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domingo, 25 de noviembre de 2007

Viajar a Africa Ahora

con Bernardo y Montse V.Cantaquarts en Mataró


El 2008 tenemos intención de pasarlo en África recorriendo todos los países que podamos con un vehículo no apropiado: una furgo-hábitat de 85 cv. No es un todo terreno ni somos gente Camel, tampoco tenemos cuerpos-danone ni la edad de la utopía. Somos prejubilados y pensionistas y tenemos uno de los valores más importantes: tiempo libre. La ecuación más elemental es que la vida es igual a tiempo. Tenerlo hipotecado tras las zanahorias varias del sistema es quedarse sin ella. De pronto un día te das cuenta que la gente coetánea empieza a palmarla a una velocidad sorprendente y que tu sigues sin conocer la mayor parte del planeta que has habitado, que te has pasado las décadas tras los cromos de tu terruño, de tu nación o de tu país y que la mayor parte de las cosas de las otras realidades mundanas las ha recibido mediatizadas o sin pasarlas por la experiencia directa. Recuerdas que de niño los relatos que más te entusiasmaron eran los de las exploraciones y decides en la medida de tus posibilidades explorar los lugares que no conoces.
Este proyecto nos está cambiando la perspectiva inicial. No va a ser un viaje más sino un viaje que nos rehaga a nosotros. Cuando lo hemos comunicado a amigos y conocidos lo habitual es que nos pregunten si estamos seguros de lo que vamos a hacer y que nos pregunten un por qué a bocajarro, también hemos oído que estamos locos. Al turista no se le suele preguntar porque va a Bangkok a pasar 10 días o a los recién casados porque van a Bali, al viajero, en cambio, se le pregunta el sentido último de su viaje. Se diría que la lógica circunstancial no alcanza a entender que se pueda viajar porque sí, simplemente para conocer nuevos lugares y compartir nuevas conversaciones. Casi estoy por decir que la pregunta debería ser al revés, ¿por qué no se viaja en un tiempo que se turistea tanto? ¿Por qué tanto sedentarismo como lo prioritario dejando los desplazamientos para periodos menores? Hay razones de comodidad y rentabilidad de los trabajos que aconsejan la ubicación y la quietud. Esa es la determinante de fondo porque la humanidad pasó del nomadismo al asentamiento estable.
El perfil de nuestra civilización quiere contar con un motivo para todo. Ir a un país a hacer negocios tiene mas sentido que ir para caminar por sus calles o visitar sus aldeas o escuchar a sus gentes. La lógica de los beneficios materiales está por encima de cualquier otra lógica; la nuestra, sin embargo, pasa por el registro de los placeres, de la comunicación, del relax, de las miradas y de la reflexión. Viajar te lo permite, te saca de tu mundo cerrado y egoico, de tu narcisismo de primermundista para ver con tus propios ojos y tocar con tus propias manos la realidad de la que tienes eco a través de los medios.
Posiblemente todo viaje geográfico de larga duración lleva consigo otro viaje curricular implícito, el de viajar al fondo de ti mismo al ir fuera de tus roles y costumbres habituales. Haces cosas que en casa o en el despacho no sueles hacer y que el ajetreo cotidiano te impide. La mejor definición de vida, al menos de vida moderna, es aquella que con distintas frases ha dicho distinta gente: lo que se va consumiendo sin aprovecharla a través de la preocupación localista e inmediatista del quehacer del día a día. Viajar es una forma de dotar de nuevos contenidos a la vida
Viajar es ir al encuentro de las primeras fuentes de información. Es un gran placer ser tu propia fuente de información nutrida del contacto directo con los lugares que recorres y que contrastas con otros que hacen lo mismo.
Los europeos siempre se han sentido fascinados por África. Ha sido la cantera de las riquezas expoliadas. Algunos viajeros modernos pagamos kármicamente, en cierta manera, la visita al continente con más conflictos y enfermedades de la actualidad planetaria para lavar las culpas de nuestros antepasados que fueron para esquilmarlo y enriquecerse. En una Europa más solidaria y con un sentido universal, del que ahora carece, los viajes del futuro se podrían plantear como lo primero en lugar de hacerlo con la vida posicionada. Con el estreno de la adolescencia, los chicos y chicas podrían estar 5 o 10 años de su vida, cuando menos, para recorrer el mundo y no limitarse a la embriaguez quilométrica que supone un boleto de inter-rail por un mes. La gente en la edad de la energia podría priorizar el contacto de la vida en lugar de meterse de cabeza en el proyecto de su carrera desde las aulas y las ideologías previas. Posiblemente tras este tipo de experiencia vital el mundo se hermanaría más, se conocerían más las gentes entre si de distintas idiosincrasias y los señores de las guerras no encontrarían soldados que se les alistaran a sus belicismos.
Desistimos de responder a la pregunta de por qué viajar a África ahora, antes bien tenemos una pregunta opuesta ¿por qué no hacerlo?

sábado, 17 de noviembre de 2007

Un mes para la fiesta de despedida



UN MES PARA LA FIESTA
Desde hoy 14 de noviembre falta un mes exacto para celebrar la fiesta de despedida que convocaremos en nuestra casa. Será un poco especial porque el piso estará bastante vacío de cosas y la gente se tendrá que traer la comida y la bebida, nosotros pondremos “la vajilla de plástico” porque todo está en cajas. Invitaremos a Montse, nuestra futura inquilina y a unos pocos amigos, los más próximos.
Mientras tanto, Jesús no para de trasladar cajas al apartamento, tengo miedo de que su cuerpo se resienta de tanta carga, por eso no las lleno demasiado o intento compensar el contenido con cosas poco pesadas.
Empieza haber ECO porque las paredes ya están vacías, me hace revivir a cuando entré por primera vez aquí hace ahora 12 años. Por aquel entonces, unos cuantos sobrinos robustos y adolescentes vinieron a pasar unos días para hacer de transportistas. Recuerdo con mucho cariño los momentos entrañables que vivimos. Cada día dormían de una manera porque las cajas se iban vaciando y había más espacio libre. Ahora las paredes necesitas una mano de pintura y el patio parece una selva.
Hoy ha venido de Madrid un sobrino hijo de mi hermana mayor, nos vemos muy poco, sin embargo, cuando hablamos parece que continuamos una conversación interrumpida hace escasas horas. Es una cosa que me encanta de la relación con mis sobrinos, no necesitamos ninguna previa para comunicarnos.
El día es espléndido y nosotros continuaremos empaquetando.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Siguen los Preparativos

Vic dentro de la furgo practicando el clarinete.

Altair es la librería de paso obligado para preparar cualquier viaje a conciencia. No diré que haya de todo pero sí es la que dispone de más materiales sobre temas de viajes en toda Catalunya. La conozco desde sus inicios que empezaron en un pequeño local del barrio viejo en la calle Riera Baixa. Su prosperidad hizo que saltara a un local más amplio de calle Balmes y posteriormente a su ubicación actual en un gran local con subsuelo y muchos empleados en Gran Vía. No solo venden materiales también promocionan la literatura viajera y organizan un par de conferencias por semana que suelen estar abarrotadas de público. Sin duda viajar es uno de los atractivos que más polariza a la gente. Hoy nos hemos abastecido de la Lonely Planet de la que solo quedaba un ejemplar y de otra mosquitera pensada para el exterior. Un cubículo de de dos metros de lado. Hace unos días compré la parte media superior del continente editado por la insight Africa Map. El encargo de la otra mitad sur no lo han traído todavía. Hay una buena cantidad de mapas por países a escala 1, un millón o millón y medio pero los casi 10 euros por unidad es un precio para repensarlo. Mirar los mapas siempre me resultó fascinante. Ahí donde hay un milímetro hay miles de historias que contar, ahí donde estás señalando con el dedo sabes que vas a pasar en un plazo más o menos pensado. En realidad no nos hemos puesto a pensar en términos de itinerario. No creo que lo hayamos hecho nunca en el pasado con otras salidas. A lo más concebimos la idea de viajar en términos globales y nos inspira el deseo de llegar a los sitios e invertir tiempo. Viajar es eso tiempo de dedicación a los lugares de los que te has informado un poco antes. No soy partidario de una excesiva información y en realidad tampoco de posar la mirada más en las guías que en las calles. Recuerdo un viaje a Marruecos que nuestro informador principal del país era un viajero a bordo de nuestro coche que se resistía a levantar la vista de su guía. Nosotros preferíamos preguntar por las cosas a la gente pero él se adelantaba dando detalles de lo leído. Son dos formas de ver el mundo, uno mirándolo a través de las páginas impresas preparadas por otros y otra mezclándose directamente con la gente. Eso no significa despreciar la información. Esta es de lo más valioso y no seré yo quien impugne su necesidad. De hecho la información a tiempo te salva la vida y como mínimo te evita de adversidades. Otro asunto es querer sustituir el viaje con la acumulación de ella.
Viajar a un lugar es viajar el propio viaje, no repetir el de otros que por siglos puedan venir haciéndolo. Esa es la diferencia entre el turista y el viajero. Cuando nos cuelgan la primera palabra es como si nos apretaran un resorte y saltamos negándola. No, we are not tourist people, we´re travellers. No hay réplica. Damos por supuesto que aclaramos el malentendido pero sabemos que hay quien no establece la diferencia entre una y otra.
Seguimos con nuestros preparativos. Hemos vuelto al túnel del tiempo (sanidad Exterior) para recibir la anti fiebre amarilla, la única vacuna exigida y obligatoria para cruzar fronteras y cuyo sello está en la primera página del carnet amarillo, y la antimenigítica. Estas han sido de pago. Casi 17euros unidad. Con este precio hemos pagado todas las demás que las ponen gratis. Al departamento de Sanidad lo llamamos el túnel del tiempo porque es como viajar al pasado gracias a los ademanes de su personal empleado. Hoy nos ha administrado las dosis la mejor enfermera. Victoria, con su proverbial espontaneidad se lo ha dicho. Eres la más simpática de este lugar, De hecho es la única. La médico nos ha pillado por el pasillo con ánimo de someternos a un anexo de su conferencia del otro día, hemos podido eludirla, y la banderillera de la anterior vez ha vuelto a poner cara de no saber nada al preguntarle por el protocolo que hay que cumplir con el pago previo de las tasas. Ambas vacunas tienen que ser propagadas en una entidad financiera antes de recibirlas. Un detalle, la médico en un exceso paternal me ha preguntado si traía el dni. –sí, si, el dni, démelo, no el número, -ha dicho ante mi extrañeza-. Una vez con el dni en su mano me lo ha devuelto al instante en mano con el papelito para ir a registro para cumplimentar un tríptico con el que pagar en el banco. Me ha transportado a los años 60. Siempre va bien un chute de ex temporalidad aunque sea por someterse a formas de funcionarios fosilizados en el paleolítico inferior.
Hemos ido a Bauhaus. Pensábamos encontrar un tracter. Por un momento hemos pensado en hacernos con peldaños de aluminio perforados a modo de pasarelas para las ruedas en caso de arena o de patinazos. Lo hemos desestimado. Hemos comprado dos bidones de plástico opaco de 20l unidad para gasoil. En realidad buscábamos los clásicos de metal verde utilizados por el ejército.
Junto a los preparativos de tipo material seguimos con los de orden documental. Instrucciones a los bancos para que domicilien el papelorio en otras direcciones y también temas testamentarios. ¡No hay para tanto, no nos vamos a la luna! Aún así esta cuestión ya nos venia tocando hacerla por edad. Tenemos en curso la recogida de firmas de testigos para el documento de Voluntades Anticipades. No suena tan mal. Es un documento que necesita la firma de testigos en el que haces constar que no deseas seguir viviendo en caso de que te dé un pasmo. Curiosamente esa propuesta ha despertado un cierto recelo. Nuestros amigos Fina Aleguersuari y Jesús Belloso pusieron sus firmas. Cuando se lo propusimos a nuestra amiga Misse se negó en redondo. No puedo decir que no entendiera de que se trata. Simplemente se negó y no insistí. Maria José B. amiga de V de hace muchos años ha tenido su propia resistencia a estampar su firma cuando se la ha pedido. De la muerte no quiere oír hablar nadie aunque no hay día que no haya evocación de ella. Nosotros no queremos vidas prolongadas innecesariamente por estar entubados a la fuerza cuando la perspectiva de solución sea nula ni sobrevivir a un trauma que nos dejara en estado vegetativo. ¡Paso libre a anatomías frescas! Hace unos días le preparé una carta a Isaac, mi único heredero hasta la fecha, sobre lo que quiero que se haga con mi cadáver en el caso de que se tenga que ocupar de él, perdón, de ello. Ni el texto ni la conversación de apoyo a la siguiente cita que tuvimos, dentro de las rachas de comidas regulares que vamos teniendo, no tuvo nada de melodramático. Hablar del propio cadáver puede ser algo tan natural como de cualquier otra receta ordinaria. La suerte es poderlo hacer a priori, seria imposible hacerlo a posteriori. Demasiado complicado eso de comunicarse a través de mesas batientes y espiritas poco serios. Buda ya nos enseñó que los vivientes no somos más que cadáveres potenciales provisionalmente andantes. A Fina A, como a mí, no le importa hablar del tema, no así a Jesús, su marido, que se resiste más a entrar en esa reflexión. Fina es médica y trata la perspectiva como una profesional. Además, un perfil de gente hacemos bandera del hecho de morir sin poner la boca pequeña ni el susurro de los temerosos de dioses y diablos. En ese sentido somos más pendencieros. Preverlo nos desapega de las tonterías existenciales. Ese documento permitirá que nuestro deseo sea debidamente informatizado y en principio poder ser consultado desde cualquier otra terminal informática de un centro hospitalario. Estos días hay una exposición de cadáveres envitrinados y trozos de cuerpos supongo que en formol o conservantes. Consigue que los escolares estén entretenidos durante más de dos horas. Una escolar entrevistada que se ha hecho fotos con los fiambres, que he escuchado hoy por radio, decía que las venderá para amortizar la entrada. Decía que no le ha impresionado nada, que solo parecían muñecos. Es la palabra que me faltaba para terminar eso. Un cadáver es cualquier cosa menos lo que fue. No hace falta que tenga vocación de despojo, lo es. Por añadidura hasta puede generar beneficios recolocado en la performance de un museo. Quizás las voluntades anticipadas de los que hay en Atarazanas estos días consistieran en servir a la ciencia o al espectáculo. Dejemos eso. Nuestros preparativos no son, todavía, para morir sino para seguir viviendo por otras geografías y panoramas con la escucha atenta a otras ilusiones por vivir con las que compartir la nuestra.
Nos hemos puesto en contacto con el CEA[1] Centre d´Estudis Africans. Montse García nos recomendó el interés en seguir un curso con ellos. En el momento del contacto ya lo habían iniciado. De todos modos hace años que seguimos el criterio de evaluar a priori si merece la pena dedicar nuestro tiempo a ir a cursos y conferencias más allá del interés de su título. Por eso pedimos que nos enviaran el programa. Una vez mirado en realidad sólo nos interesaba la conferencia sobre Angola. Al pedir asistir sólo a esta la encargada de información nos ha comunicado que de hecho el curso está cerrado una vez iniciado y que no es posible acudir a capítulos concretos del mismo. También hemos tomado en contacto con una ONG que interviene en Mali y en Burkina Fasso. Desde que están interviniendo una amiga, Begoña Ferreiro, colega profesional de V en Escoles d´Adults, me dijo que redujeron la mortandad infantil a cero en una de sus zonas de intervención simplemente dando pautas higiénicas a las madres. Puestos en contacto telefónico con la sede de tal ONG ,su encargado o fundador Rafael Jariod[2] en seguida quiso apuntarnos a un taller o curso que cortésmente declinamos. Tenemos una cierta reserva a llenar nuestro tiempo (uno de los más preciosos de los tesoros) con cháchara procedimental y conceptos elementales. Eso no quita que siempre se aprende alguien de cualquier lugar de habla, pero cuando la previsión es ese algo no va a pasar de un 10 por ciento de lo que se vaya a escuchar es mejor no ir. Hemos quedado con Jariod en una cita privada y hemos consultado su página web[3] donde hay interesantes videos de unos viajeros en bici sobre pistas de tierra y parajes hermosísimos. No es el mejor momento histórico para hablar de las ONG. Los oenegeros llevan siendo noticia y queda en entredicho lo que hay detrás de su solidaridad incondicional. Evidentemente, los trapos sucios de unas no tienen porque ser el indicador de las otras. No se puede tomar una posición unitaria ante todas en conjunto. Son empresas especializadas en un mercado pujante, el de la solidaridad activa que atrae a un enorme potencial de voluntariado en todo el mundo. Mi colaboración con una en Chiapas en una época en que estábamos seguros del fracaso (la retirada) del guerrillerismo del pasamontañas me dejó fuera de las filas de sus incondicionales de la cooperación a fondo perdido. Eso no quita que tanto en Chinghetti o en otras partes podamos ofrecer nuestra colaboración puntual. Jariod nos habló que una semana de colaboración en un país y en otro en los dos de su dedicación nos reduciría la carga de impuestos en la declaración de la Renta.
[1] cea@pangea.org
[2] rafelccong@yahoo.es,
[3] http://www.ccong.es/

lunes, 12 de noviembre de 2007

Victoria se presenta


Hola,
Me llamo Vic y soy la compañera de vida y de viaje de Jes. Para que distinguirme de él siempre escribiré cambiando de color las letras. Pero, ya habréis podido comprobar que nuestros estilos son abismalmente diferentes: a Jesús le encanta recrearse en el relato y a mí, ir más directamente al grano. Estoy estrenando mi nuevo portátil casi enano, 12’’ y pesa poquito: 1.9 kg con la batería puesta. Me encanta la idea de poseer mi propia herramienta informática para disponer de mis cosas sin tener miedo de estropear o perder datos por culpa de los descuidos de otro; aunque, para ser sincera, soy yo la que más dudas informáticas tiene y eso exaspera incontrolablemente a Jesús. Cuando convivimos dos personas dedicadas en cuerpo y alma a la escritura, el ordenador se convierte en el cuaderno de notas o en el diario personal; o sea, no se puede compartir, el sacrificio económico es compensado por la higiene mental de evitar preocupaciones por perder información que te ha costado muchas horas conseguir o producir. Así, que no me crea ningún mal de conciencia despilfarrar en dos ordenadores por no ser capaz de compartir una máquina que, hoy en día, ya es más que eso, es un archivo en miniatura, es un despacho portátil .
Tenemos tantas gestiones que hacer, que, a veces, nos quedamos paralizados sin saber por dónde continuar nuestra actividad vorágine. Por ejemplo: - Cuando vamos a BCN para continuar nuestra sesión de vacunas, hemos de pensar otras mil gestiones más para aprovechar el día y el viaje: ir a consulados, ir a centros comerciales donde hay tiendas con material de” viajes aventura”, poner la nueva baca a la furgoneta, comprar rueda, más bidones de agua o de gasolina, etc.… - O en casa: llenar cajas y trasladarlas al apartamento, solucionar el tema del contrato de nuestra vivienda, amén de las cuestiones domésticas , de buscar información o solucionar problemas vía internet y de nuestro trabajo intelectual,…
Como el viaje será tan aventurero, distante de nuestro lugar de origen y largo en el tiempo, también hemos pensado en qué haremos si nos accidentamos o enfermamos gravemente, hemos firmado nuestro testamento de “voluntades anticipadas”, más que nada para que los que nos rodeen no tengan el problema de decidir sobre nuestra vida porque nosotros ya hemos dado instrucciones al respecto.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Explorar: una pulsión.



Segunda tanda de vacunas en Sanidad Exterior. En esta ocasión nos ha tocado una banderillera con las manos temblorosas. Para nuestra suerte las agujas son pequeñas y apenas se notan. A nuestras preguntas sobre otras vacunas antes de terminar de preguntar ya nos esta derivando a la médico en una total autoexclusión de lo que no es responsabilidad suya y con una falta total de amabilidad. Pensamos que tiene que ser duro trabajar en un medio en que los profesionales no pueden opinar. Eso les agria el carácter. En la sala de espera una cierta cantidad de gente esperando su turno en absoluto silencio.
La calle Pelayo es la proveeduría de cartones de todos los tamaños para embalar enseres. Cargamos la furgo con bastantes. En el barrio informático (la zona de calle Sepúlveda, Ronda st. Antonio y alrededores) hemos comprado un ordenador que será el que usará Victoria. Hemos decidido que cada uno debe tener el suyo. Debe ser una exageración pequeñoburguesa. Elegimos un hp de 12,1 pulgadas y 2 Gb de Ram con la pantalla giratoria y táctil. Consigo que desestime un Asus de 9 pulgadas con el teclado y el lector dvd externos poco fiable. Decidimos que no llevaremos nuestros portátiles, -lo más valioso de nuestro equipo- con los típicos maletines que los identifiquen y haremos estuches de protección especiales para meterlos dentro de nuestras mochilitas ordinarias. Los alojaremos en el par de escondites dentro de la furgo que solemos usar en momentos de peligro pero ningún zulo es inviolable y hay zonas y países como la República Centroafricana que asaltan vehículos para robar e incluso para matar.
Estuvimos hablando con Montse García, la anterior médico de cabecera de V y con la que habíamos compartido reuniones reivindicativas en nuestra localidad. Ha vuelto tras una colaboración de bastantes meses con Médicos sin Fronteras. Toda información sobre profilaxis y prevención de enfermedades nos es muy valiosa.
En Ikea hemos conseguido una tela mosquitera. Estamos tratando de conseguir otra con repelente incorporado. Nos falta conseguir repelentes para las zonas al descubierto de nuestro cuerpo, también pastillas potabilizadoras. Los precios de todo esto son altísimos y de momento desconocemos los efectos secundarios del abuso de las potabilizadoras. Vamos tras una filtradora. Cuando estuve en la selva amazónica ví y probé una forma muy ingeniosa de tinajas para filtrar agua. El filtro era una pieza de cerámica de bastantes centímetros a modo de tapón. El agua amarilla de las criques tras pasar por él durante toda la noche salía transparente.
Una de las preguntas que nos toca sortear estas semanas es el por qué de éste viaje. No hay un por qué. Ni siquiera el objetivo geográfico es un verdadero objetivo. Siempre que llegas a un horizonte hay otro horizonte más allá. No hay un final último que alcanzar. No pensamos en batir un récord ni en demostrar nada. Los colonialistas europeos hace siglos ya expoliaban los recursos africanos. Posiblemente los viajeros de ahora que recorremos zonas subdesarrolladas -en otros tiempos esquilmadas por extranjeros prepotentes- lo hacemos indirectamente para pedir perdón por lo que hicieron nuestros antepasados. Pero ni siquiera eso es una buena razón. Viajar es explorar y explorar es una pulsión. Las hormigas no necesitan coartada, van tras su alimento y su almacenaje, nosotros vamos tras la experiencia y el contacto. Salir de Europa es ya una razón en sí misma. Salir de la visión occidental es darte la oportunidad a contactar con esa otra parte del mundo del que generalmente solo has oídos hablar en documentales y por noticias puntuales.
Además del por qué flotante, hay quien nos dice directamente que estamos locos y que es una barbaridad lo que nos planteamos. Son los menos. Los que no están al corriente que además de su ciudad, de su país hay otro mundo. A la postre son los que no están al tanto que además de los vuelos intercontinentales de ciudad a ciudad y de las agencias organizadoras de viajes hay otra forma de viajar: simplemente la de viajar por cuenta propia, la de dejarse llevar por las rutas. Sí, ya sabemos que un viaje depende de una buena planificación pero saber a priori lo que vas a hacer el día numero uno y el día numero 9 así como todos los demás es quitarle el potencial de misterio de un proyecto. Explorar es admitir la espontaneidad en tu vida y la espontaneidad es todo aquello que sucede y que no está apuntado previamente en la agenda.
Estamos ávidos de otros paisajes, de otras miradas, de otras gentes, de otros relatos. África tiene todo eso y, posiblemente, en los lugares más recónditos es donde hay sentimientos humanos que definitivamente están fosilizados en los más modernos. La división económica del mundo entre países desarrollados y subdesarrollados que tanta fortuna literaria ha hecho no nos sirve. El concepto de desarrollo está cuestionado. Los excesos industriales de los países más poderosos han creado una sociedad patológica y la perspectiva del futuro es poco halagüeña. Lo que tenemos los usuarios de la sociedad occidental: coches y propiedad privada celosamente guardada no es la alternativa tan segurizante que se creía. La gente que sobrevive con un dólar al día o menos nos puede enseñar cosas que nosotros ni siquiera sospechamos. No elogiamos la pobreza pero nos desmarcamos del supuesto de que la riqueza sea la alternativa.
Viajar tiene siempre un argumento muy socorrido: conocer. Viajas para conocer (bueno los japoneses tienen la fama de ser la excepción: viajan para hacerse fotos), para encontrarte con otras visiones del mundo, con otras partes del mundo, es decir con otros mundos. También se viaja por razones comerciales. No es nuestro planteamiento. No pretendemos rentabilizar los miles de quilómetros que hagamos, es decir, que sigamos haciendo en esta vida. Es suficiente beneficio la experiencia que nos proporcionan. No tenemos entrañas para los busness. Comprar barato en un país para venderlo caro (o con un margen considerable) en otro que no carece de ese producto en el fondo es una estafa. Aunque la historia económica se ha basado y sigue basando en este criterio. Es como el vecino que tiene la suerte de tener un manantial en su parcela casi por casualidad y le exige el pago del agua al de al lado en lugar de compartirla. Con la excusa de los costes de exportación y fletes de transporte se han venido haciendo abusos desde siempre. Así sigue el mundo: destruido, violentado y con muchos temas pendientes para resolver. La gran familia humana se ha dividido en clanes antagonistas y los países y continentes más pobres se explican por la lógica de la prepotencia de los países más ricos. Hace milenios los países más adelantados estaban en África y en Asia. Fue después que nació el esplendor europeo en el mediterráneo con Atenas y Roma. Hay otra parte del mundo, la más olvidada, la que menos sale en los telenoticias, salvo por sus penas, que puede enseñarnos mucho. En todo caso, viajar en si mismo es una enseñanza. Te hace retomar el filón del tiempo en que la mayoría humana era nómada. Era una forma de vida simbiótica entre el habitante y su hábitat móvil. Todavía hay zonas del planeta en que eso se sigue dando: en Mongolia, en el Sáhara con los tuareg o en el desierto australiano. La figura viajera evoca tímidamente el nomadismo. Hoy aquí y mañana quien sabe donde, allí donde haya un motivo para detenerse, una necesidad para descansar, una buena charla que hacer. Puesto que la vida es un viaje, cada viaje concreto no es más que un capítulo. En este viaje de viajes la perspectiva africana venia siendo para nosotros una asignatura pendiente. En realidad todas las personas deberían viajar por placeres culturales antes que hacerlo por razones económicas, diplomáticas o políticas. Eso ayudaría a crear una conciencia global. De hacerlo el racismo se minimizaría considerablemente y el sentido de cooperación internacional crecería. A los xenófobos les resultaría difícil odiar aquellos lugares que hubieran visitado y gentes con la que hubieran tratado y entenderían una evidencia: la multidiversidad mundana que hace que ningún pueblo sea más que otro aunque algunos se arroguen el papel de hacer de gendarmes de los demás.
La propuesta africana ha ido tomando cuerpo en nuestras manos. Victoria no la ha puesto en duda en ningún momento. Las informaciones de sus peligros no nos echan para atrás. Sabemos que nos encontraremos con cantidad de barreras arquitectónicas, algo especialmente duro para ella y sus máquinas. Se puede viajar sin poder caminar normalmente con las piernas, tal como venimos haciendo desde centenares de miles de quilómetros compartidos durante los años que llevamos conviviendo juntos, porque el viaje pasa por organizar una voluntad de conocer y por una filosofía de interaccionar con lo distinto. No son los quilómetros sino este par de criterios lo que te lleva lejos.


domingo, 4 de noviembre de 2007

Entre Cajas de Cartón



.Hacía años que no nos enfrentábamos a un traslado de domicilio. Los últimos doce hemos estado viviendo en el mismo sitio sin tener necesidad de hacerlo. Las ausencias de casa han sido como mucho de poco más de dos meses y siempre por razones de viajes. Ahora al ceder el alojamiento estamos obligados a dejarlo en condiciones. Los muebles se quedan pero todo lo personal debe ser trasladado. No es hasta que tienes que embalar objetos domésticos que te das cuenta de la enorme cantidad de cosas que has acumulado. Sobre todo yo, que nunca he parado de comprar libros, decos y reciclar materiales. En estos momentos estamos rodeados de cajas y bolsas. Un montón de bultos que nos recuerda un poco que todos somos Sísifo. Lo bueno de empacarlo todo es que te reencuentras con antiguas cosas que creías perdidas o traspapeladas. Es un buen momento para hacer balance de lo que tienes y de todo aquello de lo que puedes prescindir. El apego a elementos decorativos que ocupan un espacio sin prestar un servicio o de libros que ya has leído y que consultas raramente podría ser superado y pasar una buena parte de todo lo que tenemos al capítulo de las donaciones. Creo que voy a cargar con todo. La donación no deja de ser una forma de trasladar tu problema a otra persona para que se enfrente a la misma tesitura de las acumulaciones.
Desde el punto de vista del peso y del esfuerzo físico lo que más nos preocupa son los dosieres de revistas, materiales de ecologismo, de geografía, de seminarios múltiples. En nuestras carpetas hay de todo: décadas de historia del país en la que hemos participado desde nuestras alcantarillas. Todo eso tiene un valor emocional y nos enfrenta al dilema de conservarlo o no conservarlo. Posiblemente aquellos soportes gráficos a los que ya no volveremos pero que puede tener un interés como fondo archivístico para investigadores y tesinandos los donaremos. El problema es que alguien los quiera, exceptuando quien lo valore a peso de papel. Hace poco
Inserté en un foro el ofrecimiento de materiales de este tipo[1] sin que de momento haya generado ningún interés. Dejemos eso, las cosas se conservan durante años sin ser tocadas hasta que un día por razones no escogidas, como los límites físicos del espacio deciden por ti y te obligan a deshacerse de ellas. Al fin y al cabo el valor de una cosa y en particular de un documento es el referente que deja, los datos que proporciona, los conceptos que te enseñan. No concibo que la gente del futuro acarree con tantos objetos como hemos hecho la gente de nuestra generación. Los ipot y los mp4, los celulares y los ordenadores portátiles sustituyen toneladas y metros cúbicos de materiales. Las anclas y las piedras que nos tienen pillados son miles de cds, dvds, libros y más libros, ordenadores de consola, equipos de música, ropa y más ropa. Dentro de unas semanas recuperaremos el feng shui idóneo para la casa dejándola a punto para ser ocupada por otra gente con sus objetos personales. Los muebles, por supuesto, los dejamos. No tenemos donde llevarlos.
Uno de nuestros invitados a comer ayer Francesc Baselga tuvo la impresión que tenemos mucho por embalar si queremos irnos a mediados del mes próximo. Nuestra verdad un tanto parsimónica nos delata. Francesc importa a Catalunya el travelscoot, un triciclo con batería y motor eléctrico que es de fácil plegamiento y transporte pudiendo ser la alternativa a la pesada moto que usa Victoria, una Gogo de la Pride Mobility products corp., absolutamente prohibitiva ésta de llevar en las condiciones en que viajamos.
El hecho de tener un próximo viaje de larga duración no significa que dejemos de hacer nuestras cosas cotidianas. Dedicamos bastante rato al ordenador y al despacho. No dejamos de hacer vida social y seguimos gozando de nuestros momentos privados.
Todavía hemos de conseguir todavía docenas de cajas plegadas para meter todo lo que falta. En los próximo día tanto en el centro de Barcelona como de comercios locales, conseguiremos la que nos faltan (tal vez unas 35 más).
Hoy hemos hecho un traslado hasta el estudio despejando todos los fardos que teníamos en espera. Isaac me ha ayudado. Después, durante la comida, hemos hablado un poco de todo y del viaje en particular. Él también se suma a la opinión de que ve que tenemos mucho trabajo por hacer si queremos dejar la casa lista en tan poco tiempo.
[1] El valor documental-sentimental del archivo físico. http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=30762&highlight=

viernes, 2 de noviembre de 2007

La Cuenta Atrás


El viaje a una zona concreta empieza desde días antes de tomar el avión, el barco, el coche o el medio de transporte que sea. Hay un punto mental de partida y luego otro que es físico. Desde el momento en que sabes que estás en un proceso que no tiene marcha atrás estás ya viajando en dirección ahí donde quieres llegar. Un viaje no se limita nunca a ser un viaje geográfico, es un capítulo más del viaje existencial de la vida. Antes de los meses de verano, que los dedicamos a Turquía y Georgia, teníamos ya decidido dedicar un año a África. Durante septiembre (volvimos el 11 despues de cruzar en una semana la Europa comunitaria y Balcánica) y octubre hemos hecho alguna gestión al respecto, básicamente reunir información, navegar por internet, comprar algunos mapas de la Michelin y poco más. Bueno sí, lo hemos publicado a los cuatro vientos, sobre todo Victoria. Comunicarlo también nos obliga a ser consecuentes con nuestro deseo.
La idea empezó en enero pasado. Estábamos en Marruecos, un país al que hemos ido bastantes veces. En principio pensamos en dedicar unos 4 meses para ir a Mali y colaborar con una ONG, aunque no somos oenegeros, que episódicamente nos envía un recordatorio para que colaboremos con pasta. Posteriormente repensamos el tema y vimos la oportunidad de dedicar un año entero moviéndonos hasta donde las posibilidades nos lo permitieran. Objetivo, si se puede llamar así, ciudad del Cabo. En realidad, por nuestro itinerario como viajeros y nuestra forma de entender la vida el objetivo es lo más irrelevante. Una de las preguntas que recibimos y para las que no tenemos una respuesta es por qué hacernos este viaje. Suelo contestar con otras preguntas retóricas: ¿por qué hacer cualquier viaje?, ¿por qué moverse?, ¿por qué vivir? El racionalismo necesita respuestas para todo, nosotros no, lo cual tampoco nos expulsa de la zona Sapiens. Simplemente nos apetece. Tenemos el tiempo y los medios y lo que es más importante, la curiosidad de conocer en directo y en primera persona lugares de los que solemos tener noticia de tarde en tarde en diferido y con sensibles distorsiones. No es que no podamos hacer un inventario de razones concretas para visitar los lugares del mundo, lo que ocurre es que traicionaríamos nuestra propia filosofía existencial al creer que las necesitamos para salir de casa.
Con noviembre del 2007 empieza la cuenta atrás, tenemos 45 o 50 días por delante para dejarlo todo listo. Todavía no nos hemos hecho con una guía de todo el continente -probablemente elegiremos la Lonely planet- ni tenemos preparada la furgo. Nos falta una baca, una rueda de repuesto, bidones para gasoil, bidones para agua, la tela mosquitera, una fuente de alimentación independiente para el o los ordenadores portátiles. Es a partir de noviembre que nos ponemos las pilas para todos los preparativos. Aunque no será hasta enero que volveremos a cruzar el estrecho de Gibraltar. Posiblemente tendremos que hacer gestiones en Madrid o alguna cuestión de última hora en Cádiz. Ya hemos empezado a embalar las cosas que vamos a dejar aquí. Hemos de dejar nuestra casa lista para una mujer que va a venir a ocuparla con su hija durante nuestra ausencia. Yo la conozco desde hace más de 30 años pero no recuerdo ninguna conversación con ella. V también la conoce por haber compartido gremio profesional. Su separación marital es reciente y preferimos alquilársela a ella que a un desconocido. Le hemos propuesto un alquiler muy por debajo del que hay de mercado a cambio de su compromiso de los casi 13 meses que vamos a estar afuera teniendo en cuenta los tiempos de demora que vamos a estar en Andalucía a la idea y a la vuelta.
Nuestra casa empieza a tener signos de partida: cajas de cartón plegadas, bolsas y petates cargados a punto de traslado. Tenemos un estudio que lo refuncionalizamos como almacén. Estimo que hay suficientes metros cúbicos para meter ahí todo lo que deseamos conservar para la vuelta. Es la primera vez que V y yo vamos a hacer un viaje juntos tan largo, los anteriores (Rochester-Toronto, Ankara, o los sucesivos por Europa) nunca pasaron de tres meses.
Todo viaje genera un algo de inquietismo. La conferencia en privado (una hora y media larga) que nos ha proporcionado (inaudito) esta mañana la Dra. Carme Piqué de Sanidad Exterior (en Bergara 10 de Barcelona) ha venido a incrementarlo un poco más. Los riesgos de contraer una enfermedad severa como el paludismo, todavía mortal, pueden ser disuasorios. Aun más para una estancia tan prolongada como la nuestra. Durante su speech (¿qué le hemos hecho para merecer tanto honor?) he recordado finales de los 80 cuando también tuve que ir a hacerme un programa de vacunas por viajar a una zona tropical. En aquella ocasión estuve casi ¾ de año viajando por Sudamérica, desde Cayenne hasta Mendoza. En otra ocasión que viajé a Chiapas y Centroamérica, por zonas del área palúdica no me sometí a ninguna vacuna. Una vez ahí la tele salvadoreña informaba de una nueva oleada de dengue. Despues de recibir nuestra correspondiente bronca por ir a solicitar las vacunas con tanta premura de tiempo hemos pasado por el box de la enfermera que ya tenía preparadas tres hipodérmicas para ambos brazos. La antitetánica-diftérica, la antirrábica, la antihepatítica B. El pinchazo de la antirrábica ha sido el único que se ha notado. Ahora mientras escribo esto me duelen un poco ambos brazos. Ha sido la primera sesión de un programa de visitas para otras dosis. Son gratuitas. La anti amarilla, que es la única exigida en frontera para determinados países, y la antimenigítica son de pago.
Mientras esperábamos en el vestíbulo hemos hablado con algunos norteafricanos de países próximos que también venían a por otro tanto. Hay dos temas que solemos tratar el de la inmigración africana en España y el del estado de las comunicaciones y de las pistas en África. Son dos tipos de conversaciones que nos acompañaran en los siguientes meses.
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Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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