Etiquetas

PSICONEWS

miércoles, 2 de julio de 2008

Los ninos mendigos del iman

Duna rosa de GAO
Gao, junio 2008

¿Cómo te llamas? Hassan.
¿Cuántos años tienes? No lo sé.
¿Cuánto tiempo hace que vives con el Imán? Años.
¿Cuántos niños viven también contigo? Unos 10.
¿Ves a tu familia? No
¿Te gustaría visitarlos? Estoy bien aquí.
¿Qué haces con el Imán? Rezamos y recitamos el Corán.
¿Por qué pides comida por la calle con tu cazo? Porque el Imán me lo ordena.
Si no traes dinero o no consigues comida, ¿el Imán se enfada? Sí, ¿qué hace contigo?
Me pega.
¿Vas a la escuela pública? No. ¿Por qué? Porque así lo manda mi dios.
¿Tienes obligación de volver a alguna hora concreta a la casa del Imán para dormir? No, puedo volver cuantas veces quiera y a la hora que quiera.

De menos de cinco años, de 10, de 15 años, hasta también adultos, aprenden y recitan eternamente las palabras de Corán durante casi toda su jornada, a cambio de un techo que su Imán les proporciona, y que ellos le deben de compensar con todo el dinero recogido de su mendicidad.

Su vida consiste en salir a la calle y pedir la comida que la gente les quiera meter en su recipiente y de conseguir dinero, nunca para ellos. Su única formación intelectual es recitar el Corán sin debatir ni cuestionarse nada. Son miles de niños de las escuelas coránicas que las familias, con mucha prole incapaz de alimenta, entregan gustosamente al Imán para que los “eduque”. Claro que, no todos se convertirán en ejemplares musulmanes, su falta de preparación y su nula capacidad para ser autónomos les provoca una tremenda frustración, que se puede convertir en alcoholismo y delincuencia para seguir sobreviviendo sin el mínimo esfuerzo. Son bombas de relojería sociales, carne de integrismo y de violencia callejera.

Según información dada por algunos padres católicos de Níger, actualmente se empiezan a coordinar los esfuerzos entre los cristianos y los musulmanes para la escolarización de los niños en África. Así, se está consiguiendo que, en muchas escuelas públicas cristianas, el porcentaje de profesores de una y otra religión sea casi el mismo. Los Imanes más abiertos ya aceptan que sus pupilos también vayan a aprender otras cosas u oficios en dichos centros, pensando en su futuro laboral.

Pero los gobiernos no parece que tengan programas concretos para cambiar las cosas, la mendicidad de estos niños y jóvenes no para y las familias pobres siguen alimentando de hijos varones la parte más estúpida de la religión musulmana.

En las calles se les reconce porque van harapientos, con un recipiente en la mano y pidiendo comida o dinero a todo el mundo,

No hay comentarios:

Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

Flash en el Grafito

Flash en el Grafito
GrafitoEnmarcado