno de los muchachos con un azadón atrotinado. Es uno de los varios chicos y chicas que trabajan para ellos a cambio de ayudas que les han pedido o pequeños salarios. Los establecimientos monacales generan bastantes puestos de trabajo. Sor María busca cuidadosamente el emplazamiento primero para el pomme acajou, un árbol que da un tipo de fruto muy curioso que no se conoce en Europa que recuerda un poco a la forma del pimiento con un peciolo que lo borda como sombrero y después, en otra zona, para el pomelo. Ambos han sido plantados junto a compañeros de especie. En uno añado por iniciativa propia estiércol seco aunque mi acompañante me previene del peligro de las termitas. Las termitas construyen esas enormes arquitecturas de barro junto a los árboles, a veces rodeando su tronco completamente. Están por todas partes aunque siempre guardando distancia ecológica entre ellas. Para un entomólogo enterrarse dentro de una y estudiar su vida como visitante científico debe de ser uno de los placeres más apasionantes. El grueso de sus paredes debe proteger de las duras radiaciones solares. Quedamos con que a nuestro regreso si volviéramos otra vez visitaremos los árboles para ver como han crecido los niñitos.
Soeur Marie me cuenta un proyecto que tienen a medio terminar que empezó una pareja europea ya de edad consistente en un criadero de un alga beneficiosa para la salud, la espirouline. Una mañana él, de unos 75 años, se levantó con media cara paralizada por una hemorragia que tuvo durante la noche durmiendo. Tuvieron que regresar a Francia (no valemos nada, especialmente los hombres). La idea de proponer proyectos concretos en espacios que puedan garantizar su mantenimiento o continuidad viene a mi mente. Vic y yo siempre protestamos por no tener una casa de verdad con territorio suficiente para realizar alguno de nuestros sueños de archivo como autosuficiencia con energia alternativa, un jardín para trofoterapia o una espaciosa biblioteca. Llevamos años ahorrando para comprarla pero todavía no hemos decidido donde ni para cuando. Tenemos el dinero para adquirirla en algunos países y solo una parte para otros, dadas las abismales diferencias de precios. Siempre que vemos un posible lugar para esto en nuestros viajes por Europa nos toca valorarlo todo: infraestructuras urbanas cercanas, especialmente hospitales, accesibilidad en el terreno, suministros,…El viaje africano nos hace pensar que hay muchos sitios donde se puede residir aunque sin duda alguna tenemos nostalgia del Mediterráneo o al menos de algún mar o gran lago. Vic y yo tenemos ideas distintas sobre lo mucho o lo menos que ofrece España. Ninguno de los dos tiene mucho de patriota pero los lazos de sangre aprietan y la estabilidad hispana en comparación a los cromos mundanos es envidiable.
Vivir en un apartamento de no mas de 100 m2 contando la superficie del patio que es lo que tenemos en Barnápolis nos tiene (o mejor dicho, tenía) en un cierto agobio. No es una cuestión de dinero si no de decisión aunque todo influye. Jean Paul Getty dijo que si puedes contar tu dinero es que no eres un hombre verdaderamente rico. La decisión es más mía, Vic es la que presiona más. Yo preferiría seguir dedicando los últimos 5 años antes de que toquen las campanadas de los 60 de edad como viajeros y luego instalarnos en algún lugar apacible, espacioso, con internet y sin mosquitos y con un aeropuerto no muy lejos pero para eso hay que ponerse las pilas y buscarlo antes. Lord Byron hablaba de que había peregrinos de la eternidad cuya nave errante se zarandeaba de aquí para allá sin echar nunca anclas. Bueno tampoco hay que tomarlo mucho en serio. El ser humano no es tan nómada como parece. Es tan territorialista que toma posiciones seguras ahí donde va. Nosotros no somos una excepción.

Estamos viviendo estos meses prácticamente sin informaciones. Algún email de Europa, uno de Ignacio, nos refiere un terremoto cerca de donde estuvimos, en Tanguieta, que no nos ha afectado. Desde nuestra perspectiva vivimos en la total tranquilidad, solo nos faltaría hacer un trío con Eva, o con Adán, para estar en el paraíso terrenal. Hablando de ellos por cierto, Sor Verónica los refirió el otro día como los principales responsables del sufrimiento moderno del ser humano para encajar el revés de la caída de Vic. Nos explicó que el origen de todo sufrimiento es la desobediencia de nuestros primeros padres terrenales y su orden ruega a dios para pedir el perdón de todos los pecados. Su inocencia nos cautivó. Deberíamos rebobinar nuestras biografías, empezar de nuevo para vivir vidas completamente ingenuas. Si los localizamos (a los protagonistas de la manzana prohibida) les pasaremos la factura de nuestros males. Si alguien tiene contacto con ellos que nos avise.
Despues de unas cuantas comidas juntos en un refectorio de interior sin ventanas y con un altavoz que conecta con la lectura de las hermanas en la misma hora de comida en refectorio aparte, pedimos usar el de el lado que esa más aireado y que tiene luz natural y no hay que levantarse para pasar las cosas de un lado al oro de una mesa cuadrada enorme. El altavoz me ha recordado los cinco años que fui a un colegio de frailes en el que las aulas tenían aparatitos parecidos por los cuales el director daba órdenes y trataba de controlar a los alumnos aunque no nos viera. Era a finales de la década de los 50 cuando el espionaje todavía carecía de la sofisticación que ha alcanzado posteriormente.
Vicenzo se ha ido tras ser la alegría de la mesa y desplegar sus conocimientos de por donde anda su orden, (por cierto tienen un hospital en St Pere de Ribes en el que fue atendida Vic en su accidente de coche al salir disparada por su ventana por la colisión en el cruce de Aiguamolls) y contarnos algunas de sus barbaridades: estuvo a punto de perder el pie por gangrena por zambullirlo con una herida abierta en un charco inmundo. Su experiencia como enfermero no le evitó dar, literalmente, ese mal paso. Finalmente averiguo que la túnica de los Camilos, su orden, es la que lleva y no tiene nada que ver con la reencarnación de un cruzado medieval.
El refectorio de las monjas está no muy lejos del nuestro. Hay un pequeño patio por medio. Las vemos comiendo en silencio centradas en la lectura o ensimismadas en no sabemos qué. Por la noche el mismo espacio tiene una televisión y por la pantalla hay seres que también llevan sus mismos hábitos. No sabemos si miran un video o es un canal especial para religiosas. Su imagen tranquila a ratos me mueve a un extraño sentimiento entre pena y admiración. Nos gusten o no, las comunidades religiosas demuestran una estabilidad y continuidad a lo largo de los siglos de la que quedan muy lejos otras asociaciones seglares con las boquitas llenas de fantasiosas ideas alternativas y con los proyectos reales bastante encallados.
Una de las soeurs, sor Cristine Kondo, que está de paso y procede de otra congregación saint Gildas, fundado por Pere Gabriel Deshaye de la Bretagne, que se ocupa de la revisión de nuevas solicitantes de monjas viene a nuestra sala de estar en la casa que ocupamos a ver videoclips que no conoce y a tomar un sirope con agua. Agua fría con sirope es uno de los lujos que se permite la gente más austera que conocemos. Hemos probado el de tamarindo pero el de limón lo supera.
No paramos de recibir visitas. Nos visita alguna chica que le damos algo de ropa. Luego vendrá en otra ocasión acompañada. Le damos agua y asiento, no dicen nada. Su francés es escaso.
Nos visita otra soeur, Marie Inmaculade Dick, de Palamu, Togo, que está de paso durante un periodo de reposo enfrentando su crisis pastoral. Es habitual que la extensa red organizativa de establecimientos religiosos se apoye mutuamente, aun siendo de órdenes distintos, prestándose sus logísticas. Su congregación está dedicada a la difusión de textos religiosos y ante su tienda de libros empezó a concentrarse niños de la calle, abandonados, de todas las edades, a partir de mostrar su interés por ellos. Se plantea trabajar a favor de ellos pero eso está en contradicción con su continuidad dentro de la congregación.
Ante personalidades entregadas como la suya a causas tan altruistas no podemos por menos que compararnos y declarar que nuestra energia en esa dirección está bastante agotada. Desde hace tiempo somos seres eshaustos con todas las coartadas teóricas indispensables para, en la práctica, no hacer nada por los demás, salvo defender criterios que no se traducen en ninguna acción movilizante. Tenemos bien aprendida la tesis de que combatir los efectos sin hacerlo con las causas termina por no arreglar nada. Lao Tsé tambien dijo lo de dar el pescado para calmar el hambre de un dia y enseñar a pescar paracalmar el de toda una vida. Al parecer en el pasado no andaban muy provistos de parábolas y unas religiones se nutrian de los decires de otras.
Estamos al corriente de la negligencia e irresponsabilidad de chicos y chicas jóvenes cuyas biologías les empujan a la paternidad/maternidad sin constituirse en familia, los unos porque solo pretendían el goce de un polvo y las otras porque se encontraran con la realidad de un bombo sin ser conscientes del significado de eso y de sus futuros personales marcados por esa procreación no planificada. Niñas-madre que nunca podrán ser mujeres libres. Hay centros auspiciados por religiosas que se ocupan de ellas, se ocupan de paliar la malnutrición infantil, como uno en Diabo. Por ninguna parte hay campañas a favor del aborto o de la maternidad elegida conscientemente. En todas las ciudades africanas faltan centros de planning, lugares donde ir a consultar en caso de embarazo y desamparo. En Europa las duras luchas por el derecho al aborto costaron mucho y tuvieron (siguen teniendo) muchos detractores. El derecho a disponer del propio cuerpo es la primera condición de la libertad personal. Todos los países tienen población sobrante. Engendrar hijos ya no es una cuestión de supervivencia de las familias o de las etnias tal como se ha estimado antropológicamente durante mucho tiempo. Parir terminará por convertirse en un acto criminal. Un día u otro los estados intervendrán de una manera punitiva ante la procreación irresponsable. Ya empezó a hacerlo China de alguna manera con la política del hijo único.
En el refectoire para visitantes de las benedictinas van llegando caras nuevas. Como suele ser lo habitual la gente pone cara de tímida y de silencio. Estamos algo confundidos sobre el hecho silencioso, si es vocacional o simplemente el resultado de la inhibición. Apoyamos la segunda explicación. Soeur Lea Belemsaga es la excepción. Habla. Trabaja para los handicapés. Hablamos con ella sobre Lilianne, una holandesa de la que nos han hablado en distintas partes, y su fundación para minus. Le disgusta también la actitud cabizbaja de los nativos que hablan en voz que por timidez que es inaudible y que no se atreven a cruzar el umbral de la puerta si vienen a decir algo. La pose de los esclavos. A una pareja que se incorpora a la mesa les preguntamos si son pareja al llevar ambos el mismo tipo de alianza de oro, contestan que sí entre risitas nerviosas y suponemos que sonrojados aunque no les notamos el cambio de color en la piel.
Vic sigue siendo en todas partes la estrella. Ahora, con sus movimientos más cadenciados por ir en el trono de ruedas, su cabellera larga y suelta con las puntas ya encanecidas por no utilizar tinte, le dan un aspecto venerable. Le basta su sonrisa y un par de frases para dominar cada situación. Es el personaje ideal para la gente alicaída, triste o hueca. Con su chasquido de dedos los saca de la tristeza o de su mal momento. Ella por su parte disimula perfectamente su dolor. Su sonrisa radiante jamás permite sospechar que sigue en plena convalecencia. Su ayuda de cámara, yo, la lleva cada día por tres veces desde el chalecito a unos cientos de metros en donde esta el comedor.
La clase de comida preparada tiene bastante de incomible e inapetente. Eso nos hace pensar volver a las redentoristas en otro monasterio que tienen en Kiri para devolvernos a los placeres del paladar. La lujuria de la carne nunca está muy lejos del pensamiento que nos traemos entre manos.
Vic también me hace de auxiliar de a bordo. Tomo con mis labios de la palma de su mano las dos bolitas de ledum palustre 7ch para ahuyentar los mosquis que siguen prefiriéndome como su plato elegido. Los actuales ni siquiera los veo pero hacen de mis codos un colador de marcas dolorosas, (nunca podre decir que soy rechazado totalmente. Algunos predadores me prefieren).
A las tres semanas de silla de ruedas diaria Vic da unos pasitos con el mecano puesto. Todavía le duele mucho la pierna pero ha empezado a hacer un poco de ejercicio cada día de pie para no quedarse clavada en el asiento.
Soeur Cristine, viene a despedirse a nuestra sala de trabajo en la casita. Foto y sonrisas.

A estas alturas sabemos que en África se pude vivir con una cierta calidad y sobre todo calidez humana. Con el alquiler de nuestros dos apartamentos en Barnápolis podemos pagar de sobra los consumos aquí y disponer de tiempo libre. África tiene la mayor y más importante de las materias primas: el tiempo libre de los africanos. Los europeos ya no saben lo que es eso. La cuestión es encontrar lugares bonitos de estancia. Las relaciones no hay que buscarlas, vienen espontáneamente, otro asunto es nuestras ocupaciones creativas: el clarinete y los ratos de ordenador nos llenan pero tal vez no lo suficiente. Yo aprovecho los after de las clases autodidactas de Vic al montarlo para soplarle algunas notas. Llevo más de un año que no salgo de una melodía que compuse. No tengo su disciplina musical y ella no se atreve con solos creativos.

Boukaré kinoré y Amado su hermano vienen a visitarnos a la casa. Los hemos visto antes de salir del refectoire, nos han saludado pero no nos hemos detenido a hablar con ellos. Tal vez nos estaban esperando o han venido expresamente para conocernos porque alguien les ha dicho que una pareja de europeos esta instalada aquí. Estamos a unos 7 kms del asfalto, es decir del verdadero Koubrí. Como otros visitantes antes de entrar nos han avisado dando palmadas secas a modo de anunciar su presencia. Despues de un tortuoso prolegómeno nos han pedido consejo para financiar su asociación dedicada a los minus. Durante la conversación nos ha referido a un amigo suyo que vive en Bindé de koubri dirección Ghana, un hombre de 55 años que tiene 35 mujeres y mas de 200 hijos en una misma concentración. Algún detalle nos ha hecho considerar la poligamia a gran escala como esta como una forma empresarial de las relaciones humanas donde las mujeres tienen garantizada la supervivencia. A fin de cuentas el más fuerte de la manada puede enfrenar más eficazmente otros peligros externos. La referencia nos llama la atención lo suficiente como para incluso introducir la visita del hombre en nuestros planes. Quizás es el estudio en directo de una forma de vida que estábamos esperando. Los africanos abordan los temas indirectamente. Antes de las preguntas o respuestas directas hay una danza con las palabras. Cuando unos días despues los visitamos en su centro hablo por teléfono con Nava Shanam el semental antes referido.
Cada vez que decimos “los africanos” cometemos un acto de injusticia lingüística, lo mismo al decir “los europeos” o “los americanos”. –si lo hacemos es porque nos falta suficiente conocimiento y detallismo para distinguir diferentes conductas entre etnias y pueblos. La visita al centro de handicapé nos sumerge en una especie de dialogo sin salida. De una parte la demanda de ellos es de padrinos y de tipo general. Su cantinela mas repetida es la de que no tienen medios, pero mientras nos están contando esto lo hacen en un patio que es una verdadera pocilga con varias personas ociosas sin hacer nada, con la mitad de las instalaciones sin arreglar, con un par de maquinas Singer sin usar. Pedro Calderón de la Barca decía de no dar nunca consejo a quien te pida dinero pero tampoco aconsejo, que yo sepa, dárselo. En este caso sugiero de comprarles arboles para su patio si están dispuestos a regarlos y ocuparse de ellos.
Por doquier asistimos a dos tipos de estampas: los que se pasan el día sin trabajar y los que trabajan. No muy lejos de nuestra reunión a laque se va añadiendo la muchachada, se sienta, escucha aunque no entiende (mucha gente desescolrizada solo habla moré y no entiende francés) hay un chico que trabaja horadando pedazos de tronco de karité con lso que hace los mortiers (teogos) y los djambe (gongongo).Flipo con su tenacidad y eficacia. Le digo que ahora no puedo comprarle pero que antes de regresar a España me gustaría hacerlo.
Nos despedimos de los gestores de la asociación Tinon quedando para otro día a cambio de que ellos arreglen su espacio, al menos lo limpien y garanticen reunir gente para tener otra reunión. De alguna manera nuestro discurso les puede defraudar porque esperan cheques firmados en blanco pero si es así no lo manifiestan. Cuando dejamos la reunión vemos a tres chicos despedazando un árbol. No les gusta que les fotografiemos. Nuestra furgo en silencio sigue opinando que los trees are life. Y nuestra contradicción nos hace apreciar la maravilla artesanal sacada de un tronco de árbol de Tessare el artesano con el que he hablado antes. Aprovechamos la visita para devolveré la caja de los 12 envases de flag. No compramos más. Nuestra economía no está para superfluos. Tenemos el dinero justo para pagar una semana más en el monasterio vecino, el de los benedictinos. En el de ellas hemos pagado 52500 cefas por 7 días.
Prácticamente llevamos meses desconectados del cruel mundo exterior. Nuestro receptor de radio no siempre sintoniza programas informativos y desde que hacemos vida monacal la mayor parte del tiempo no entramos dentro de la furgo. Por las visitas que recibimos (daría para poner una oficina de consejeros) nos enteramos de alguna cosa. Marie Immaculade nos trae la noticia de la muerte d ‘ Aimé Cesaire escritor de Martinica, nonagenario. Escribió un discours sur le colonialisme
Vivimos sin noticias. Un ejemplar de Le monde de enero pasado, traído posiblemente por los anteriores inquilinos, lo hemos repasado varias veces. Nos enteramos de la muerte de Boby Fischer.
Por las noches ponemos nuestra mesita de aluminio, saco otra silla a la que se pasa Vic para su comodidad y ante el porche jugamos una partida de ajedrez mientras la luna ha estado creciendo estos días y en la que mis fichas atosigan las de mi contrincante. J. Benet sentencia que los peones solo tienen una dirección de avance mientras que las piezas mayores pueden retroceder o cambiar de sentido. Bueno, es una máxima con trampa. No hay una afrenta peor para un rey que intervenga un peón en su jaque mate. Le han tenido que ir muy mal las cosas para llegar a esta encrucijada.
Las mesas de los refectorios cambian prácticamente cada día. Un hombre vestido de blanco, alto, impertérrito, que se deja servir por las monjas. La Hildagaard, la hotelera, le trae dos botellas de vino a elegir, toma la bandeja de l segundo plato se la lleve y la devuelve recargad. El hombre, un arzobispo, lleva un sello de oro cuya traducción en dinero permitiría vivir a toda la población rural de la zona durante algún tiempo. Lea introduce el tema de que no me ha visto en misa. Las monjas tienen una forma curiosa de decirte que vas a un servicio, anunciándote a que hora es. A Vic la he acompañado a otra, está interesada en los cánticos y los instrumentos musicales, a la hora de comulgar le toca decir varias veces que no cuando le ofrecen el cuerpo de Cristo. Lea me pregunta porque no he ido, le decimos que no somos practicantes que ya lo fuimos durante unos 10 años de nuestra vida. La verdad es que de tarde en tarde nos colamos en algún ritual. Todavía recordamos el de una iglesia católica en la Grand ave o Main ave de Rochester, donde el cura hacia salir a distintos feligreses para contar distintas cosas, una verdadera asamblea popular, o al menos un festín de la palabra, que continuo luego con un ágape.
Miramos alguna posibilidad como la casa de hermitage hasta la que nos acompaña Lea. A los 7 días la hotelera no esconde una cierta prisa para que nos vayamos. 7 días despues de llegar al monastere benedictine cambiamos de alojamiento. Hemos estado de un lunes tarde al siguiente lunes tarde.
Tras una semana de estancia le pagamos 7mil por la habitación (que no tiene gasto alguno de mantenimiento salvo la luz) mas 500cefas diarios de luz, total 52.500. La comida no es nada valorable. A diferencia de la de Diabo no es recomendable (salsas de tomate con pedacitos de astillas de huesos de carne, arroz pegado. Lo único mencionable han sido los desayunos y las confituras de limón y el yogurt que ellas mismas fabrican y comercializan. Olor de fondo de pescado para gatos). La variedad de personal en la mesa, la segunda mesa término también por ser cuadrangular para 4 asientos por lado de tal manera que para alcanzar las fuentes había que hacer importantes gestos gimnásticos. Hemos pagado con gusto la estancia. A la hora de lavar, la vajilla se hace entre todos según una costumbre que hemos visto que se practica en otros establecimientos similares. En varias ocasiones cuando yo he llegado el primero me he puesto a lavar, en seguida una soeur ha dicho de sustituirme dando por seguro que iba a cederle el puesto. Lo hice en una ocasión pero no en las siguientes. Les debe sorprender que un hombre enjabone la vajilla, tal vez porque su fama de inútil –algo que puedo subscribir- solo permite relegarlo a una categoría inferior: la de enjuagar y secar u ordenarla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre que puedo leo sobre vuestro viaje. Es realmente una gran aventura. Que disfruteis cada momento y aqui os esperamos.
Besos Rosângela

rocio prima dijo...

¿No habeis considerado instalaros en Francia?. Tiene muchas ventajas. La tierra es mucho mas barata que en España (sorprendentemente), las casas de campo son estupendas, las infraestructuras buenisimas, está al lado de España, tiene un movimiento campesino potente, conoceis el idioma, la gente del campo en francia es encantadora, los pueblos tienen de todo, la campiña es preciosa ..... Supongo que algun conque tendrá que tener que desconozco (¿impuestos?), porque no es posible que haya tantas ventajas.

Los frutos del acajú se conocen en Europa como anacardos, y los venden en todas las tiendas de frutos secos. Lo que se desconoce aqui son las nueces de karité, con la que se elabora una mantequilla. ¿La habeis probado?. Tengo curiosidad en saber como son, asi que si veis un arbol con sus nueces os agadecería que colgarais una foto.

Espero, vic, que estés mas repuestita.

Buen viaje y buena suerte

Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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