Rabat 2 enero 2007
Si Cadiz es una buena introducción a Marruecos, Marruecos lo es a Africa. Africa queda abajo para los marroquíes. No se identifican con el resto del continente y no entienden mucho que vamos a hacer allí. En un sentido inverso España no pertenecía a Europa hasta hace poco. La percepción de los españoles era que Europa empezaba al norte de los pirineos y la de los centro y nordeuropeos era que África empezaba al sur de ellos. Ciertamente para nosotros las novedades empezarán en el África negra o más exactamente desde la frontera con Mauritania.
Seguimos ruta hacia el sur. Nos detenemos en Kenitra durante un rato. Usamos un cyber por una hora. El problema de los cyber es que en su mayoría son locales exiguos con espacios estrechos para así sacarles más rendimiento ubicando una mayor cantidad de ordenadores. Aunque llevemos los textos preparados en memorys para USBs, previamente escritos en nuestros ordenadores hay dos clases de problemas: uno es que los sistemas operativos de ambos son Windows-vista, con lo cual los textos producidos en ellos no son automáticamente legibles en Windows xp. Otra es que su lentitud convierte la inserción de artículos en la red en algo penoso y lento, especialmente ralentizado por la inserción de imágenes adjuntas. Vic tiene más problemas que yo con insertar los suyos. Eso demora sus aportaciones haciendo de nuestro diario de bitácora algo mas producido por mí que por ambos.
Seguimos hasta Sale donde vamos a pasar la noche. Cenamos en uno de los baretos donde se especializan en hariras, frites, ensaladas, pescado y pollo. Pagamos 25 dh. Los precios habituales para dos suelen rondar los 50dh.Despues de eso nos estacionamos frente a un local publico de un arrondissement lleno de bloques nuevos en cuya esquina hay un guardián vestido de civil con el que hablamos. Le informo de nuestra intención pernoctante. Dice qué bueno. Cuando estamos acostándonos hace una batida visual de todos los coches aparcados incluyendo el nuestro. Al día siguiente a las 7 en punto nos viene a despertar para decírnoslo. Pues bueno, son las 7. Seguimos una hora más en la camita. Luego seguimos hasta Rabat. Nos ubicamos en el barrio de Soussi, el de las embajadas. En el subsuelo hacemos cola en un ventanuco misérrimo para la burocratada del día. Una cola para pedir los impresos y otra que nos lleva una buena parte de la mañana para entregarlos rellenados. Nos toca dejar los pasaportes y pagar 200dh por cada visa, más barata que si la hubiéramos tramitado en Madrid. Seguimos la costumbre de pagar con moneda local y no con euros cuya conversión queda redondeada a favor del que la redondea, por tanto en contra de quien la paga. 1 euro son 11 dh y no 10. En una oficina del BMCI de Martil cambié 100e por 1.112,70 dh. Los cambistas de Ceuta de la calle nos ofrecían 11 justos por 1.Los bancos no cobran comisión en la operación de Change.
Durante la espera por entregar nuestro documento hemos hechos amistades: un hombre joven saharaui del Aaiún que ha ordenado a los clientes del establecimiento en fila india con mucha simpatía y persistencia. Otro hombre que nos ha facilitado su dirección para ir a tomar té en su casa y Héctor, un catalán residente en Ripoll, que ha quedado en reunirse con otros grupo contactado por internet para viajar por un mes en camión hasta Burkina Fasso. A este le hemos ofrecido acompañarlo hasta el centro. Hemos estacionado la furgo en la rue Beirut frente al antiguo Mercat Central. Ahí hemos comido y luego hemos tomado té. Nos hemos descuidado de pagar los 2dh por hora de estacionamiento en el dispensador de tickets. A la vuelta un cepo en la rueda nos esperaba. La operación de liberación de la rueda ha sido rápida. Hemos llamado por teléfono para que vinieran a ocuparse del asunto. La silla de ruedas de Vic y la placa de minus, que ahora hemos colgado con una ventosa por dentro del parabrisas para que sea más visible, no han servido como disuasorios. Nos hemos quedado con 40dh menos pero el suculento rato de la negociación con los hombres de la llave para desatornillar el cepo y los que nos han ayudado a resolver el tema no tiene precio. El saharaui organizador y su amigo de la embajada han aparecido por ahí y han contribuido a la escena. Ellos viajan al Aaiún y he sugerido la posibilidad de llevarlos a cambio de compartir gastos.
Cuando habíamos estacionado la furgo un par de horas antes una ráfaga de viento se ha llevado una de las banderas de pace laterales de la furgo. He salido tras su búsqueda pero no la he encontrado. Enseguida distintas personas me han hecho señas a distancia hasta localizarla en las manos de uno de los aparcadores. Me la ha devuelto con una sonrisa. Cada nueva visita a Marruecos nos confirma lo que ya sabíamos de la gente del país pero no deja de sorprendernos. Se viven rápido y pronto los dos extremos: el de las trampas y timos a la vuelta de cada esquina pero también el de la amabilidad de alta intensidad y la simpatía continua. Debe ser por eso que los europeos nos seguimos dejando seducir por sus cantos de sirenas. Dentro de su incapacidad organizativa manifiesta para cosas básicas como lo de no saber lo que es una tanda y una cola en orden tienen una capacidad de movimiento colectivo y autorregulación envidiable para otras atmósferas más racionalistas. Inexplicablemente los coches no se tocan y una capital como Rabat es bastante más tranquila en la locomoción que otras europeas. Cuando hemos salido en busca de un lugar tranquilo fuera del centro hemos visto un autocaravanning con una pareja dentro de cariacontecidos con el cepo de marras. Hemos reculado para darles la bienvenue au club. Los extranjeros debemos ser la cantera de tontos perfecta para esas entradas extras de dinero. Para más inri la compañía que se ocupa de inmovilizar los vehículos desprovistos de ticket de parking es española y en su intervención contra viajeros indefensos como nosotros no interviene la policía urbana. Nos ha recordado algo que también hacen en Estados Unidos y la experiencia que nos tocó pasar para recuperar un coche alquilado que se lo llevaba una grúa de mafiosos de esta clase.
No puedes dar por supuesto nada y no ir con ninguno de los chips urbanísticos previamente aprendidos. En cada lugar al que vas no hay que olvidar que la topografía entera es una inmensa telaraña dispuesta para que caigas en su trampa.
Dentro de los tics marroquíes está el de que dicen que te entienden sin realmente entender. Te desean ayudar aunque no sepan como. Los polis nos paran habitualmente en carretera echando una mirada de reojo a nuestro sospechoso cargamento, pero nos franquean el paso en cuanto oyen nuestro acento. Deben tener órdenes centrales para que los turistas no sean molestados. También los hay que te paran para tratarte de vender un calendario de su cofradía. Lucia nos decía, en su idealismo pendiente de pulir, que había que comprender en general a los marroquíes que te vienen a ofrecer el oro y el moro, nunca mejor dicho, ya que se ganaban la vida como podían. Repuse que a mi me daba mucha pena que después de tanto tiempo continuaran utilizando las mismas trolas y que la mejor actitud que podía tenerse con ellos era la de ser claros con respecto a no inducirles a pensar que éramos posibles compradores de cosas que no nos interesaban. Cuando te dicen que te reconocen de un viaje anterior o que has llegado en el día ideal para comprar el artículo único es mejor que apagues el rollo y te largues. Marruecos es un país inmensamente rico por sus potenciales pero fatalmente organizado. Las mejores construcciones son del estado o forman parte del patrimonio de la casa real. En muchas ciudades hay palacios reales y las zonas mejor ajardinadas son las que gozan una minoría. Millones de personas viven el día a día como pueden. Es un país con un potencial impresionante que sigue demorando su evolución a pesar de lso evidentes cambios que notamos.
A cada momento toca diferenciar entre quien va de utilitarista aprovechándose de tu imagen para sonsacarte lo que sea (en honor a la verdad hay que decir que con mucha menos intensidad que una década atrás) y nada más verte te pone la mano (yo le di una palmada a la de la púber que me la puso el otro día y seguí enseñándole a su vez la palma de la mía) a quien es un indigente con unas condiciones físicas lamentables. Es así que hoy hemos dado una moneda a un hombre con un muñón a la altura del hombre y unas gafas a un chico bastante hecho polvo. Los de la ONG nos dieron cuatro cajas de gafas de sol además de unas mil gomas de borrar y unos pocos bolígrafos para que los diéramos sobre la marcha. Empezamos a tener motivos para hacerlo. Al menos pueden tratar de vender las gafas o cambiarlas por algo de comida.
Hay una parte considerable de todo viaje que se va en asuntos estúpidos o reveses innecesarios a los cuales se les puede dar la vuelta de hoja para sacarle al menos un rendimiento en cuanto a experiencia. Todo acaba pasando por la churrería de las anécdotas.
Antes de entrar en el Sáhara nos conviene hacer fotocopias de la carátula del pasaporte y antes de dejar Rabat mirar si nos conviene demorar en un día más la salida y tramitar el visado para Mali en lugar de hacerlo en Nuachkot.
De la queja a la documentación punitiva
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*De la queja a la documentación punitiva**.*
Dentro de las campañas en curso (o es más preciso decir, las líneas y
propuestas de campañas) una de ella...
Hace 12 años
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