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domingo, 6 de abril de 2008

Por una Rampa




Nuestro vecino Lucciano, Erik y nosotros en el hospital de tanguieta


Para subir con la silla de ruedas



Tanguiéta 4 abril 2008
Paraku, como la mayoría de ciudades africanas importantes que venimos conociendo, tiene dos controles policiales, a la entrada y salida, los mismos que ya cruzamos el día que vinimos por primera vez. En el de salida, un joven policía me pidió los papeles del coche. Quiso pillarme en una falta y también me pidió el permiso internacional. Según él es necesario para viajar por los países de la Dedeao. Es la primera vez que alguien me lo pide, en las otras ocasiones siempre he mostrado el español sin el menor problema. Si un policía quiere estrujarte los cataplines te pide el permiso internacional y te tiene jadeando en caso de que no lo tengas. El incidente me recuerda que he de re-tramitarlo. Lo perdí(mos) de vista desde el primer día de viaje. Los días anteriores lo tenía perfectamente controlado en el pequeño dormitorio de dos camitas del apartamento de Las Redes que nos presta Inés cuando vamos a El Puerto Sta. María. Tal vez se cayó debajo de la cama o lo guardé con las otras cosas que dejamos en casa de Paco-MariCarmen o tal vez esté en alguna parte de la furgo, aunque eso último lo dudo despues de haber mirado en los sitios donde podría estar. Sea lo que fuere tengo que interpretarlo como un lapsus. ¿Una resistencia remota de mi inconsciente a este viaje?
Nos detuvimos un rato en Copargo. Lo mismo de siempre: estacionamiento bajo una sombra para descansar un rato. Era mediodía, justo en el momento en que la muchachada de la escuela salía. Nos rodearon con sus uniformes color caqui (el uniforme de las escuelas públicas en todo el país) y sus carpetas sobre la cabeza sostenidas graciosamente por algunas de las niñas. Saludamos a los profesores que vinieron a ver lo que pasaba. Y aprovechamos para poner a prueba las dotes de lectura en francés fe los críos, con el texto de nuestra pizarra.
Vic tuvo que hacer todo el viaje sentada en la silla de ruedas en la parte de atrás. Mi acompañante en la parte delante, Joël, uno de los chicos que estaba alojado en el monasterio y que nos pidió que lo lleváramos hasta Natitingou, fue bastante parco en palabras.
De nuevo en Tanguieta saludamos gente conocida: Celestin y Celine del cyber, Emmanuel, el nigeriano de los recambios de piezas de coches/motos y Yovvou que nadas mas vernos se nos pegó de nuevo con un borrador manuscrito sobre su proyecto de buvette+cyber que le sugerimos y del que no entendió nada pensando que se lo íbamos a financiar. Fuimos a por una flag al Sowetto bar despues de una semana de abstinencia y finalmente al St Jean de Dieu donde tomamos una habitación, la única, al parecer que estaba libre. Nicolás Sale ordeno sabanas limpias etc. Camas hospitalarias, incomodas, pero con ducha y wc. St Jean de Dieu es uno de los hospitales más importantes; aquí viene gente de todo el país y de los países del contorno. Afortunadamente la habitación vacía es en el pabellón de una media docena montada sobre una plataforma de cemento que esta a unos 50 cms del suelo. Sor Maragarite me facilita pronto un palet para improvisar una rampa. Nuestra historia de viaje pasa actualmente por una rampa.
Coincidimos con Luciano, vecino de habitación, al cual ya vimos la otra ocasión en la que estuvimos ubicados en el mismo recinto pero con quien no hablamos. Viene dos meses por año desde hace 6 a Tanguieta, ayuda en lo que puede. Nos contó varias anécdotas con sus dineros a fondo perdido con distintas familias: hacer un pozo, reconstruir una habitación caída. Objetivo: ayudar a la gente a llegar al día siguiente. Al mismo tiempo nos contó las contradicciones de la persona solidaria y las injusticias que le toca recibir como la de ocupar una habitación no climatizada por dos meses, lo mismo que la nuestra, cuando los jóvenes médicos suizos que vienen un par de semanas tienen las mejores habitaciones. Al día siguiente Luciano se presto a buscarnos una madera por todo el recinto para mejor nuestra rampa. Con la nueva madera encontrada y las dos planchas de aluminio he conseguido reducir el grado de inclinación de la rampa. Las de aluminio no las hemos usado en ningún momento. Dudo que sirvieran para más de una vez si hubiéramos embarrancado en barro o arena. Ahora que las estamos usando como rampa para silla de ruedas parece que para esto son mas practicas, aunque habría que compras otras dos.
El recinto es enorme y está lleno de recicladeros o puntos de materiales tirados. He reciclado tubos de aluminio para segurizar un poco más la furgo utilizándolos como cuñas en las dos ventanas correderas una de las cuales sigue pudiéndose abrir desde fuera. Luciano además se ha llevado el ventilador de techo desmontado que estaba en nuestra habitación para ver si consigue tenerlo arreglado para la noche.

Vic ha venido tomando Nolotil para poder pasar las noches de una tirada. Ante la perspectiva de quedarse sin analgésico consultamos a sor Cristina, otra hermana teatina de las españolas del centro. Las teatinas son una de las órdenes religiosas más antiguas pero “somos poquitas” nos dicen. Nos informa que es obligado pasar por el protocolo (ticket en la portería, pago en la caja, consulta en medicina general, derivación al traumatólogo si lo hay, que no lo hay, radiología y receta) y que no se puede comprar la medicina por libre. Nos encallamos en el cajero que está ubicado también en una sala de espera. El hacinamiento es tal que intuimos que los miasmas ambientales nos están esperando para zampársenos. Renunciamos a la cola de espera y decidimos probar suerte directamente en la farmacia donde el farmacéutico que habla un poco el italiano no pone ninguna pega en servirnos un analgésico, en gotas pero con el mismo componente activo de las cápsulas, el metamizol. En principio las recetas son obligatorias para todo tipo de medicamento. Es una manera para evitar la compra masiva de ellos y su reventa en el mercado ya que en principio son mas baratos que en Europa. Los 2200cefas de la micro-ampolla no confirman precisamente eso.
A ratos nos parece que la rehabilitación de Vic es cosa de un mes y en algún momento más optimista pensamos que con otras dos semanas será suficiente y volverá a ser la misma caminando con bastones, parándose con su posición de segura, con los codos apoyados en el extremo de los palos en el semicírculo donde se meten los antebrazos, comprobando que el mundo gira correctamente. Mientras tanto una Vic en silla de ruedas es otra historia, nos simboliza a ambos en otro tipo de ritmo. Durante los últimos nueve días la silla nos ha traído recuerdos: cuando la compramos en uno de los almacenes de los Volontiers of America en Rochester NY hace cinco años, las veces que la ha debido usar por fractura de fémur y en otra ocasión, de tibia, los muchos paseos por los muchas avenidas marítimas del Mediterráneo, cuando la acompañaba a sus clases en la EOI en Atarazanas y subía con ella en el ascensor hasta dejarla en el aula. La silla de ruedas es un instrumento de desplazamiento. Cruzo los dedos para que esta nos aguante el resto del año, una de las ruedas esta cortada en su capa fija de caucho. Afortunadamente no vinimos con el triciclo de batería de Francesc Baselga y que él sigue anunciando como que hacemos el viaje con él. Lo habríamos utilizado en muy pocas ocasiones y habría constituido un lastre más.

Al tomar posición de la nueva habitación ocupamos extensivamente la proximidad. No podemos evitar que nos salga la vena squatter. Hay un espacio agradable con árboles, las aves de corral nos acompañan y nos toman como parte del grupo, mas de media docena de buitres esperan en el corta aguas de un tejado cercano enfrente de la zona donde hacen la matanza de la res para comer (nos acordamos de Hitchkott), Vic toca el clarinete en un punto yo trabajo en el porche, la falta de luz natural dentro de la habitaci0n nos empuja a hacer vida de barrio. Vienen los operarios para ocuparse del ventilador. Prestamos nuestra escalera de aluminio.
Luciano nos cuenta más de su vida. Al hablar de su primogénito muerto a los 20 años por accidente de tráfico, de eso hace unos 25, no puede contener sus lágrimas. Nos habla de que tiene preparado el momento de su muerte si fallece en su casa en Italia. Piano forte, un amigo tocándolo y rodeado de sus amigos para decir el último adiós ya que su peor experiencia ha sido la de no poderse despedir de su hijo, con la de cosas que tenían que decirse. El, lo mismo que nosotros también ha dado instrucciones de ninguna repatriación del cadáver en el supuesto de que fallezca en uno de sus viajes a África. Tiene unos 65años. Nosotros no tenemos el plan tan elaborado. Tenemos claro lo de la no repatriación del cadáver pero no el tipo de despedida si hay unos días previos para el desenlace final, he dicho final, no fatal. Lo de alguien interpretando algo en directo lo habíamos pensado. Vic, con Mojándolo todo de Luis Eduardo Aute, y yo había pensado en St James Infirmary, lo interpreta mucha gente, también Louis Armostrong. Pero estar reunido de la gente que te viene a visitar en tu recta final es una idea que me supera. Siempre he pensado que eso había terminado con reyes e ilustrísimas. ¿Qué tipo de conversación se puede tener con alguien que se va morir? Y si eres tú el que va de muerto inminente ¿de que vas a hablarles a los que van a sobrevivirte? Si ya es bastante difícil hablar cuando estás vivo a los vivos no parece que con la muerte en cuestión de un rato te queden muchas ganas para la oratoria. En todo caso el orden del día de la reunión tiene la garantía de llegar a conclusiones, sea lo que sea de lo que se hable no se puede posponer para una siguiente. Una de las pocas ventajas en una reunión de este tipo es que el futuro difunto tiene la prioridad de palabra. Nunca habíamos pensando en un escenario de este tipo. Yo, solitario medular, más bien prefiero poca gente, Vic a mi lado estrechándome la mano o alguien muy querido en el mismo gesto; el esbozo de una sonrisa para que nadie diga que has sido un amargado y punto. Los ojos abiertos en esa mirada estática, más bien estupefacta, que ya no mira a ninguna parte y la convicción de no ser traicionado por alguien que te cierre los párpados. ¿Pero porque hablamos de todo eso? Sí, a propósito de Luciano. Un hombre adulto llorando siempre me ha conmovido.
El monta su vida en torno a las necesidades de los demás. Cuando le hemos comentado la cuestión del agua y las incompletudes en el desayuno en seguida se ha preocupado de traernos agua filtrada, mantequilla y confituras al frigo de nuestro refectorio, el único al que podemos ir porque los demás tienen escaleras.
Los operarios que vienen a reparar lo del ventilador se tiran media mañana. Ritmo típico: a cada rato les falta una pieza o una herramienta y tardan un rato en conseguirla, Vienen con un taladro, aprovecho para pedírselo y poder hacer los agujeros que nos faltan en la chapa interior de la furgo para tener un soporte fijo para la mosquitera, una de los déficits nocturnorios de nuestra litera móvil. Puesto que no han terminado con la reinstalación del ventilador nos vamos a comer dejándolos con todo lo nuestro dentro de la habitación. Al terminar, según lo acordado, vienen a traernos la llave del cuarto a nuestra mesa de comida. Mas tarde, a la habitación después de la siesta, a devolvernos la linterna de recarga solar que les había prestado y ya había olvidado completamente. Si alguien dice que los africanos no son honestos se las verá conmigo. Claro que nosotros no dejamos de señalar las faltas de honestidad que hemos sufrido. Lo cierto es que vivimos distintas experiencias intensas. No hay día que no nos maraville algún gesto de atención de los negros. Somos más bien nosotros los que cometemos actos imperdonables como confundir a veces sus caras.

1 comentario:

Núria C. dijo...

Hola Jesús i Victoria,
He leido una buena parte del bloc i me ha encantado. realmente es un viaje existencial. No he sabido encontrar donde explicais lo que ha pasado a vic, para que se encuentre peor y como soy "mami" me preocupo.
De todas formas espero que todo continue bien.
He leido que usais un disco duro externo. Cuidado con los pequeños golpes, tenerlo protegido porqué se estropean facil.
un beso desde Barcelona, ex-cerdanyola
Núria

Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

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