Lucía la sobrinita que nos sacó del apuro en la frontera marroquí, chapurreando árabe-marroquí
Martil, Marruecos.31 de diciembre de 2007
Unos cuantos días en casa de mi hermana Rocío en Madrid haciendo gestiones. Teniendo en cuenta que teníamos que haber llegado una semana antes de las fiestas navideñas y, a pesar de tener la casa de bote en bote, nos hizo un huecazo, tan confortable que parecía todo de lo más natural. Era NOCHE BUENA y esperaban 30 invitados de la familia de su marido para cenar, además de sus hijos y nietos. Y como si nada, todo el mundo colaboró y resultó perfecto. Desde luego tengo una familia que no me la merezco…
Por fin, el día 26 de diciembre partimos para El Puerto de Santa María (Cádiz) llegando a tiempo de ver a alguno de mis sobrinos gaditanos Carlos y Paco, tenían que volver a sus trabajos y prefirieron atrasar su partida para darnos un abrazo (،،estos son sobrinos!!). Allí nos alojamos en el delicioso y soleado apartamento de mi hermana Inés, haciendo prácticamente la vida en casa de otra hermana, M. Carmen, pues su marido es un experto en electricidad y nos hizo, con dedicación casi exclusiva, la instalación de la segunda batería, de las conexiones con las placas solares y de las lamparitas para leer por la noche, ،،، todo un lujo!!!e. Casi cuatro días de trabajo desinteresado y concienzudo. Estas maneras de ser pienso que ya no existen. Mari Carmen, como siempre: solícita y divertida y ocupándose de todo sin dar la imagen de atareada.
Mientras, ultimábamos nuestras compras, comíamos con mi cuñada Manoli y sus hijos y cenábamos en casa de una de mis mejores amigas de la infancia gaditana, de cuando iba al colegio de monjas y empezábamos a tontear con los chicos, Aurora; la velada fue genial, dio la impresión de que no había pasado el tiempo entre nosotras, Jes parecía que se sentía estupendamente con su marido y la otra pareja que nos acompañaba. Terminamos a las dos de la madrugada con visita a nuestra furgo y fotos en grupo.
En El Puerto también hubo un importante encuentro, conocí en persona a Nani, una chica de nuestra edad que M. Carmen me presentó telefónicamente. Ella también tiene polio y enseguida congeniamos. Interesante, no hubo necesidad de las tópicas previas que normalmente se dan la primera vez que contactas con alguien, directamente pasamos a comentar cosas prácticas o a filosofar sobre la vida. Ahora ya somos "GRANDES AMIGAS".
Lucía, hija pequeña de mi hermana Inés nos acompaño en el periplo del Estrecho. Ella estudia: árabe marroquí, Educadora Social por la UNED y Bellas Artes presencialmente en Tetuán. Me encantó coincidir con ella porque tenemos pocas oportunidades de vernos y charlar relajadamente. Pienso que es muy valiente aunque ella todavía no se lo crea, con sus 26 años se ha enfrentado a universos muy exóticos para los mortales que nacimos en Europa: vivió en Yemen camuflada con "burca" para ver y no ser vista, esto la engrandece como persona, pues no va de occidental prepotente sino de aprendiz y de persona convencida de que la diversidad es riqueza. Gracias a ella, que distrajo al guardia hablando en marroquí, pudimos pasar los bultos de la ONG sin que nos lo hicieran desmontar todo en la aduana de Ceuta . Ahora estamos en su pueblo MARTIL, a unos 30 Kms de Tetuán. Es una gran ciudad muy cosmopolita, con todo tipo de comercios y lugar de veraneo de ricos marroquíes, eso significa que Lucía sólo pueda tener piso de alquiles hasta junio, ya que en verano los propietarios quieren hacer negocio rentando sus viviendas en verano por el doble. Tiene una inmensa playa con paseo marítimo recién hecho y un río que necesitaría algo de limpieza en sus orillas porque la gente lo utiliza de vertedero. El cielo está intensa y radiantemente azul y el sol nos abriga cuando nos sentamos en una de las cientos de terrazas al aire libre que tiene por todas partes. Hemos comido lo que aquí llaman un Sandwich y que no tiene nada que ver con lo que conocemos: es un bocadillo de pan de brioch de dos palmos de largo relleno de lo que tú quieras (tortilla o carne con patatas fritas caseras y cualquiera de los ingredientes de la ensalada mojado todo con mayonesa), es uno de los platos preferidos de Lucía. Me comentaba Lucía que no comprende cómo en Marruecos no se ponen de acuerdo con el tema de la lengua: resulta que, tanto en la universidad como en los medios de comunicación, el idioma es el árabe clásico que sólo entienden los escolarizados universitarios, ignorado oficialmente los diferentes dialectos hablados que se utilizan en las infinitas regiones del país; de tal manera que sólo pueden entender las noticias aquellos que hayan ido a la universidad, pues en las escuelas se estudian poco las asignaturas obligatoria, que son el árabe clásico y el francés.
Empezamos a sentirnos en ruta y nuestro ritmo de actividades comienza a regularizarse. Después de dormir confortablemente en la furgoneta aparcada en el paseo marítimo, Jes se ha dado un baño en el mar y luego hemos tomado un"çai" en un barecito del paseo. Hemos cambiado dinero y ahora estamos haciendo la digestión escribiendo en el restaurante de los sanwichs que tiene enchufe y nos hacen sentir como en nuestra casa. Estaba deseando que llegara este momento, el estrés de tantos preparativos más la mudanza han sido pruebas de fuego para nuestra relación: desencuentros sobre qué cosas dejamos y qué nos llevamos, olvidos opérdidas de objetos que hemos tenido que comprar dee nuevo, …Y, además, Jes se ha resentido mucho del esfuerzo físico realizado y ahora le duelen las rodillas sobre todo cuando baja y sube a la furgoneta, para una persona que nunca estuvo enfermo, sentirse menos ágil supone un duro golpe para su estabilidad emocional; yo supongo que le mejoraran de aquí a unos días pues nuestra vida será más relajada y no tendrá que subir o bajar tantas escaleras.
Comentábamos Jes y yo la sensación de liberación que supone estar un 31 de diciembre sin que nadie te invite a consumir o a "amar al prójimo". No hay un solo adorno navideño y en estas calles anchas, tanto los coches como el ruido exagerado, escasean. Esta tranquilidad en un lugar de veraneo y con un clima estival es un lujo parecido a lo que también hemos vivido en España, sólo que con muchos ceros menos para nuestros bolsillos.
Ahora nos vamos al un ciber-café a incluir este escrito en nuestro blog.
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