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jueves, 16 de octubre de 2008

Mi cumpleaños

Lamín, Gambia. 14 de octubre de 2008

Estos cuatro últimos días de octubre han sido muy emotivos para mí. El día 10 aconteció otro aniversario póstumo de mi hermano Jorge. Recuerdo que cuando murió, hace tres años, en la península, especialmente en Catalaunya, se desató un temporal de nieve, viento y lluvia que colapsó trenes y aviones. No pude estar presente en Cádiz con él, su familia y mis hermanos, y eso me entristeció mucho. Por otra parte, no haberle visto sin vida recrea en mí la ilusión de volverle a ver como cuando venía a Barcelona cada quince días. Recuerdo mi infancia con los cinco últimos hermanos de la saga de 14: en tres años y medio nacimos cinco con dos gemelas entre el grupo, yo era la pequeña y él el mayor (siete años más tarde nació Ignacio quien clausuró definitivamente el número de nacimientos de mi madre), siempre hemos estado muy unidos a pesar de que cada uno buscó su propio camino. Entrañable y tímido, sus palabras fluían más cuando se sentía escuchado y estaba entusiasmado por el tema. ¿Qué cosas le interesaban?: la música pop, era casi un experto en grupos y canciones de los años 60, 70 y 80; el fútbol: se sabía de memoria los nombres de los jugadores que componían los equipos más memorables; de la mar, como marino mercante me enseñó muchos trucos del puente de mando en los actuales barcos; de la prensa, leía una media de dos rotativos al día. Tenía una vida interior muy intensa, podías estar horas con él sin decir palabra porque estaba enfrascado en sus pensamientos. Lo que más me entristece es que no me pareció que hubiera disfrutado demasiado en su vida privada, con su mujer y sus hijos. Sus continuas ausencias por el trabajo le apartaban de la cotidianidad, de ver crecer día a día a los hijos. Ya de mayor, cuando decidió pedir la jubilación por su estado delicado de salud y recuperar así sus ausencias familiares, la muerte por negligencia médica truncó lo que podía haber sido la recuperación de su felicidad perdida.


Ayer, día trece,- fiesta excepcional por decreto del presidente de Gambia debido a su triunfo sobre Senegal en un partido de fútbol histórico para ellos - fue uno de los cumpleaños más bonitos que he celebrado en mi vida. Jes me había preparado un montaje audiovisual con improvisaciones propias de: armónica, fotos nuestras y textos muy poéticos. Me emocionó mucho el detalle pues es la primera vez que se atreve con semejantes montajes y le dedicó muchas horas. Empezó el día interpretando con el clarinete el “cumpleaños feliz”. Como yo deseaba participar a esta familia de mi aniversario les invitamos a ingredientes especiales ( tres pescados, para ellos muy caros) que acompañaron con el consabido arroz y a grandes botellas de naranjada preparada con polvos que también compramos. Nosotros, lo celebramos con cerveza y comimos de lo nuestro, pues ambas culturas culinarias somos totalmente incompatibles. Después de nuestro trabajo de oficina diario, toda la familia vino a nuestra sala de trabajo y montó una gran fiesta. Con una gran garrafa improvisaron la percusión y danzaron con verdadero arrebato, desde la madre hasta el último de los pequeños. Después, con Jes y el clarinete, me cantaron “cumpleaños feliz”. Me encantó esa espontaneidad, parecíamos una gran trouppe en plena catarsis de desinhibición, Jes filmó en vídeo su expresividad y, realmente, el documento no tiene desperdicio. Al final, cuando todos se habían ido a cenar, apareció Francis, el padre, disculpándose porque había estado todo el día con su padre que está enfermo, para dedicarme un entrañable solo de “cumpleaños feliz”. Fue realmente encantador ver a un individuo casi de dos metros y muy corpulento, de pie ante mí, cantando “happy birthday to you” muy serio y amoroso.
Estamos de nuevo con la familia de Francis desde el día 8 de octubre. Nuestra cotidianidad se reparte entre:
- La furgoneta para dormir.
- La casa familiar para ducharnos.
- La clase-oficina para trabajar
- La casa de Bafort para comer y ver la TV.
- El mini-market para tomar cerveza y alternar con la gente y con Francis.

Tenemos casi todas las ventajas de vivir en comunidad e igual de desventajas. Aquí, en este pequeño barrio dentro del St.Peter School, vivimos cuatro vecinos de lo más variopinto y ninguno se pelea o tiene celos; por ejemplo, nosotros fuimos invitados por Francis a instalarnos aquí, sin embargo, con quien hacemos más vida es con Bafort, y a Francis no le molesta en absoluto. Es increíble, para nosotros, comprobar que estos vecinos sin niños no les produzca ninguna molestia la presencia de esta gran trouppe que compone los seis hijos de Anna y Francis. Las relaciones son de armónica convivencia a pesar de que el espacio exterior está prácticamente tomado por esta familia.

Para poder trabajar en lo nuestro, a los niños les permitimos que nos invadan a partir de media tarde, cuando vuelven del colegio, y ellos lo cumplen a rajatabla. Pintamos, jugamos, les hacemos fotos que luego ven en la pantalla del ordenador, hablamos con todos y disfrutamos de nuestra mutua compañía. Aunque para Jes, que no está acostumbrado a tanto niño, a veces le agobia y quiere desaparecer. Nuestra relación cada vez es más de intercambio: nos lavan la ropa y nosotros les regalamos prendas de vestir que tenemos reservadas para la ocasión.

¿Por qué están tan mal de dinero si el padre es un profesor y además director de primaria? Pues porque tiene otros dos hijos con otras mujeres que tiene que alimentar además de los cuatro que aportó su mujer Anna y los dos que tienen de su matrimonio, más una sobrina de catorce años, KADI (ella es hija del hermano de Anna, nació en G.Bissau, nunca fue a la escuela, sólo sabe hablar Wolof y está perdiendo el Crioll portugués, su madre la abandonó y su padre la entregó a Anna) que vive con ellos y la nietecita hija de la mayor de 20 años, Verónica que tuvo que dejar el colegio por este motivo y ahora lleva el timón de la casa junto a su madre que tiene un bebé casi de la misma edad que la hija de Vero. Para sobrevivir mejor a tanta carga económica, Anna se pone a vender bolsitas de agua o de refresco congeladas en su nevera portátil delante del colegio, con el pequeño a su espalda y su sobrina de catorce años que parece una auténtica Cenicienta. A Francis, al contrario que Bafort, le gusta charlar con los amigos y beber hasta emborracharse casi cada noche; a Bafort le encanta trabajar: cuando termina su jornada en la escuela, va a dar clases a adultos y los días de fiesta arregla cualquier aparato eléctrico o electrónico que su fama les permite. Ni bebe alcohol ni fuma, tiene una preciosa niña y novia licenciada en Prevención Sanitaria, y piensa casarse cuando tenga su nueva casa y termine el master de matemáticas que quiere hacer en el extranjero europeo. A Bafort todo el mundo acude, los alumnos para preguntarle cuestiones o para que les arregle algún cacharro, y los colegas profesores, como Francis, para que le “preste” dinero que nunca devuelve. Y es que Bafort dice lo que muchos africanos comentan: en mi país las cosas son diferentes, aquí, a la gente no le gusta trabajar, quiere el dinero rápido y sin esfuerzo. Bafort es de Ghana; nunca he estado en este país y no puedo opinar, pero lo que sí es cierto es que entre los ciudadanos africanos existe una especie de antipatía contra el país vecino, todavía no sé a qué es debido.

Y yo me pregunto ¿por qué algunas personas se complican tanto la vida sin pensar en las consecuencias de un minuto de placer, y otras dosifican sus dosis de placer para disfrutar de la vida Por lo que he visto hasta ahora, la responsabilidad forma parte de la educación, el problema es asumirla, su carga es demasiado pesada y muchos prefieren evadirse de ella. Hay personas que han decidido tomar las riendas de su vida y otras dejarse llevar por la vida. Bafort sería el primer caso y Francis el segundo. En este caso se trata de dos personas universitarias y con formación semejante que reaccionan diferente ante la vida que les ha tocado en suerte. Aquí África no tiene la culpa, por su pobreza o su “falta de medios,” de que Francis sea pobre y Bafort tenga más poder adquisitivo que Francis.

1 comentario:

pepita pulgarcita dijo...

graciasgraciasgracias
feliz '1día más dando guerra',
felices trayectos
feliz tránsito!!!

Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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