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PSICONEWS

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Perfil de heroínas





Ivone




En familia. La tela del fondo, tenida por ellas.
Bissau, 22 de septiembre.

Después de tres días de convivencia con las seglares consagradas de Instituto Secular Compañía Misioneras del Corazón de Jesús en la escuela residencial Sau Paulo de Bissau, nos despedimos con un nudo en la garganta intentando disimular con risas nuestra emoción.

Como ya adelanté en el anterior escrito titulado” En Bissau”. M. Teresa, una seglar secular portuguesa de Madeira, se encariñó con nosotros cuando estábamos interneando en la misión católica de Bissau y nos invitó a comer. Nada más llegar, nuestra sintonía con el resto de las seglares fue instantánea. Una chilena llamada Cecilia, que actualmente tiene fracturada la pierna y está escayolada llevando su “baja” con la pata en alto y en la oficina apuntando las matrículas escolares de este curso. Teresa, a parte de sus quehaceres profesionales, hace un poco de asistente de Cecilia: le lleva la comida, hace las compras,... con sus 72 años lleva más de cuarenta años trabajando de seglar secular por el África portuguesa e Italia. Es pequeñita y parece una inquieta joven muy cuidada de aspecto, más se asemeja a una italiana que a una portuguesa, te transmite mucha afabilidad y pronto te encariñas con ella. Cecilia lleva la situación con la mejor de sus sonrisas, que suelen convertirse en sanas carcajadas; es más joven, 47 años, y tiene mucho camino recorrido por diferentes misiones brasileñas y africanas. Es una de las fundadoras de la actual comunidad, además de ser muy polifacética. Es profesora de música en la escuela a parte de su trabajo de catequesis y otras obligaciones propias de su rango, y, en los ratos de ocio, se dedica a teñir de estéticos colores camisas o camisetas defectuosas, a mí me regaló una. También hay otra seglar africana llamada Antonieta que estaba ausente y empezó an las actividades religiosas con Ivonne de la que hablaré más adelante, pero de la que cuentan maravillas: se cuentan por cientos los niños que tiene apadrinados por la zona. Conviven con ellas dos chicas jóvenes, una adolescente de 14 años y una de unos 18 años. Ayudan en las labores domésticas y les controlan, como una familia, sus estudios pues se niegan a volver con sus padres.

La que más sorprende de todas es la seglar Ivonne, una africana nacida en Bissau y afectada de parálisis en la pierna derecha debido a una inyección mal puesta cuando sólo tenía 4 años. Con 38 años, parece ser una persona que nunca ha perdido el tiempo, toda su vida la ha dedicado a prepararse y a trabajar para ser autosuficiente. La espalda la tiene torcida, se apoya en la pierna izquierda con bastones dejando pendular la derecha. Es lo que yo llamo una persona adaptada a las circunstancias, una persona muy valiente y segura de sí misma, que no conoce la amargura. Las infinitas barreras que la sociedad pone, tanto para los jóvenes como para los discapacitados, ella se las salta literalmente como un gato. Sus fuertes brazos y equilibrio le hace subir y bajar cualquier obstáculo, aunque no tenga puntos de apoyo que le eviten la caída.

Es la tercera de seis hermanos biológicos en una familia donde los padres eran católicos. Su padre era una especie de técnico en puentes de carreteras y su madre planchaba y lavaba en casas ajenas. Se ocupaba mucho de Ivonne: le pagaba la asistencia a una escuela privada donde tenía que llevar el banquito de sentarse en la cabeza, para estudiar preescolar, además de practicarle terapias que los curanderos de la zona le aconsejaban; la que peor recuerda es aquella que consistía en permanecer tapada con arena hasta la cintura dentro de un hoyo todo el día con sólo 5 años; dice que no paraba de llorar. Se puede decir que no eran muy pobres, pero tampoco ricos. Cuando se separaron sus padres (a los 6 años de Ivonne), todos los hermanos se fueron a vivir con la madre que se ganaba la vida como podía, pues su padre se emparejó con otra mujer y tuvo otro hijo. Ella, entonces, se fue a vivir a una ciudad a pocos kilómetros de Bissau donde le operaron de las piernas y estuvo sometida a una terapia de elctroacupuntura con un médico chino. Tenía 6 años y vivía con una tía muy estricta que le enseño disciplina y responsabilidad. Empezó primaria en la escuela pública de ese pueblo, hasta 5ª clase (12 años).
Cuando tenía 13 años su padre se suicidó. No obstante, ella siguió estudiando, esta vez en Bissau y en la escuela pública: desde 6ª clase a la 10ª, y la 11ª en el Liceo Joao XXIII de Bissau hasta 1993. En el 2005 entró en la Universidad de Económicas de Bissau donde estudia 3er año. Problemas que se encuentra: de infraestructura, de absentismo e incompetencia del profesorado y de ausencia de políticas para suprimir las barreras arquitectónicas.

Mientras tanto y, desde los 13 años, su búsqueda religiosa no ha cesado: Cuando volvió a Bissau comenzó a frecuentar la parroquia de N.Señora de Fátima del barrio donde habitaba con su madre y hermanos y que, entonces, era una pequeña comunidad. Iba a misa cada día y participaba en los encuentros vocacionales. En uno de esos encuentros, el párroco italiano Dionisio Ferraro reunía grupos vocacionales de jóvenes todos los sábados. Ella participaba siempre. El padre un día le preguntó si quería ser monja y ella respondió que no deseaba ni los hábitos, ni la reclusión en un convento. Reunió a 5 jóvenes y les comenzó a hablar de la otra opción que es la consagración laical. Tuvieron un año de preparación con el padre y se pusieron a vivir en una casa que él alquiló para que ellas vivieran e hicieran labor pastoral trabajando en: la alfabetización, en la escuela primaria, con grupos de catequesis, dando clases de costura, ayudando a misa al padre... En 1997 conoció a la Compañía Misionaria del Sagrado Corazón en Bissau a través de una doctora italiana. Empezaron una formación a distancia de consagración (Italia-Bissau).

El padre Dionisio Ferraro de Pime (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) fundó el centro donde actualmente vive y trabaja con las otras seglares ya nombradas: la Escola y Residencia S.Paulo de Bissau.

Fue consagrada en el Instituto Secular Compañía Misioneras del Corazón de Jesús hace 4 años, el próximo año tendrá la última renovación y se confirmará en los votos definitivos (castidad, pobreza y obediencia, aunque sin vestirse de religiosa). Fue profesora en la escuela de primaria de S. Pau (religión y moral,.. y fue una de las primeras alfabetizadoras (responsable del curso de adultos) de la escuela S.Paulo de Bissau.

Actualmente,¿cuál es su cometido en dicha residencia-escuela?:
- Es responsable de la catequesis de la Comunidad de S. Paulo. Comunidad periférica de la Parroquia de S.Joao Batista de Brá.
- Es responsable del taller de costura de promoción femenina y jóvenes masculinos.
- Forma parte del consejo pastoral de la comunidad de S.Paulo.
- Es madrina bautismal y guía espiritual y moral de los jóvenes bautizados.
- Tiene responsabilidad en la pastoral universitaria.
- Forma parte de la comisión pastoral universitaria.
- Colabora en la radio Sol Mansi (amanecer) una radio comunitaria católica, en un programa de promoción de la mujer semanal.
- Estudia 3er año de Economía en la Universiad Amilcal Cabral de Bissau.
- Y ha constituido una coral, pues tiene una voz espectacular y toca el djambé como nadie. En las misas es el alma musical.

En su intensísima vida profesional también tiene tiempo de confeccionar los babis de los niños de la escuela S.Paulo y de salir con los amigos de la universidad. Le pregunto, si no conduces, ¿cómo te mueves? En el microbús urbano (para mí imposible de acceder) o la hermana Teresa le lleva y le trae cada día a las clases de la Universidad en el Toyota de la comunidad. Yo le comenté que existían unas motos de cuatro ruedas a todo terreno llamadas quads, ideales para personas como ella. Además se pueden conducir sólo con las manos y no son demasiado baratos. Si se pudiera conseguir una partida de estos vehículos para las muchas Ivones que hay en África, su potencial de actividad y capacidad podría dar rienda suelta como las ruedas dentadas de los quads. Ningún obstáculo les pararía. Sólo falta la voluntad económica, formación, herramientas y recambios para aprender a repararlos.

El caso de Ivone es un ejemplo que puede animar a otras personas como ella y que no han podido promocionarse porque la familia y la sociedad les ha condenado al ostracismo.

En África hay y puede seguir habiendo más Ivones.

En Bissau

Arana impresionante.
Centro cultural franco-Bissau...

Con el Pep Congost en su restaurante


Bissau 22 septiembre 2008
Trajimos a Abraao hasta Bissau. Antes de dejar su missao repuse agua filtrada en nuestra garrafa e hicimos un último desayuno comunitario. Tras levantar la mesa el hombre empastillado cambió su ubicación en su asiento habitual de porche de interior para ponerse en el porche junto a la capilla, para decirnos adiós con la mano. Durante todos esos días fue el pupilo de Vic, encargada de separarle las pastillas recetadas que debía tomar puntualmente, es posible que para asesinarlo, como suelen hacer muchos medicamentos en personas ancianas. La autista desapareció sin saludarnos. El padre Domingos nos apuntó su email. Serguei estuvo en todo el momento junto al carro. Tuve que deshacerme de él y pedirle que trajera mas agua desde el refectorio para que el pipí en espera de Vic siguiera su curso natural y se mezclara con el agua caída de la lluvia de la noche en los matorrales. Por cierto, el árbol junto al que aparcamos debería estar infestado de hormigas porque algunos cientos de ellos tomaron el interior de nuestra furgo como residencia alternativa colándose por las ranuras de las puertas. En ningún momento desde la compra, las gomas y cierres de las puertas han sido los ideales y se pueden colar los insectos imponentemente ¿cuántas veces he dicho maldita Fiat? Ahora no lo diré, me aburre. Abraao trató de esconder su ordenador portátil en nuestro salón-cocina-móvil. Finalmente emprendimos la ruta. Abraao es un hombre estresado aún cuando viaja. El estrés no se muestra simplemente como una hiperactividad sino que es sobre todo una actividad con ausencia de planning que serene al actuante. Es una patología, no un síntoma de fin de semana.
En la curia en la capital desapareció hablando con uno y con otro para asegurarnos nuestra nueva ubicación. A iniciativa de él la pidió por teléfono. 3 días justos. Me presentó a un italiano blanco que estaba en su despacho arreglando no sé que objeto en sus manos. Apenas levantó la vista y con la menor dosis de amabilidad de la que pudo hacer acopio me dijo que podíamos usar la corriente eléctrica de su espacio ajustándonos al horario estricto. Tras decirlo volvió a bajar la vista para seguir con su asunto. Antes que él un par de sacerdotes negros me saludaron amablemente. Brancos-brancos. ¿qué les pasa a los blancos? Aunque me lo presentó olvidé inmediatamente el nombre. Era el tipo de hombre que te haces una idea nada más conocerlo. He leído en algunos kinesiólogos e intérpretes del esquema corporal que para tener la impresión de una persona se necesita un minuto y medio. Para algunas esto es una barbaridad de tiempo. En media docena de segundos tienes de sobras. Afirmar que el susodicho era un tipo distante y frío era lo menos que se podía decir. Cuando tipificas así a alguien consigues que te tome inmediatamente por su enemigo. Puesto que la enemistad la tienes garantizada es mejor señalar lo que realmente habías sentido: una gelidez y una falta de hospitalidad absolutas, decirlo no lo va ha hacer más enemigo. No olvidamos que la apertura católica como religión no existe, lo que existen son personas hospitalarias, comunicativas y amables a pesar de ser católicos y otras que no tienen nada de esos atributos a pesar de llenarse la boca con el discurso de la caridad o la ayuda. Evidentemente un italiano, como europeo que es, debe saber que la inmensa mayoría de europeos somos utilitaristas y que no creemos en las pamplinas de los altares y que algunos utilizamos su infraestructura como lo que es: infraestructura.
Si nos pusiéramos del lado de quien recibe el mismo tipo de solicitud, la de un viajero de paso, con algunas hectáreas dentro de nuestro perímetro y un montón de espacios, a menudo varios de ellos sin usar, no tendríamos el menor inconveniente en proporcionar mesa, cama, cocina, duchas y electricidad, sobre todo electricidad para unos días y aprovechar la presencia del extranjero para dialogar, intercambiar ideas e informaciones y practicar la entente cordiale. Claro que nosotros no tenemos ese espacio y ellos sí, con lo cual siempre senos podrá acusar de solicitantes y discutirnos que no somos entregantes. Desde que lo tienen –el espacio- no solo tienen eso si no la experiencia de veinte siglos en las que han aprendido como aplicar los principios bíblicos sin perder de vista sus negocios.
Nos despedimos de Abraao ese hombre atribulado que siempre camina con pasos cortos y con prisas y dejamos dicho a los porteros que regresaríamos después. Luego fuimos al centro de Bissau. Paramos frente a un Ecobank mientras avistábamos un policía (siempre los malditos policías colándose inevitablemente en este relato) para preguntarle si podíamos estacionar la furgo ahí para un minuto. Antes de entender nada me pidió el permiso que ya no le di. Ahora, cuando un policía me pide un documento miro directamente a su cintura si tiene una pistola para decidir si se lo doy o me voy. Bajé para confirmar lo que algunos guineanos que nos informaron mal no saben, que no hay ningún banco que admita tarjetas de crédito. Nos debemos al mercado negro para hacer nuevos cambios. Antes de salir de Bafatá cambiamos otros 100eurosa 650cefas unidad en el mismo sitio que los 50 anteriores pero con otro hombre que ya tenía la respuesta memorizadas por tramos de cantidades.
En Bissau tramitamos el visado en la embajada de Gambia. En ese momento advertí que mi pasaporte ya no disponía de páginas disponibles para eso. Hay dos páginas anteriores en el pasaporte de antiguo modelo reservadas para las autoridades y otra final para lo mismo. El de Vic todavía tiene algunas disponibles. Fuimos a la embajada española donde una secretaria muy sexy y algodonada identificó mi acento catalán (todo mi internacionalismo se cae por los suelos cuando me lo identifican) y hablamos en catalán. No sabía nada o sabía menos que yo. Mientras tanto su jefe desaparecía por la puerta porque iba pitada a una comida de contactos o a lo que fuera y no se atrevió a interrumpirla para ampliar información. La embajada en Bissau no dispone de la tecnología para hacer los pasaportes de nuevo modelo y deben enviarlos a Dakar. Descarté esta opción por el tiempo que supone y que no tenemos. Mencionó algo sobre la previsión del viajero sin darme yo por aludido. Cuando iniciamos este viaje, mi pasaporte estaba medio lleno ahora lo está al completo. Antes no podía renovarlo porque precisamente estaba medio lleno, y la posibilidad de hacerlo en una embajada, como se demuestra, no resulta tan claro, lo mismo que el permiso de conducir. Desde la óptica institucional en España no hay ningún problema: tenemos embajadas, todo lo que necesites lo puedes resolver desde ellas. ¿quéeee? Volví a la embajada de Gambia para asegurarle que podía meterme el tamponazo del visado en la página donde dice expresamente en todos los idiomas que no se puede hacer eso. 15mil cefas por cabeza no era un bocado para despreciar. Quedaba el visado de Mauritania que requeriría otra página. Todavía no entiendo como detalles tan tontos se pueden convertir en problemas tan graves. Ese itinerario de gestiones, como siempre, me dejó lo suficientemente exhausto como para ir a refugiarnos luego en el centro cultural Franco Bissau Guineen (Los franceses en todas partes) cuya arquitectura nos hizo recordar el de Bamako y otros. En el centro pagamos las bebidas y los bocatas a precio europeo y continuamos con nuestra vida bohemia: ordenador y lectura de Le Monde.
Nuestro talante crítico me cansa hasta a mí. Cuando Vic menciona los errores africanos, tema que le escucho una y otra vez, cuando hace de pedagoga a los lugareños, hasta yo me siento desbordado por tantos noes. El problema no es de ella, no es nuestro. Encontrar cosas para elogiar es un verdadero reto. Estoy por poner un anuncio en un periódico de este tipo: busco gente experimental que me demuestre protagonizar conductas estupendas, pago bien por una sola cita presencial.
Podemos cambiar de decorado pero no podemos cambiar de realidad. A estas alturas del año no tenemos la menor vergüenza en declararnos pequeño burgueses que estamos hartos de estar sometidos a tanto déficit ambiental. Tenemos ganas de volver a Europa. Podremos pasarnos un mes entero, seguido quiero decir, recuperando nuestro pequeñoburguesismo y acudir cada noche al teatro, al cine, a un concierto o a un restaurant que nos devuelva la confianza si no en el ser humano a grosso modo sí en la cocina selecta. Cuando uno empieza a pensar con el estómago en lugar de hacerlo con la cabeza, como es el caso, es mejor replantearse los grandes temas existenciales y hacer una sesión de diván para la auto-retrospectiva. ¿Todavía somos filósofos sin fronteras o tan solo unos ciempiés, rodando mucho pero adelantando poco, por estos mundos que nos son dados?
Mientras estábamos con nuestros teclados en una de las mesas del gran salón de techos altos, corriente de aire fresco, no moscas y no mosquitos, uno que dijo ser fotógrafo se autoinvitó a nuestra mesa y no paró de elogiarnos y contarnos su vida: 40 años, 3 mujeres, 7 hijos y nos mostró un álbum de fotos que ojeó Vic por obligación para decirle en seguida: visto.
. Las personas de otra mesa nos hicieron de público un rato admirando mi velocidad al teclado. El fotógrafo no paró de decirle a Vic: su marido e muito inteligente. El reconocimiento siempre empieza en los rincones más insospechados y los fans más curiosos. Mientras yo no sea Gould al piano, y no lo seré nunca, no puedo esperar que me tiren flores y hasta donde yo sé no está pensado que los teclados del ordenador vayan conectados a notas musicales. Ahora que lo digo y se me ocurre por serendipity, deberían diseñarlos de esta manera; para los invidentes sería ideal porque identificarían cada sonido a cada grafía, (aunque hay programas de voz que convierten las palabras habladas en grafías y debe ser mucho mas practico) y para los demás podríamos acompañarnos de curiosas sintonías que siempre tendrían la garantía de ninguna ser igual a otra. La originalidad quedaría garantizada. Unas 80 notas, que es mas o menos lo que tiene teclado, conectadas a sonidos distintos de tantas otras teclas, que además con el apropiado soft podrían multiplicarse por muchas más, convertiría cada escritor informático –secretarias y ofimáticos incluidos-. en un mago del sonido. Ningún problema en que fuera un negado para tomar su puesto en las grandes letras universales, sería como mínimo un animador de sonidos. La idea es tan brutal que ya se le debe haber ocurrido a alguien y estará patentada, pero hasta ahora no me consta que vendan ordenadores con sonido en varias escalas diatónicas, vinculado a las teclas salvo el que hacen los dedos al teclearlas. Por otra parte esta idea no es tan original, los teclados de los teléfonos hace tiempo que suenan al ser tecleados y la verdad es que más que componer músicas han substituido la voz de los autistas y otros que los usan.
Al anochecer regresamos a la curia. Aunque el guardés de noche no ha sido avisado de que íbamos a venir nos facilita la entrada y luego nos ubica en el sitio más seguro donde estacionarnos, uno mejor que el indicado por Abraao. Pasa por nuestra proximidad el obispo y en otro momento el italiano no amable sin mostrar el menor interés por nosotros. Es el padre Lino Tanga de Cáritas con quien hablé por la mañana que nos hace de anfitrión. Nos ofrece la ducha de su casa (este territorio del obispado tiene como unas 9 casas para viviendas unas y para gabinetes de trabajo otros, todos con porche y que podrían ser la envidia de no pocas urbanizaciones estandarizadas de la costa del Sol). Tan pronto somos invitados como hay detalles que nos hacen sentir intrusos. En este recorrido africano venimos representando varios roles: huéspedes, intrusos, ocupas, visitantes, clientes de alto standing pagando lo que ningún lugareño paga, también. Cuando nos preguntan por nuestro libro decimos que hacemos un estudio sobre la solidaridad, sin duda es lo que estamos escribiendo. No hay nada como viajar y estar en países que no conoces y colocarte en la posición de demanda, aunque sea para pedir algo tan ordinario como un sitio donde estacionar el vehículo, agua y una conexión eléctrica para que toda la tipología humana se despliegue ante ti sin la menor vergüenza de mostrarse tal cual es.
Como otras veces, la gente más tirada es la que se nos confía más. Paga, el portero, toma como una revelación la llegada de Vic porque su madre también se llama Victoria. Luego durante la tromba de agua, bajo la paillote llena de agujeros, me cuenta que tiene 38 años, 8 hijos y que su deseo es ir a España. Gana 35mil cefas por mes (poco más de 50e) y me pone al día del precio de un saco de arroz (22mil cefas 50 kilos). Paga 15mil mensuales por la casa. Las cuentas no le salen. Si éste hombre llegara a atracar un banco algún día y matara de paso a quien se lo impidiera, la sociedad dirá de él que es un delincuente inadaptado y lo encerrará de por vida. Representa el otro prototipo de africano que sigue con las tradiciones, que tiene una relación con la mujer, solamente por su función partera y que carece de la menor capacidad de cálculo de su futuro.
Durante un par de horas de trabajo la primera mañana en el gabinete del economato diocesano, Joosi muestra la amabilidad que no tuvo el padre GianCarlo el día anterior chocando la mano con mas impetuosidad, Cuando este aparece para preguntarnos si vamos a quedarnos hasta mediodía le hago sacar un poco de amabilidad olvidada de la primera presentación, presentándole a Vic y seguir el protocolo elemental de la buena educación entre dos personas que se ven por primera vez. El hombre se sintió un poco condicionado y nos pregunta si somos italianos o si hablamos portugués. Luego insiste varias veces que no estemos al tanto de quien entra tomándonos por los nuevos bedeles de la casa. Seguramente, seguro que sí, llegaremos a hacer grandes migas con él. La curia tiene internet pero su cobertura es deficiente y no permite la conexión fluida. Podríamos ser más felices con esa posibilidad pero no hay ninguna noticia tan urgente para que no pueda esperar a consultarla. Al dia siguiente Giancarlo y su colaborado nos ayudaron con el TCP para protocolizar la conexión a la net y la aproximación ya pareció de compañeros de oficina. En Bissau los cyber son 4 o 5 veces mas caros que en Senegal aunque con un soft y comprando el código como si de tarjetas de prepago para móvil se tratara se puede usar internet poniéndose cerca de una antena de telefonía. A pesar de todo pude tener dos conversaciones digitales de una cierta duración, una con Isaac, hablando de los preparativos para su próxima paternidad, y otra con Almu, muy preocupada porque no había dado señales de vida desde hacia la barbaridad de unos quince días.
Los miles de agujeros en el asfalto de Bissau-ciudad mantienen el tráfico rodado en el entorpecimiento continuo. Ante la desidia permanentemente reiterada la opinión blanca es lo que menos cuenta, lo que interesa de los blancos es su dinero que tampoco irá directamente a programas de reparaciones sino indirectamente a los bolsillos de los intermediarios que con esta excusa lo demandan. Cuando una ciudad se ha dejado auto degradar tanto una década tras otra lo único que se puede hacer es aceptar la tesis en la que venimos insistiendo: nadie puede ayudar a nadie si no se quiere ayudar a sí mismo. Cuando comentamos, con la mayor de nuestras radicalidades, ese asunto, nadie, absolutamente nadie, ni entre los nativos ni entre los blancos intervencionistas con cualquiera de las etiquetas de cooperación que hemos conocido, defiende la tesis de la solidaridad incondicional o no reconoce el fracaso histórico de ella. En el gabinete del Economato diocesano no tuvimos conversaciones con sus habituales pero sí con María Teresa Vasconcelos e Castro, una seglar consagrada de Madeira. Nos invitó a comer en su casa que comparte con otra seglar y con niñas adoptadas, dentro del recinto de la escuela Sao Paolo que ha dado nombre al bairo periférico donde están. Hicimos vida de familia. Su compañera, Cecilia, una chilena, estaba obligada a guardar reposo por la fractura de su tobillo. Repasamos la política del mundo deteniéndonos un poco en el terrible periodo Pinochet, un apellido con el que indirectamente su familia, de derechas, está emparentada. Aportó un rato revelador: sus incondicionales empezaron a dejar de prestarle apoyo a partir de saltar a la luz pública lo defraudador que había sido con el heraldo público. Como golpista y asesino era perdonado, pero como ladrón, algo que perjudicaba a los intereses de clase dominante, no. Nos contó también un detalle revelador del chile de aquellos años. En cierta ocasión ella iba en dirección a una iglesia con sus pintas algo hippies cuando una patrulla vehiculizada del ejército la apuntó con un fusil ametrallador escuchando como lo cargaban a sus espaldas. La cosa no pasó de ahí pero cuando contó lo ocurrido a una de sus tías de derechas le advirtió que no contara nada de lo sucedido para que no se fuera a creer que el ejército hacia tales cosas. Si hay una psicología perversa no es la del ignorante cuya conducta es nefasta pero no se le ocurre pensarlo, si no quien sabiendo de los grandes errores hace todo lo posible por ocultarlos. Eso es propio del derechismo histórico en todos los países y de las clases privilegiadas que no quieren perder sus privilegios aunque sea a costa de lo peor contra los demás.
El grupo electrógeno del recinto se reconectó con la noche consolidada, a las 19:30. Después fuimos al comedor. Teresa hizo que nos sintiéramos como en casa. La falta de convivencia los tres días en la Curia Residencial fue compensado por la que tuvimos en Sao Paulo. Nos interesamos mutuamente por nuestras vidas respectivas. En la Curia, el único que nos saludó efusivamente fue el obispo con el que coincidamos por
Segunda vez, la anterior había sido en Bula en la oficina de internet. Y el único que nos hizo de anfitrión fue un sacerdote de Caritas, Lino Tanga, cuya partida a Santarém para estudiar dos o tres años era inminente con lo que apenas pudimos hablar con él.
En Bissau no hay cajeros automáticos. Cambié euros por cefas, casi a 650, en Ecobank aceptando pagar una comisión de unos 600. Nos instalamos una vez mas en el centro franco guineen que los sábados por la tarde cierra y también los domingos. Luego fuimos al restaurant Baiana, también en la plaza Che Guevara, donde tuvimos la grata sorpresa de que lo regenta un catalán, Pep Congost, un biólogo dedicado a montar chiringuitos, como él los llama, con quien pasamos parte de la tarde conversando: conocidos comunes del campo del ecologismo, enfermedades varias, peligros de navajeros, bandas nigerianas, extorsión policiaca, oenegeros que van de turistas ricos y el feeling por África al que no pocos europeos no pueden/podemos resistirnos. Nuestra percepción del peligro aumenta con noticias que nos dan sobre agresiones o robos violentos aunque nuestra tendencia natural siga siendo a confiarnos más y más. A Pep trataron de interceptarlo entre dos coches por la noche en medio de la nada y en otra ocasión fue detenido por tres días sospechando que era un espía (durante este intervalo su cosas habían sido desparramadas sobre una mesa y una importante cantidad de dinero quedó envuelta en un impermeable sin que lo descubrieran. Estaba seguro de que en el caso de habérselo encontrado lo hubieran matado para robárselo puesto que era una cantidad considerable). Él ha desarrollado una estrategia paga ganarse a los aduaneros que supera lo de las2 microbolitas de homeopatía semanales para cualquier consulta. El control antes de llegar a Gao procedentes de Níger que tuvimos que sufrir no fue nada en comparación a su táctica: se abastece de unos cuantos supositorios (recordemos la forma: envueltos en papel metalizado y con forma de torpedo) y cuando los polis les piden medicamentos se los hace tomar pero por la boca. No importa el motivo de consulta ni el elemento acompañante a la glicerina del producto, la descripción de sus bocas masticando eso cumplía sobradamente la venganza de todo viajero enfadado y vengativo.
He pensado que el hecho de ir con una silla de ruedas en lugar de hacernos más vulnerables nos hace menos atacables. ¿Quién iba a secuestrarnos? Seriamos unos fardos. Por otro lado, parece que la condición de handicapé genera un sentimiento de protección mayor. Francamente, si todo ladrón que ataca a alguien para quitarle sus pertenencias es un criminal sin perdón el que lo hace a una persona minusválida hay que freírlo a fuego lento y con aceite del malo para que repiense su futuro un rato. En algunas ocasiones Vic y yo hemos pensado en un plan de autodefensa en caso de ataque, ya se me ha olvidado en que consistía. Teníamos varias opciones, siempre en la posición de ir ella de crucero montada en la silla y yo empujándola. Opción A: darle con los superbastones de ella, tubos de aluminio que no contienen ningún reservorio de nitroglicerina, a la cabeza del agresor. Opción B: embestirlo con la silla y pasajera incluidas reconvertidos en operación balística, para tirarlo por la baranda del puente al barranco, siempre que el ataque fuera en un puente y de frente. Opción C. No había más opciones. No tenemos alma de kamikazes ni yo he reactualizado mi curso de judo. Simplemente descartamos que alguien se le ocurra hacernos daño. Por no pensar en el tema ni siquiera tenemos un machete guardado bajo la almohada. Algunas noches sí que me he acostado con mi navaja de camping (cuchara y abrelatas en el kit) para enfrentar al malo. La verdad me he sentido un poco ridículo. No me imagino diciéndole a mala gente con cara de asesina, no des un paso más si quieres conservar la vida. Una especie de halo protector debe disuadir a los bandidos para atacarnos. Al principio de hacer de furgoperfectos por Europa escondíamos en varios sitios nuestros objetos de mayor valor y nuestras fortunas dinerarias. Por aquí desde hace meses apenas tomamos medidas. Opino que si a veces nosotros no encontramos las cosas dentro de la furgo un ladrón puede tener más problemas para hacerlo. Claro que despues de muertos podria tener bastante margen de tiempo para hacer la investigación correspondiente. No olvidamos que el blanco sigue siendo la presa favorita del negro, perdón de algunos negros no precisamente pocos. La prevención ante el robo es un principio universal. En África tiene trazas de paranoia pero no sin razón. Cada vez que una puerta o un armario no son cerrados el peligro de que alguien mangue algo se multiplica. Por su lado, el africano que intuye que se sospecha de él por su condición africana debe sentirse psicológicamente fatal. Algo que les extraña es que te detengas para llevar a alguno que hace la señal de parar. Por un rato duda en subir. No entiende como somos capaces de arriesgarnos. Mucha gente sigue el criterio de no salir de noche o aún menos viajar. Algunas veces lo hacemos aunque tampoco hemos abusado de eso.
La verdad es que cuando la gente nos habla de patologías como la bizharlosis, (las bolsas de gusanos que revientan en medio del muslo y mientras se te meriendan la pierna te dicen: ¿qué tal te va viejo?) no te quedan muchas ganas de hacer el héroe. Mis máximas heroicidades no han pasado de caminar descalzo por la playa de M'bour donde la suciedad casi me fosiliza ipso facto y cruzar la calle-río rúa milhonario en nuestro barrio en Gabú tras una tromba de agua para lo que no me quedaba otro remedio que hacerlo. Los gusanos o larvas de esta enfermedad están en charcas estancadas y se cuelan por las uñas de los dedos para hacer su plan de residencia dentro de tu cuerpo librándose de pedir un crédito hipotecario.
Los 3 días en la escuela de Sao Paulo contrataron totalmente con los otros 3 en la curia, Ahí hicimos vida de paillote, aquí vida de familia. Ivonee, que es la responsable del taller de confección además de estudiar Economía en la universidad, siguiendo mis indicaciones, preparó un respaldo y un asiento para una de las dos butacas de aluminio de campismo que lleva tiempo sin ambas cosas y que las cinchas alternativas no acarician precisamente las posaderas. También hizo la costura a los 4 lados de una de las telas pintadas que hacen.
En una de nuestras salidas hasta al centro un niño que flipó con mi nombre vino corriendo tras nuestro para advertirnos que la puerta de atrás nos había quedado abierta. Por fortuna no se nos cayó nada. Luego ese niño lo llevamos un tramo de pista de tierra justo hasta la carretera principal asfaltada, donde también transportamos a otro pasajero que nos los pidió. Para nuestra sorpresa a medio dia el crío había recorrido la distancia hasta el centro de la ciudad y nos localizó ahí mientras estábamos en el Baiana.
En dia domingo acompañé a Vic a misa dentro del recinto escolar: todo colorido, los parroquianos vestidos de domingo, canticos y oraciones. Yo regresé a mi ordenador: mi único santuario. Luego me contaría que comentando sobre la justicia de la parábola transmitida por St. Mateo 20, I-16la (aquella en la que el patrón paga a todos el mismo salario aunque los obreros trabajen cantidades de tiempos distintos) el cura preguntó directamente al publico si les parecía que aquello era justo: todos susurraron justo-justo y él dijo: no eso era totalmente injusto con la pretensión de suscitar un debate. Vic flipa con detalles de éstos.
En la comida de ese domingo que la mesa tuvo dos invitados más: una señora que me consultó por sus cálculos renales. (Rábanos crudos, infusión de algún hierbajo depurativo y mucha agua para drenar además de cambiar de dieta: menos arroz y mas hortalizas y legumbres) y el novio de una de las muchachas adoptadas por las hermanas. El muchacho, otro autista, llegó, se sentó, comió y desapareció, notando en algún momento que estaba ahí enfrentado a su plato junto a su novia sin mover la boca para otra cosa que no fuera comer y solo comer. Tras hacerlo todos y un rato de sobremesa hicimos unos 10 kms de pista hasta el territorio de las oblatas y oblatos, ellas del coraçao de Jesús y ellos de María, con una iglesia soberbia que toma el nombre de la zona: N’ Dame. Para ir hasta allí Teresa ofreció que condujera sus Toyota todo terreno, uno de los vehículos que se ve por África, que tiene dos filas de asientos en la cabina y en caso extremo caben 6 personas más una parte de caja de camión detrás. No hicimos mucho salvo visitar un soberbio mural con unas 40 figuras humanas todas con los ojos mirando hacia arriba, con ojos casi glaucos, y unos cuantos animales de mirada normal que no se habían enterado donde estaba el centro de atención de la mirada. Cuando ya nos íbamos salieron a saludarnos algunos. De tener tiempo y un todo terreno es un lugar para quedarse a meditar o simplemente a escuchar el sonido de los pájaros. Como en otras partes observamos curiosidades irrespetuosas con la naturaleza: su foso para los desperdicios contenía cristales rotos de envases de cerveza y restos de vegetación, todo para quemar. Si para un africano no entender el concepto de reciclaje de los desperdicios se pude atribuir a su falta de cultura, para alguien con formación europea no hay justificación posible.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Bissau; capital.

Por la noche ya necesitamos taparnos con sabana...



18 de septiembre.

Después de nuestra estancia en la parroquia de Bafatá volvemos a Bissau con el padre Abrao, párroco y persona que nos acogió estos días en Bafatá.

Cuando llegamos a la misión católica de Bissau, el padre Abrau se encargó de gestionar nuestra residencia aquí. El párroco responsable es un italiano con muy pocas ganas de ser amable. El resultado es que dormimos en la furgo, nos duchamos en la casita de un cura africano super afable, utilizamos el despacho adjunto del párroco para escribir con electricidad durante toda la mañana y hacemos vida y comida en un sombreado paillote con un grifo de agua cristalina al lado,ás podemos pedir a la vida?. El personal que va purulando por el recinto saluda mecánicamente, excepto los africanos, como el obispo de Bissau que ya conocimos en Gabú cuando estuvimos alojados en el C.F.P. y que compartíamos Internet con él. Es un individuo muy sano y campechano, de esas personas con las que al instante te sientes a gusto. Nos vino a saludar al paillote y a echar unas risas. Los demás trabajadores de la parroquia, como el guarda, el jardinero o el de seguridad, se sientan a charlar con nosotros cuando pueden. Otra excepción es la italiana que trabaja con el párroco, muy sonriente y amable; también a una seglar de Madeira que vino a escribir con su portátil y al final sólo se dedicó a conversar con nosotros sobre sus preocupaciones como educadora en una escuela privada religiosa de Bissau. Hemos quedado para ir a comer a su casa pues vive con una chilena que trabaja en el tema de la alfabetización de adultos y le interesa lo que le pueda aportar sobre el método Freire que yo utilicé cuando trabajaba alfabetizando en mi escuela.

Sorprendentemente, las lluvias parece que no han cesado en abundancia y fuerza. Cada día los aguaceros de tormentas eléctricas explosionan como bombas de nitroglicerina. Dicen que hasta mediados de noviembre la cosa seguirá más o menos igual. La consecuencia es que las atrotinadas calles son casi impracticables, el frescor nos alegra el cuerpo demasiado fatigado por el calor pegajoso, y la flora y fauna no dejan de multiplicarse y recrear nuestros sentidos.

Fuimos a la embajada gambiana a comprar el visado y después al centro cultural franco-bissau-guineano. El edificio es de moderno diseño, muy aireado, con estructuras metálicas que amplifican el sonido de la lluvia golpeando sobre el alto tejado de zinc. Cuando la aterradora tormenta sobreviene, el ensordecedor ruido hace que todos paremos nuestras actividades para contemplar su salvajismo. Parece que este grito de la naturaleza permanente me está curando de mi terror a los truenos y relámpagos. La furgoneta nos hace de útero materno y nos sentimos muy protegidos y aislados de los peligros de la noche y de ser empapados por la lluvia. Dados los precios de las consumiciones, la mayoría de africanos que se pasan allí la tarde, unos charlando, otros leyendo la prensa y otros viendo la TV, no toman nada, sólo los blancos que allí estamos. Como siempre, nos sentamos cerca de un enchufe y tecleamos hasta que cierran. De vez en cuando se nos acerca e instala alrededor de nuestra mesa algún africano, nunca un blanco, que nos cuenta lo que hace: un fotógrafo de actos oficiales, un camerunense muy contento de poder hablar francés en Bissau, que trabaja para los japoneses haciendo una prospección con el fin de instalar infraestructura de frigoríficos y de envasado de pescado. Está un poco desesperado porque le cuesta mucho encontrar a una cuadrilla que tenga ganas de trabajar y sea mínimamente responsable. Dice que la mentalidad de su país es totalmente distinta, allí la gente piensa más en el futuro que en sólo sobrevivir cada día.

Hemos conseguido conectarnos a Internet aquí mismo en la parroquia. Va muy lento y cuesta mucho subir fotos, así que tendrán que esperar para un próximo cyber más rápido.

Hoy 19 amaneció soleado caluroso y refrescado por una suave brisa que algodones de nubes nos traen anunciándonos otra tormenta, tal vez, ala caída de la tarde. Después de nuestra ducha, desayuno y tecleo en la oficina parroquial, nos iremos a cambiar euros porque aquí no existen los cajeros automáticos. Es el último día de nuestra estancia en esta parroquia de Bissau.

He estado intentando modernizar el blog, pero, entre que la red de Internet aquí es lentísima y yo no estoy lo bastante ducha en estas cuestiones, el resultado es que me desespero y al final el blog está casi igual que antes, excepto el blogget con las fotos del National Geografic. Si alguno de los lectores me puede sugerir la manera más fácil y efectiva de hacer más agradable a la vista nuestro blog, que me lo diga sin falta.

En Bafatá





11 de septiembre, día de la “Díada” en Catalunya.

El día amenaza lluvia y las nubes se resisten a encerrar al sol, entre hueco y hueco, sus rayos nos dan un fuerte calor que se ve suavizado con la fresca brisa intermitente. Si de día las temperaturas nos sofocan, de noche nos tenemos que cubrir con sábanas.

Esta ciudad todavía conserva mucho sabor portugués. Quedan todavía muchos edificios coloniales, unos son sede de organismos oficiales y están más o menos en buen estado, otros son viviendas de potentados y, la mayoría, pasto de la degradación. Sus preciosísimas tejas rojizas moldeadas en artísticos diseños portugueses se fabrican en esta bonita ciudad. Conocimos al dueño de la fábrica, un dicharachero y pasional portugués llamado José Pedro Pedroso. Este entusiasta de la cerámica es un enamorado de su tierra y de G.Bissau, conoce España al dedillo y comparte nuestra visión crítica sobre el papel de las ONGs en África. Esta villa todavía conserva, en la ancha avenida que desciende al río Geba, trozos de firme de grandes piedras alisadas por el uso y bien enraizadas. Han soportado sin rechistar el paso, imagino, de grandes carros atestados de cargamento o de material de guerra, después, de inmensos camiones o de automóviles modernos. Sigue igual de lisa y parece reírse de los cráteres del fino asfalto o de las calles de tierra que constantemente cambian su fisonomía a causa de los torrentes y charcos que la lluvia provoca. Al final de esta calle, hay un viejo mercado con arcos árabes bastante trotinado y todavía delicioso. Termina en el río adornado de juncos y fresca hierba que dan un aspecto idílico a tan tranquila urbe. Allí, protegidos por la sombra del edificio de los juzgados, intentamos dormir la siesta mientras los escasos habitantes ociosos miraban nuestra camioneta con una mezcla de sana envidia y curiosidad. El sofocante calor nos echó de nuestro habitáculo y, Jes instaló su butaca y mesa en la acera para escribir su poema del día. Los transeúntes saludan a cada momento y hacen preguntas sueltas sobre nuestra procedencia y viaje. Yo me quedo en la cabina de la furgo con las puertas abiertas, leyendo. La brisa nos ayuda a soportar mejor las primeras horas de la tarde.

Al medio día descubrimos un encantador restaurante regido por una portuguesa: “Ponto de encontro”. Me dije que ella sería la garantía de una abundante y sabrosa comida. Aunque los precios nos parecieron exorbitantes para el lugar y el contenido (una bandeja de pollo -en salsa y rebozado con huevo- con patatas, y otra bandeja de ensalada de pepinos y tomate con cebolla y bien aliñado): 3500CFs; el resultado fue que disfrutamos muchísimo y nos pareció un festín. Es increíble cómo, unos platos tan sencillos como estos, cuesta que en un restaurante de africanos lo valoren. Lo que ellos llaman ensaladas sólo son trozos de pepino y/o de tomates puestos en un plato; el pollo requemado o lleno de huesos a la parrilla, y con el arroz, al estilo chino, pegado y casi una pasta informe. El marido es un portugués de unos 60 años que fue militar en la época de Salazar, lleva más de 40 años aquí y nos comenta que, desde “la revolución de los claveles” en 1974, G. Bissau ya no es lo que era, su independencia le ha llevado a la ruina y ahora la gente, incluidos ellos, intenta sobrevivir como pueden. No tienen clientes del país, sólo turistas que son escasísimos, y él trabaja, además, de profesor de autoescuela. Como la gasolina es muy cara, nada más que encienden su grupo electrógeno de noche, así que no pudimos enchufar nuestro ordenador y nos fuimos cuando nuestras baterías se agotaron.

Hacia las seis de la tarde nos aventuramos a conocer la Misión Católica de Bafatá. El párroco, padre Abraham, serio y reposado en un principio, resultó ser una atentísima y agradabilísima persona que se ha desvivido por acomodarnos en una limpísima especie de suite con ducha, water, velas y una inmensa luz alógena conectada a la red de la batería solar. El recinto tiene una construcción sólida con porches, claustro, arboledas y el consabido campo de fútbol para la chiquillada del lugar. Cenamos a la luz de una vela y debatimos acaloradamente sobre la impotencia de ver África tan castigada y manipulada por los estados y organizaciones humanitarias de Occidente. Como tiene el generador averiado, ahora estamos en uno de los despachos de la parroquia enganchados a la batería de las placas solares, después de un modesto desayuno donde hemos compartido su tisana con nuestras mermeladas y pan. En el porche, un señor está instalado en una mesa con unos grandes cuadernos apuntando a los alumnos de catequesis en relajada tertulia con cada uno de ellos, su escritura de grandes rasgos ocupa ordenadamente las columnas de cada hoja. Nuestro mimetismo con el lugar es tan grande que parecemos ya de la casa. Nos sentimos muy a gusto aquí escribiendo en este despacho rodeado de estanterías con interesantes libros de Teología, Liturgia, Pastoral, Sociología, Catequesis, Islamismo... Y, de vez en cuando, somos interrumpidos para preguntarnos si queremos que nos laven la furgo o si nos gustan las judías verdes...

Hoy día 13 no hemos podido trabajar con el ordenador porque la batería del panel solar no carga la nuestra, pensamos que es un problema del transformador que utilizamos cuando funcionábamos con nuestra placa solar.

El colmo de obtención de recursos, como llama Jes a este fenómeno, es que nos han dejado una especie de sala de juntas del obispado (a unos 200m de la parroquia donde vivimos) porque tiene generador hasta la 22h. Así que, después de cenar nos hemos venido aquí a teclear. Lástima que en Europa a Jes no le interese mucho eso de conseguir editores para sus libros porque no cree demasiado en ellos, pienso que, si se pusiera, obtendría los mismos resultados positivos que en este viaje africano. Y es que no hay mejores potenciadores de imaginación y de lucha por la supervivencia que estar con el agua al cuello. Para él, no tener electricidad que alimente a su máquina de fabricar palabras e ideas es lo más grave que le puede pasar, y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguirla. Esta obsesión por escribir empieza a contagiarme, a pesar de resistirme a ello diversificando missescritos diario con: la práctica del clarinete, alguna que otra colada de ropa, jugando al solitario (hecho que ofende a Jes por considerarla una práctica alienante), o leyendo todo lo que cae en mis manos. No sé que sería de Jes si la electricidad en el mundo se acabara.

Gabú

Desde el 7 de Septiembre hasta el día 11 hemos vivido en Gabú. Una ciudad mediana, plana y con anchas calles terriblemente acondicionadas. Al llegar buscamos, como siempre, un lugar seguro para pasar la noche. Después de infructuosos intentos de encontrar la consabida Misión Católica, fuimos a parar al hospital y centro nutricional de Cáritas. Este último lo rigen dos monjas, una portuguesa y otra argentina. Ante nuestra petición se movilizaron rápidamente. Fueron a buscar a una de las médicas cubanas que están formando a médicos pagadas por su gobierno. Sin ningún problema, la cubana Miladis se monta en nuestra furgoneta para guiarnos a la facultad de medicina porque allí hay electricidad y agua todo el día. El pequeño edificio de una planta y porcheado está ubicado en medio de un prado verdísimo con árboles frondosos, vecino a varias casas particulares y muy próximo al campo donde cultivan o sacan a pastar a las vacas y cabras.

Las clases de medicina todavía no han empezado y las habitaciones del edificio son ocupadas por jóvenes que estudian Formación Profesional o trabajan de albañiles en alguna obra de la zona. La única condición para todos los que aquí convivimos es abandonar el recinto antes del lunes 15 de septiembre. El aislamiento del lugar me permite ejercitarme con el clarinete y poder trabajar las notas agudas que tanto molestan a todo aquel que me circunde. Los chavales son muy tranquilos y comunicativos. Cada mañana les invitamos a desayunar y ellos nos hacen el favor de rellenar de agua del pozo los recipientes de nuestras duchas o lavado de vajilla con sus potentes y jóvenes músculos. Después, cada uno se va a sus quehaceres y nosotros a teclear. Mientras tanto, el vecindario viene escalonadamente a cargar sus móviles porque es el único lugar que hay luz todo el día. Con esta excusa, charlamos un poco y nos informan de dónde podemos comprar huevos o pan. Al mediodía, Jes prepara sus sabrosos manjares con la habilidad de no utilizar demasiados ingredientes. Yo aprovecho para reorganizar los libros leídos de nuestra biblioteca que traslado a la parte de atrás y ordeno la despensa cambiando los frascos de legumbres y aceite al compartimiento del centro, donde tenemos lo que vamos consumiendo habitualmente.
Antes de comer, Maladis nos viene a visitar con la bata blanca y el estetoscopio todavía caliente de usarlo en la consulta del hospital público. Le ametrallamos a preguntas sobre Cuba. Es madre de dos hijos todavía pequeños y esposa de un ranchero que tiene hectáreas, yeguas, caballos y ganado vacuno. Es, lo que podríamos llamar, una persona totalmente convencida de que la obra de Fidel no tiene parangón. Su código de valores se asemeja bastante a cualquier mujer casada con hijos de cualquier país del “mundo capitalista”, no la de una persona que ha vivido en un régimen político que repudia cualquier atisbo de consumismo desenfrenado. Afirma que hay tiendas con todos los productos modernos que quieras de perfumería, ropa, comida, bebida,... Que todas las calles y edificios están perfectamente asfaltados y cuidados. Que todo el mundo tiene neveras sin CFCs, también coches estadounidenses, ... En fin, que Cuba es moderna y confortable para todos.

Por la tarde, después de la siesta vuelve con su compañera Sucel. Las dos llevan pantalones de mayas y camisetas de tirantes casi transparentes ajustadísismos a su figura de madres ya entradas en carnes, pero sin ningún complejo. Son muy simpáticas y genuinamente cubanas. Nos siguen contando las excelencias de su gobierno y lo paradisíaco de su país. Nosotros las invitamos a unos espaguetis a la manera de Jes que les sabe a gloria. A la caída de la tarde vamos todos a un bar con terraza en la calle de la vivienda del gobernador. Yo pido una cerveza negra llamada Sagrés que me encantó, Jes, que entiende más de estas bebidas, dice que es un asco y prefiere la Gines rubia.

Conocer a estas dos cubanas y después a una tercera, también médico, Marta, nos ha dado una perspectiva muy distinta de lo que nos imaginamos es la Cuba actual. En su casa nos enseñaron fotos de su zona, al noroeste de la isla. Calles peatonales, tiendas muy surtidas y modernas, la escuela de sus hijos un primor de orden y limpieza. Pero, insisto, a pesar de ser personas muy valoradas profesionalmente por su gobierno y haberse criado en un régimen donde la cultura está por encima de los demás valores materialistas que la sociedad de la abundancia valora tanto, su mentalidad no se diferencia en absoluto de cualquier persona de clase media baja en un país rabiosamente capitalista. No parece que tengan demasiadas inquietudes intelectuales ni espíritu crítico, sólo se centran en su profesión y en su familia. ¿Dónde está el espíritu revolucionario cubano?

Por el ojo de la cerradura





Bafatá 15 septiembre 2008
Sigue la crónica de un viaje que fue perdiendo paso a paso su intención original superquilométrica para ser una manera posible de vivir en África. Antes de dejar Mansoa dejamos una t shirt, junto a una nota en la puerta de la casa, como regalo para el ahijado del padre Antonio, un niño cariñoso que como otros tantos manifestaba su falta de cariño aproximándose físicamente todo lo que podía. Hay dos clases de niños unos que se organizan para asaltarte con alguna de sus consignas típicas (cadeau, dame, l’argent) y otros que simplemente se aproximan sin decir nada, observando cada detalle tuyo, tratando de absorberte `por tu olor y por tus curiosidades. Muchos niños son tan encantadores que te los llevarías contigo. La superproducción infantil (más del cincuenta por ciento de todas las poblaciones en todas partes son niños y adolescentes o jóvenes de juventudes recién estrenadas) no es un indicador de amor paterno-materno sino de utilitarismo ordinario. Tan pronto pueden caminar los críos se les abandona a su suerte, claro que así desarrollan mucho mas su inteligencia y evolucionan mas rápidamente a diferencia de los bebés alcanforados de las regiones blancas del planeta. No es extraño ver niños de dos años, junto a la cuneta de la carretera, solos. Hay una analogía impresionante entre los animales que continuamente ocupan el asfalto: cabras y cabritillas y los niños. Nadie les prepara para los peligros, que les toca descubrir autónomamente. El bebé es el ultimo en llegar y como tal es el que peor parte recibe de todo. Hay niños enganchados a tetas secas completamente escuálidos que no los alimentan. El famoso problema de la subnutrición no es por falta de tierras ni de alimentos sino por una absoluta y criminal falta de consideración paterna que prioriza la boca del hombre o del viejo de la familia al de los críos. El egoísmo supervivencial es absoluto. Para un continente que recibe más que ningún otro la solidaridad ajena la cultura intrasolidaria de sus habitantes es nula. Cuando les invitas a compartir tu mesa, algo que nos sale espontáneamente en todas partes y continuamente, flipan. Es un gesto que no entienden porque no lo han vivido. Ni siquiera el hecho de una mesa de comedor es una noción que la gente tenga clara. A la gente se la ve comiendo cada cual con su plato por separado, dándose la espalda. Comer no es una actividad social ni pasa pro el placer es un simple ejercicio de deglución. Lo único que les reúne en el acto de hacerlo es una palangana con arroz de la que todos se sirven con los dedos o con cucharas. Es lo más parecido a una camada de animales comiendo del mismo plato: una escena unitaria sin duda pero no para potenciar una unidad social mayor posteriormente.
Retomamos la carretera Este. Antes de alcanzar Bafatá nos detuvimos con un grupo de mujeres que trabajan la madera junto a la cuneta. Dimos el único billete que nos quedaba de 10mil para pagar más de media docena de taburetes y un mortero de madera, todo trabajado a mano. Los taburetes los venimos viendo desde Senegal, tienen forma de cálices macizos. Son una estrategia pensada para el ocio, un modo de levantar los culos de los suelos duros y elevarse aunque sea muy tímidamente camino de los cielos. La postura de la gente en estos taburetes le da un aire de sabiduría ancestral. Nada mas verlos pensamos que nos irían bien para tocar la Korá, que es como, en principio, se toca más cómodamente.
Hicimos una lista mental rápida para los niños de la sobrinada que visitaríamos y otros fratelli además de Lola, la niñita que espera Isaac. No todos los niños/as europeos tienen la oportunidad de tener en sus infancias un taburete made in Guinee Bissau, consistente y seguro que representa simbólicamente un ritmo de vida: vivir sentados. Yo, que soy un hombre abutacado, no puedo resistirme a apreciar los objetos de distintas formas para sostener las posaderas de los pueblos de la tierra.

En Bafatá localizamos un comerciante que nos cambió 50e a 650 el euro, 6 cefas menos de su contravalor real. Bueno. Sacamos el dinero de nuestro eurocash, un bolsillo de cuerda al cuello que cada vez abulta menos. Ya no zuleamos dinero y lo llevamos encima desde el ultimo problema de humedad. Zulear es un verbo inventado por Vic. Hemos convenido que prácticamente todo substantivo se puede convertir en verbo si las necesidades del comunicante pasan por ampliar sus recursos vocabulares. Quien no los entienda siempre puede desengrasar su percepción para ampliar su potencial imaginativo.
Proseguimos por una carretera mejor que una buena parte de las senegalesas y de las nigerinas, hasta Gabú, donde una vez más nos dejamos enredar en un restaurant que nos llamó la atención por conservar un enorme árbol con la copa amputada y un cartel de Sagres clavado en uno de los brazos, al menos aquí permitirían vivir a ese árbol. Despues de sondear las posibilidades encargamos estofados pero que en realidad nos sirvieron el consabido arroz blanco mazacótico, apelmazado e insípido con una carne dura e intragable y dos patadas representando la idea que teníamos de carne estofada. Vic podía haber saboreado los elementos vegetales y yo los cárnicos, ambos nos quedamos con un palmo de narices. Todo lo que no sea pedir ver los platos a priori significa caer en una u otra trampa, peor que eso, en una emboscada. Dejamos casi todo sin comer y yo al menos me quedé con hambre. Al retirar los restos, es decir lo mismo que había servido con un poco menos, el que lo hizo no preguntó si no nos había gustado, la respuesta era evidente. Un rato después nos vino a saludar un mono, escapado de un hotel cercano. El mono se refugiaba bajo nuestra mesa y butacas perseguido por los encargados del local con un palo con el que lo bastonearon. Al principio pedimos que le dieran nuestras sobras pero en lugar de eso dio lo que fuera donde no había la carne dejada (probablemente reciclada para otro comensal incauto o para la sopa donde cabe de todo), tampoco es seguro que los monos coman carne mas bien son comidos en alguna parte. Lo que le dieron a comer lo olió y se fue enseguida sin probarlo. ¿Cuántos tenedores debe tener ese restaurant? Es imposible no mirar a los ojos de un mono y a sus manos y no decir que tiene bastante de humano.No evoluciones, chico, los humanos dejan mucho que desear, le dije. Ceo que me entendió. Desde Carl Linne con su Systema Naturae (1835) donde partió de un principio de inmutabilidad, concedió la posibilidad de una raiz comun para todas las especies de un mismo genero creo que lo seres humanos no puedne por menos que sentir un aire de familiaridad con cualquier otro bicho con ojos en la cara.
Un poco hartos del hombre del palo dando vueltas en torno a nuestra mesa a la caza del mono intruso cambiamos de punto y nos instalamos en el recinto del hospital para acuartelarnos un poco y seguir con lo nuestro: escribir, leer y sus etcéteras. .A las chicas que vendían cacahuetes sin tostar pero además de crudos inmaduros dejamos de hacerlo porque ni siquiera se habían marroneado y en su estado son indigestos. A la mujer que vendía plátanos a 200, tres, después de discutirle el precio abusivo, se los compramos. Al desenfundar el primero estaba crudo, es decir cogido del árbol crudo. La perfidia humana no necesita de grandes firmas industriales como la Shell que contaminen la selva en no sé que parte del mundo, basta la premura en capitalizar los mil cefas que tenga una persona para ese dia para que se comporte no éticamente y te de gato por liebre, eso también los hacen los pobres. Los más pobres no son precisamente lo más dignos de la capa de la tierra. Bueno nosotros no compramos ni compraremos liebres, pero alguna vez en algún episodio del que me avergüenzo de mi vida si compré un conejo en cuyo acto de muerte participé para mi horror y el del animal claro.
Del centro de nutraçao de Caritas un grupo de mujeres salía en fila india con sus ollas cargadas de comida cocinada, probablemente el arroz blanco, todas con su bombo correspondiente. La incondicionalidad de apoyar todo plan de vida es tan poco irracional como la incondicionalidad de cualquier otra cosa. Los planes de nutrición salvan vidas pero desde luego no arreglan mentes ni salvan almas, si las hay. La irresponsabilidad materna por encima de la paterna es una constante. Sí, sí, por encima de la paterna. Las mujeres son las que fabrican literalmente las criaturas, los padres, muchos, pasaron por ahí para jugar un rato. No hay revolución posible contra las costumbres africanas sin una revolución feminista en toda regla. Mientras las mujeres no se rebelen, el mundo africano seguirá en la prehistoria. Lo mismo se puede decir de la geografía árabe. Mientras las mujeres no sean dueñas de sus cuerpos la esfera varonil las continuará sojuzgando llegando a extremos tan antihumanos como la de prohibirles la imagen pública ahora en Irán y en Afganistán durante los talibán dominantes. Durante la compra de los taburetes de madera una de las muchachas con un bebé también se lo ofreció por la ventanilla a Vic mientras yo cerraba el trato de lo otro. El niño de haberlo aceptado, era gratis. Nos preguntamos si hay blancos estériles que vienen de viaje por aquí y aceptan entrar en ese padrinazgo.
Recoger los frutos aun inmaduros es una contante que hemos venido comprobando. Las niñas que me vendían los mangos en Gao venían siempre con los mismos un dia tras otro hasta que aceptaba comprárselos porque habían madurado, es decir se habían reblandecido bajo su custodia en vez de dejarlos madurar colgados de su árbol, por supuesto no eran todo lo sabrosos que podían ser. En el hospital la gente con cólera estaba sentada en el porche con sus palos porta sueros a su lado. Despues de instalarnos en uno de los porches y ser confundidos con ambulancieros, misioneros y solidarios blancos abordamos a la irma Lourdes para lo de siempre. La sumimos en un problema existencial. Fue en busca de las médicos cubanas para preguntarles si ellas tenían electricidad ya que la que dispone el centro de nutraçao es mínima y la del ospedale ninguna, Miladys, con un enorme parecido facial a Frida Khalo, despues de preguntarnos por nuestras necesidades propuso que usáramos la facultad de medicina, una pequeña aula que lleva el nombre de una cubana guerrillera, Celia Sánchez Manduley, que estuvo en Sierra Maestra con los nombres históricos de la revolución cubana. El rato que estuvimos en la única aula de esa facultad –un pequeño local- con nativos instruidos por ella y otros colegas que comparten tal actividad con la de consulta tuvimos los dos ordenadores desplegados pero sin dar ni golpe. La conversación primero con Miladys sobre su experiencia y nuestros puntos de vista respectivos de la cultura y tradiciones africanas anti-evolución, incluyendo la falta de sexualidad que venimos advirtiendo y con la ampliación al tema gastronómico con su colega Sucell después, fue más interesante que lo que íbamos a escribir. Sucell, una mujer de buen yantar nos excitó el paladar contándonos las exquisiteces locales que había probado que a nosotros nos han pasado totalmente desapercibidas. Como siempre que conocemos cubanos/as su forma de hablar, su acento, su gestualidad tan simpática con las manos y la forma de modular con los labios nos excitan la necesidad de visitar Cuba, visitarla antes de que muera Fidel porque presumimos que todo empezará a ser distinto despues de él perdiendo la originalidad de la isla-país...Las médicos cooperantes no cobran sueldo local ni cobran por sus consultas aunque alguien les pasa la factura a sus consultantes ya que el resto del personal sanitario no recibe sus pagas del estado o al menos no las recibe puntualmente. Es así que la corrupción se naturaliza.
Nuestro proyecto de tarde –escribir- fue substituido por la conversación e interrumpido por la irma Lourdes que estuvo cavilando en donde nos podríamos alojar. Un complicado plan nos llevaba a pasar la noche en el patio del cura, tomar una ducha en la casa de ellas y trabajar de día en el aula. La facultad y la casa de las monjas están en una misma calle pero es la peor calle que hemos recorrido nunca: llena de baches, es decir montañas y cráteres. Entre ambos edificios hay doscientos metros pero totalmente intransitables. Finalmente decidimos quedarnos a dormir dentro de la furgo en medio de la oscuridad junto al aula. Antonio, el guardián, es decir alguien que trabaja de dia en ora parte y viene a dormir a un cuarto adjunto al aula de noche, se ocupó de buscarnos agua para nuestras duchas la de antes de dormir y la del alba. Reinstalada nuestra oficina vino Diana a buscar su móvil que estaba recargando su batería ya de noche. Le preguntamos por la tranquilidad del barrio que nos confirmó. Tuvimos la sensación que la percepción de Lourdes sobre temibles peligros es uno de esos indicadores blancos que llevan muchos años trabajando en una comunidad pero siguen sin haber conectado con las claves psicológicas de la gente local. No es la primera vez que el exceso de miedos y cuidados ajenos nos ponen en estados de alerta infundados. El robo en el mundo islámico es severamente castigado y no tenemos noticias de tantos robos para el exceso de precauciones que nos dicen que tomemos. Mientras estábamos en el Restaurant Po, el del potaje que no era tal, un supuesto ladrón, un adolescente pasó a la carrera perseguido por gritos más que por personas valientes. Con las irmas quedamos para el dia siguiente. A Celeste, una argentina de voz pausada, nada a ver con el acento porteño, le dije hasta mañana a la hora de las duchas pero no dentro. Sonrió. Luego vinieron ambas a avisarnos que el chico que debía abrirnos la puerta en la casa del cura tenía como tope las diez. Les explicamos que nos quedaríamos trabajando parte de la noche y dormiríamos junto al aula, En esta ocasión al chocarnos la mano, la suya estaba supercaliente, le dije: calentísima, alargando la i, ¿qué otra cosa podía decir? ¿lapsus de nuevo cuño? Al final solos, con la noche al lado, en la ultima calle de la ciudad, junto a la selva, bajo el ruido –ya familiar- del ventilador de triple aspa colgado del techo, como siempre amenazándonos degollarnos, en pleno relax y plenitud de nuestras facultades retomamos la cita con ese acto creativo llamado escribir que solo raros lectores que disfrutan de comas, acentos, palabrejas e imaginaciones ajenas pueden gozar hasta correrse de gusto.
El branco-branco que venimos oyendo en Bissau tiene una continuación con otra palabra que es ya toda una frase, dice así: branco pelele. Pero bueno, no hemos sido víctimas de tal denominación al menos con voz explícita pero las cubanas nos contaron que les llaman así. No es la primera vez que me refieren actitudes xenófobas de la gente negra o quizás solo son curiosidades infantile. La palabra pelele la tomamos por un insulto, refiere un monigote sin voluntad propia, pero en portugués significa piel. Cuando estuve en Guyanne, viví algunos episodios de racismo y no solo de discriminación adversa contra los metropolitanos. Eso no se puede explicar con un revanchismo contra antiguos colonos y todo quisqui que se le parezca. Por muchas atrocidades que hicieran los portugueses dejaron edificios coloniales suntuosos que la desidia local echó a perder. En el centro de Bissau capital se pueden ver y en las otras ciudades también. La mayor parte de las veces no existe esa intencionalidad discriminatoria, simplemente algunos lugareños que no tienen otra idea mejor mencionan una o las dos palabras cuando te ven pasar.
En épocas de lluvias la ruta para Conakry no es transitable. Aunque hubiéramos querido ir, razones limitantes como el estado de la pista no nos lo hubieran permitido. Cuando volvamos por aquí, si volvemos, esperamos encontrar algunas toneladas de asfalto que por ahora nadie se plantea.
En la facultad cubana no ha transcurrido el tiempo. Fue un poco sumergirse en 1959. Certificados de distintas clases ocupaban la mayor parte de papeles del panel de corcho: a la primera emulación (ojo al dato, emulación), certificado de tercer lugar en la emulación (¡!) otro certificado más a la sede mas integral del primer semestre del primer año. ¡Qué barbaridad! El incentivo más pintoresco de los que cabe esperar. Recuerda a esas empresas de ventas que para incentivar a sus empleados comisionistas utilizan las falacias del mejor vendedor del mes y cosas parecidas. Se ve un poco el plumero de los rusos en ese tipo de prácticas por las que también fueron tocados los chinos. ¿Es que no hubo nadie que discutiera al castrismo que la revolución es algo que pasa por las ideas y los hábitos y no tanto por condecorar medallas a los mejores para incentivar a los peores para que los plagien? Otro pedazo del panel se lo llevaba una foto de Fidel y parece que de Amílcar Cabral. Peguntada directamente Miladys sobre la posición cubana ante el castrismo nos dijo que la mayoría de cubanos era fiel a Fidel al que describió como un verdadero genio para el país, un país que aun ahora no tiene comunicación por barco con el continente americano. No introducimos el tema de los disidentes encarcelados de momento para no crear un posible motivo de confrontación. No dudamos que los cooperantes cubanos deben pasar por el visto bueno de su gobierno que les deposita su confianza y les paga su salario.
En cada lugar nuevo que paramos es un poco empezar con lo mismo, nuevos contactos, otras conversaciones, instalar nuestro chiringuito, tratar de entender y hacernos entender con la nueva lengua. Hay otras constantes: aguantar el mismo tipo de ruidos en el ventilador, re experimentar la ducha africana, la de cubos, pelearnos con los mosquitos. A los malditos mosquis, por cierto, su frágil estabilidad es incompatible con el remolino de aire producido por los ventiladores y es así que se van a la casa del vecino a hincar sus dientes dejándonos a nosotros en paz.
Nuestra crónica repasa los distintos paquetes de constantes: mosquitos, sus primos hermanos los policías, comunidades religiosas, la relación personal entre nosotros, las comidas, las bebidas, los alojamientos, las enfermedades, las lluvias, la conexión con el mundo exterior, las fronteras y nuestras zonas domésticas que nos esperan al norte de Tánger. Aunque viajas por sitios que no son los tuyos, los tuyos siempre los llevas contigo cargándolos en la memoria y en el sentimiento por lejos que te vayas. Los viajeros a Marte tampoco se han soltado de los suyos. No importa la distancia, todos los viajes pasan por los mismos sitios, por ti mismo y por los recuerdos de la gente que te acompaña, alguna de ella no sabe hasta qué intensidad esta metida dentro de ti. Como viajeros nos prestamos a que se nos mire hasta donde se nos quiera mirar con todo lo que decimos que en principio es todo el decir con el que contamos y a su vez miramos nuestro mundo-origen desde otro ángulo. Despues de todo este tiempo aquí volver a las comodidades de una casa, un asfalto en condiciones, un policía que se olvida de ti a no ser de que hagas trastadas como infractor de tráfico, tener restaurantes donde comer bien y en todo caso lo prometido en una carta, tener gente que te mima y se interesa por ti, tener bibliotecas de verdad, cobertura wifi y ese pequeño largo etcétera de condiciones materiales deberá ser el maxi-gozo. No, no es que queramos sufrir más de la cuenta para apreciar todo aquello a lo que hemos renunciado, al fin y al cabo, provisionalmente. Solo quisimos desamarrarnos de nuestros lujos, que tampoco son tantos, para que no nos atraparon en un para-siempre de la confortabilidad occidental desde la que se cree que la realidad es lo que pasan por el canal tonto de la televisión. Mirando por el ojo de la cerradura de otras virtudes y tragedias ajenas y dejando que miren por el que da a nuestra verdad de las nuestras, nos hemos vinculado a otra forma de trato con la palabra aunque a veces todo lo que interese a algún lector puntualista nuestro sea la palabra relacionada con su nombre y no el contexto de nuestra memoria de anécdotas en curso. ¿es o no es cierto que Vd. le dijo papanatas a fulano de tal? Pues, sí dije tal cosa pero en un momento en que… ¡Cállese! Lo dijo y punto.¡50 euros de sanción o 50 años de cárcel! ¿Lo toma o lo deja? Sócrates hubiera elegido la segunda parte optativa, ¿Cómo continuar viviendo en una humanidad con esa clase de dicotomías dominantes? la mayoría de nosotros elegiríamos la primera aunque no pocos elogiaríamos la actitud heroica. Los menos, recalcularíamos nuestros haberes financieros de acuerdo a la cantidad de veces que podríamos tratar en nuestras vidas a alguien de papanatas, ignorante o farandulero antes de alcanzar nuestra absoluta bancarrota financiera. Posiblemente la idea postmoderna de libertad humana pasa por un cálculo financiero: se puede actuar tanto más libremente cuanto menos fondos patrimoniales se tengan. Tan pronto tu nombre este ligado a un feudo, una casa, un coche, un mueble de madera noble, una pintura original de firma conocida o un ordenador el poder se te come crudo. Comparando el viaje africano actual a otros por el continente americano, en el que no tenia/mos coche propio, este es infinitamente mas condicionado. Con un coche siempre pueden amenazarte más fácil que si vas con lo puesto y con las tarjetas de crédito escondidas en las bragas.
Hablando de prendas íntimas, por un par de ocasiones, a los del corte ingles ambulantes que te venden calcetines y slips (en realidad calzones para gigantes) se me ocurrió, para librarme de su insistencia, decirles que no usaba y mostrar mi nalga poniéndolos pies en polvorosa. En una de las ocasiones fue cruzando el rio gambiano. Inmediatamente despues al hacerlo recordé que por eso te pueden acusar de homosexual y encarcelarte o estrenar cadalso en un país como Gambia. Llegado el momento de eso me gustaría actuar como los protagonistas de Pasolini en uno de sus cuentos, como el reo condenado a la horca, que le pide a su verdugo que espere a que su cómplice, otro reo para otro tanto, termine de contarle un chiste. A Vic no la querría de compañera para ese evento, alguien debería quedarse en activo para escribir el siguiente capítulo de la historia, en cuyo caso me tocaría reírme solo, eso siempre tiene algo de risa deficitaria al reírte menos.

En Bissau nos ofrecieron unos preciosos collares de marfil a un precio realmente tirado. Nuestro discurso ecologista sobre la protección de los elefantes dejó tan desmoralizado al vendedor que ni siquiera trató de persuadirnos reduciendo su precio. Luego nos quedamos discurseando nosotros mismos sobre lso contenidos discriminatorios del razonamiento naturalista o ecologista. Los elefantes tienen simpatía internacional de la que carecen otros animales como los camellos. Según las campañas de sensibilización que haya recibido una especie en particular: ballenas, tortugas, nutrias, cebras, osos, los consumistas tienden a hacer una recomposición de sus esquemas. Sin duda el marfil ha ocasionado la caza furtiva de los elefantes cuyos cuerpazos eran abandonados a su descomposición. La compra de ese marfil en forma de objetos decorativos es el último eslabón de una larga cadena de crímenes y de tráfico ilegal pero se olvida que los elefantes también mueren y partes de su anatomía han sido trabajados históricamente para la artesanía y las herramientas. Gran parte del desarrollo de la tecnología humana ha pasado por el servicio que han prestado los animales con sus huesos y pieles. No deja de ser hipócrita que esta clase de consideracion conservacionista no se tenga aplicada a un mismo tipo de collar pero de perlas marinas. Bueno, es que estas son de cultivo, se dirá y ¿además quien se fija en una ostra? Para la sensibilidad pública todo lo que no tiene ojos es como si no tuviera vida, en todo caso al no tenerlos no te miran para que te sientas culpable antes de acabar con su vida. En cuanto a los cueros utilizados de otros animales que nacen para morir, animales enormes como bueyes o vacas que también te miran o cerdos que además hacen unos chillidos impresionantes, a la mayoría le parece lo más natural del mundo. ¿Quien no tiene prendas de cuero u objetos decorativos procedentes de animales en su casa? Veamos llevo unas sandalias con cintas de cuero y no hice ninguna averiguación de si el animal murió de muerte natural o matado por la industria de los mataderos. He de pensar que fue más bien el segundo caso. En casa tengo varias prendas de cuero aunque pertenecen a animales de categoría inferior o asumidos, como razonablemente muertos, en tanto que sus muertes son indispensables para el confort humano. Si participara de las polémicas entre proteccionismo de determinadas especies y continuación de su caza para usufructo como el caso de las ballenas, cuyas moratorias para su protección no son suscritas por todos los países, no dudo que argumentalmente defender su vida incondicional chocaría contra quienes han hecho de su caza la tradición de sus culturas y la base de sus sustentos. No es el tamaño impresionante de unos animales frente a otros lo que les da el derecho a la vida sino la propia vida sea cual sea su talla, pero esto se puede extender al mas insignificante de los insectos (todos menos las moscas y mosquitos para los que yo votaría una moción para que desaparecieran de la faz de la tierra). El derecho a la vida no deja de ser un concepto un tanto mesiánico que incurre en una terrible aporía. Los puristas se encuentran en un grave aprieto ¿también hay que reclamarlo para los microorganismos: los hongos, los virus y las bacterias maléficas? La vida de unos seres es incompatible con la vida de otros. Vencer determinadas enfermedades pasa por destruir millones de invasores que se cobran la vida de un ser indefensos. Volvamos a los elefantes (animales descomunales de andar soberbio, elefantitos detrás, protagonismo de película, panorama de ensueño) no es cuestión de que se les mate para aprovechar su parte más codiciada como tampoco lo es que se mate a los rinocerontes por sus cuernos y sus supuestos efectos afrodisiacos; pero tampoco lo es que se cacen a los murciélagos o las serpientes para hacer pócimas para erecciones asiáticas. El grado de sensibilidad del público ante la muerte animal va en decrecimiento cuanto más pequeño es el bicho. Si esto no es hipocresía sibilina que venga san Pedro, el de las llaves, y que lo vea. En una ocasión Vic llevaba un elefantito de marfil en un collar por el cual fue increpada en un encuentro conservacionista al que asistimos (un estudio o censo de las aves inmigratorias desde un puesto de observación del Llobregat). La misma persona que hizo la objeción no dejaba de usar otros productos animales que presuponían la muerte de ello e incluso la predeterminaban. El problema sutil de las interpretaciones con respecto a usar el marfil y otros elementos animales no es tanto su uso como la industria temible que hay detrás. Demos la voz al elefante que aportó sus marfiles: no seáis tan capullos –puede que nos dijera- yo ya estoy muerto, ¿que mas da si aprovecharon mi marfil porque morí de muerte natural o porque me dispararon cazadores furtivos sin el menor escrúpulo para arrebatármelo? Lo pregunto desde el punto de vista de la utilidad que se puede dar a mis restos. Claro que si me mataron por eso, no me gustó nada y por mi se podrían pudrir en la cárcel mis asesinos y quienes les pagaron, pero una vez muerto prefiero que la parte de mi cuerpo que sigue siendo útil se utilice a que se quede en la bolsa de un comerciante sin ser vendida.
Convocaríamos a ese elefante inmediatamente a consultas para repasarle la cartilla. Pero oye tú ¿no te das cuenta que con este argumento das la coartada perfecta a los compradores de tus materias naturales a que no dejen de serlo? No y mil veces no a cobrarse vidas ajenas para quitarle su piel, sus cuernos, sus huesos o lo que sea para usufructo decorativo de los humanos.
Los humanos no sois sospechosos de grandes iluminaciones a pesar de vuestras grandes disertaciones –probablemente proseguiría-. No podéis aplicar un criterio a una especie y otro distinto a las otras. ¿Acaso no lo utilizáis absolutamente todo del cerdo, incluidos sus órganos para los xenotrasplantes y sus vergas como varas? Sí, ya se que los elefantes somos más guapos e impresionantes pero todos los hijos de la naturaleza tienen el mismo derecho a la vida. Por una parte industrializáis la muerte con algunos y con otros nos eleváis por las nubes. Sí, sí, ya sé que sin vuestro proteccionismo algunas especies han sucumbido y otras hemos estado a punto de hacerlo. La extinción de las especies es terrible pero forma parte del evolucionismo natural. Algunas han desaparecido antes de que un observador pudiera ser consciente de su existencia y ni siquiera tienen nombre o referencia en un museo de zoología. No es que esté a favor de la extinción de una para cubrir de pieles de alto standing a pijos de las clases altas pero bien mirado mucha gente utiliza chaquetas de piel sin ser nada pijos y siendo algo fundamental en sus indumentarias, como es el caso de los marroquís. En definitiva nos encontramos ante un tema de aprovechamiento de los recursos resultantes más que de una consideración sobre el proceso ético o no ético que los hizo posibles. ¿Entonces a ti no te molestaría que tu marfil luciera el escote de una mujer? Tomaré tu pregunta como lo que es, una pregunta demagógica; yo no puedo sentir nada, estoy muerto, los muertos no sentimos nada. Si se me resucitara un instante para preguntármelo diría que me da absolutamente lo mismo. Si le gusta llevarlo puesto pues allá ella con su sentido de la estética si no y el collar está guardado en un cajón, pues vale. Yo no soy el collar que se ha hecho de mí, fui otra cosa: me dediqué a tener memoria de elefante y a pasear por mis territorios alimentarios. Pero ¿eres consciente que con eso relativizas todo consumo de objetos animales y das el visto bueno para que tras su sacrificio se les quite todo? El elefante poniendo cara de conmiseración por el remilgo de la pregunta humana respondería con otra antes de volver a su tumba: ¿acaso seriáis algo 0o habrías llegado a algo los seres humanos si no nos hubierais sacrificado a los animales a lo largo de la historia? Mientras mantenemos esta conversación muchos asnos de tiro están golpeados y maltratados por sus dueños, a menudo niños, que no paran de bastonearlos para que saquen una mayor velocidad. ¿Quien habla a favor de ellos? Su espíritu no es menor que el nuestro aunque su cuerpo pueda parecer menos elegante. Dicho esto el elefante nos dejó con una consideración sin resolver: la discriminación interpretativa que hacemos con respecto a las distintas especies con las que compartimos el planeta extendiendo las mismas inercias de discriminación que ya guardamos los seres humanos entre nosotros a todas ellas.

A la mañana siguiente preparamos el te con miel e invitamos a Antonio, el guardés, y dos de sus amigos veinteañeros para que la tomaran en nuestra mesita sentados en nuestros taburetes. Antonio Martínz y Youssef trabajan en la misma construcción cobrando lo que quiere pagarles el patrón. A veces menos de 20mil cefas en un mes, claro que ellos tampoco están dispuestos a cumplir con todo el horario de esclavos. El discurso de la falta de medios no se hizo esperar. Su amigo Youssef mostró escoriaciones en todo su tórax que la tradición de familiar le había marcado. Bissau es tanto más pobre cuanto menos aprovecha sus recursos naturales o los malvende a postores extranjeros. Por otra parte iniciativas asociacionistas de jóvenes recuperando casas abandonadas para restaurarlas u otras instalaciones o campos no nos han referido de ninguna. El aula que usábamos se convirtió por nuestros días en una especie de chalet compartido. Cuando cayó una tromba de agua temí por el encharcamiento y barro donde estaba estacionada la furgo y la trasladé hasta el recinto de la dirección de Saude que también me sugirió usar irma Lourdes como lugar segurizado para pasar la noche. Fue toda una aventura circular por el fragmento de calle ahora convertido en río que a la postre se llama rúa milhonario. El director del centro Joao Ramalho Correa aceptó que dejara el vehículo y custodiarlo.
Por la tarde vinieron a visitarnos Miladys y Sucell, completamente transformadas y perfumadas. Hablamos un rato y despues nos fuimos a beber cerveza. Probamos la Sagres negra de la cual mis papilas gustativas guardaban algún remoto recuerdo de haberla probado otra vez en Portugal. Fiasco absoluto. En el barecito conocimos a Raúl y Ricard, dos catalanes que vinieron a montar una pequeña estación de energia solar en una aldea próxima como acción puntual en nombre de Culturas Unidas, una ong madrileña. Ellos cruzaron la frontera, por Pirada, bordeando Gambia por Tambacounda, sin pagar el visado con una autorización especial del gobernador por ser cooperantes. El pueblito ya tenia una donación de un cacharro de televisión pero les faltaba la energia para accionarlo, la nueva estación tampoco se la proporcionó aunque encontraron otras soluciones como la de usarla para recargar sus baterías de móviles. Compartimos la mesa un buen rato y las cubanas hasta enseñaron unos pasos de baile. Los catalanes al enterarse del tiempo que llevábamos de viaje nos ofrecieron jamón serrano en lonjas para sucumbir a la llamada de los sabores de la (nuestra) tierra. Vic también hizo el viaje recordatorio por la vía olfativa. El ovolactovegetarianismo de Vic es uno de sus indicadores caracteriales: no hay comensala dietista más íntegra sobre los suelos de la tierra (no incluyo a cosmonautas con sus pastillas de avecrem o comidas concentradas) claro que su amor a las harinas pasa por la discusión. Su organismo es un mecanismo de perfección, su dentadura rompe la cáscara de las avellanas y sus manos tienen una fuerza mayúscula. No dudo que en un ring a tres asaltos con ella yo no llegaría en pie al tercero. No, no nos peleamos, las peleas físicas son para cónyuges con fallas neuronales considerables. Todas nuestras diferencias las pasamos por la dialéctica. Con verbos, adjetivos y nombres se puede levantar un imperio más sólido que con lanzas, napalm o granadas. Nos tenemos mutuamente ubicados en lo que somos y en lo que queremos, en lo que nos gustamos y en lo que nos diferenciamos. Eso nos hace infinitos. Lo contrario, la finitud, es para sujetos combustibles que se prestan a ser asados en las parrillas de las circunstancias y solo tienen voz para pedir ser convenientemente sazonados.

En la facultad de medicina estuvimos como en casa. El vecindario muy tranquilo. Otra mujer vino con su móvil para cargar la batería. Se ofreció a irnos a comprar media docena de huevos. A los muchachos que venían a dormir los invitábamos al desayuno por la mañana y los mandábamos a por pan. El pan guineano, barras pequeñas a 100 cefas, es mucho mejor que el senegalés, tirando a baguette fantasmática. Las mujeres que pasaban camino de sus labores campestres, con algún fardo siempre en su cabeza, nos dedicaban su bom dia, una detrás de otra. Distintas vecinas vinieron a cargar sus móviles, en otras partes les cobran por hacer eso. Ava, una vecinita también trajo el suyo o el de su mamá. En la faculdade de Medicina nos podríamos haber quedado semanas, asistiendo al comienzo del curso y ofreciendo participar en algunas clases pero los quilómetros y nuevos encuentros con el ser humano nos seguían esperando.
Celeste vino de visita. Es, lo mismo que Lourdes, clarisa-franciscana. Se quejaba de la esterilidad de su trabajo que a menudo cae en una falta de receptividad total. Vino Hugo, un profesor portugués de educación física, del centro de formación multifuncional donde acaban de instalar internet cuyo horario está sujeto al electro generador, interesado en hacer un manual de prevención sanitaria.
Ni las irmas ni las cubanas han sugerido que comamos juntos. Ni siquiera con comentarios de Vic muy en esta orientación (me muero de ganas de probar café de verdad ¿tenéis cafetera?-les preguntó-). Hemos llegado a pensar que la organizada y posiblemente rígida y jerarquizada estructura cooperante de Cuba con Bissau impide que su equipo invite gente a su casa. Hay que vigilar con los agentes del imperialismo yanquee que están por todas partes. Una de las constantes por su ausencia durante todo el año es las pocas veces que hemos sido invitados a comer en el espacio de alguien (¿oleremos mal?). Las pocas veces que lo hemos sido, en realidad no hemos comido mucho y hemos valorado más el gesto por el hecho de compartir la convivencia y la conversación. La gente es muy celosa de abrir sus puertas aunque dentro de sus casas no tengan nada, duerman en el suelo y ni siquiera tengan sillas o mesas en condiciones. Lo peor que llevamos en este año es la falta de exquisitez culinaria y la renuncia a los placeres de la carne, me refiero a la que se ingiere.
A la primera oportunidad invitamos a los médicos a nuestros espaguetis con lentejas. Peguntamos por su vida en Cuba y nos enteramos de curiosidades de pago de sus profesionales como que los médicos que salen afuera a colaborar a una temporada tienen una paga a perpetuidad que ya reciben sus familias mientras están ausentes. Curiosamente cobran en dólares que reciben por valija diplomática cuyo contravalor en el país les reduce el poder adquisigtivo en lugar de recibir una transferencia bancaria con una cuenta de deposito personalizada. Curiosamente en la era cibernáutica todavía se funciona para según que cosas como en el tiempo de las diligencias. La sobremesa terminó con un solo de clarinete de Vic. Nos hicimos fotos. Le hice una a Miladys sola. Su bolígrafo en el escote y una especie de mascota de trapo, un perrito, encaramándose en él (al menos no es un papá-noel reservado para balcones), forman parte del ilusionario de todo fotógrafo. Las dos chicas nos llenaron con sus visitas de color caribeño y de castellano gozoso y simpático.
A Antonio le dejé que usara un rato el teclado de mi portátil para introducirlo al mundo informático. Los días que tenemos más actividad relacional escribimos menos. Las personas tienen prioridad pero los textos son los que van a quedar para la posterioridad, como si esto significara algo o hiciera más confortable el reposo en una tumba.
Cainys Amós vino y nos presentó a Paulina, su novia. Su plan es no tener más de dos hijos. Parece que los africanos jóvenes van a corregir el sesgo de hacinamiento y sobreproducción de sus antepasados.
Cuando regresó Hugo Lópes, profesor de la escuela multifuncional con esa propuesta de hacer una cartilla de primeros auxilios, algo que para un país donde el idioma oficial, el portugués, no es de dominio de todos sus nativos, convinieron en que era impracticable. En lugar de pensar eso pensaron en unificar criterios sanitarios dentro de su escuela para irlos a explicar en criol o fula a los vecinos.
Un niño de la lata vino a pedirnos comida. Le indiqué que esperara y que le iba a servir un bol de nuestra super sopa. No se atrevió a entrar en el aula y se mantiene temeros fuera hasta que despues de rechazar nuestra insistencia en que entre para comer se va. A una vecina que nos indicó que la basura la tiremos en cualquier parte y que la lluvia se la llevaría tratamos de decirle que una ciudad o una sociedad que no tiene resuelto el tema de sus basuras es que no tiene resuelto lo esencial. Ella ya había oído la tesis de que la falta de higiene está detrás de todos los demás problemas y tiene una cierta formación como miembro de una asociación, aun asi nos propone lo que tantas veces hemos escuchado en África, tirar las cosas al suelo porque el servicio de recogida de basuras es discontinuo o no existe. Hace 2000 años, antes pues del colonialismo europeo, los romanos planificaron las ciudades con una lógica que no tienen muchos africanos actuales. A cualquiera de las casas con tejados de zinc le bastaría una media canal para recoger el agua de lluvia para tener siempre agua limpia que mantuviera una piscina, a parte de llenar depósitos de agua para duchas. ¿Qué puede costar un plan de reforma doméstica de este tipo? ¿100 euros como mucho? La ausencia de iniciativa privada es tan patente que es escandalosa. La cosa no cabe ahí: si no existe la noción de higiene es porque no existe otra aún más grave la noción de mantenimiento. Las cosas artificiales tienden a deteriorarse con el uso, necesitan revisiones y reparaciones para asegurar su conservación. La cornisa del tejado de la faculdade tiene una docena de tejas rojas a punto de caerse, las vigas de madera se pudrieron o desaparecieron. Los enchufes no funcionan, un ventilador de pie tampoco, las contraventanas y ventanas no ajustan bien. ¿Dónde está el operario de mantenimiento de todo esto? No existe. El suministro de electricidad de la casa de las médicos que la necesitan para preparar sus clases todavía no se la han instalado. Sin ella se niegan a dar clases por no poderlas preparar. No existe un criterio de mantenimiento porque tampoco existe uno de responsabilidad. El problema no acaba ahí, cuando las tejas se caigan y se produzca una filtración de agua que se cuele al interior, ¿alguien hará algo para remediarlo? ¿Deberíamos hacerlo nosotros que estuvimos ahí de paso? No podemos afirmar con rotundidad que el ser humano se distinga por un sentido estratégico de las situaciones que ocupa. En otros órdenes de la vida hay experiencias más brillantes de solidaridad mutua y co-responsabilidad. Ricardo Amils .habla en favor de la vida simbiótica y de ayuda mutua entre las especies al citar hechos concretos como el medio hostil de la extrema acidez de las aguas del rio Tinto (Huelva). En esa ubicación, las células que medran en el lecho del río que fueran productoras de ácido, si fueran egoístas podrían llevar el ecosistema a su favor, pero en tal ubicación se encuentra una biodiversidad alta no esperada: hay algas, protozoos, hongos. Opuestamente el ser humano se distingue por estropear su entorno inmediato. Tira piedras hacia arriba y no recuerda que por gravedad se caen y lo descalabran.
Vic consiguió probar el café cubano. Miladys nos llevó a su casa, conocimos a Marta otra colega que acababa de llegar de Cuba despues de pasar su periodo de vacaciones, los demás se habían quedado estacionados en la capital esperando recibir las maletas perdidas durante el vuelo (¿qué pasa con las maletas de los pasajeros? Todas las compañías no paran de perderlas ¿Cómo es posible que haya empresas de alto nivel con una alta tecnología tan desorganizadas en este asunto?). Yo, que no tomo café, me junté a la mesa y probé las galletas. Antes de entrar Vic me dijo, haz un esfuerzo, resiste. El paladar experto de Vic dio el visto bueno al café. Luego fuimos sometidos a una sesión fotográfica en su ordenador de cientos o miles de fotos presentándonos las familias de ellas hasta que la interrumpí para irnos. Nos despedimos amigablemente con el deseo re excitado de visitar Cuba por nuestra parte (¿tal vez embarcando una moto, unas alforjas con unas hamacas y a ver lo que sale? Habida cuenta de los segundos precios para turistas extranjeros en toda la isla). A pesar de nuestras simpatías biográficas por Cuba en un momento que era todavía el principio de su revolución y de tener no pocos amigos que durante interminables décadas formaron parte de las asociaciones de amistad con el pueblo cubano o comités de solidaridad con Cuba, la impresión que tenemos del país es que no ha hecho ninguna revolución cultural, que lso valores dominantes son los mismos que de cualquier otra sociedad consumista, que su terminologia militar: las médicos `pertenecen a brigadas, los estudiantes universitario que van uniformados a destacamentos,…nos sumerge en un vocabulario antiquísimo y pesado. Miladys se compró una mascota más grande que la del escote, un perro-felpudo que nos presentó. Nos quedamos tocados por la noticia esperable pero que recibimos con demora de la muerte de Pablo Milanés, un héroe de los versos de la nova trova cubana.
Fuimos a beber cerveza al bar Costelaza donde ponen buena música para recuperar el tono de nosotros mismos y teorizar el conflicto latente entre toda crónica y sus personajes.
En el barrio Nema, hicimos más vida de barrio que en Goudel. El hecho de no tener una cancela facilita más el contacto. Cada día nos saludaba alguien más o hablábamos con otras personas que venían hasta donde poníamos nuestra mesa bajo el árbol para el desayuno o las lecturas.
La verdad es que hasta ahora no hemos visto la necesidad de alquilar una casa. Para hacerlo deberíamos decidir permanecer varios meses en un mismo lugar: para unos días, unas semanas e incluso un par de meses no merece la pena. Siempre conseguimos espacios fantásticos.
Antes de dejar el barrio hicimos un último desayuno con Antonio y Cainyz, ambos se acordarán de nosotros y de estos días de convivencia. Nos despedimos de las irmas y con nuestros depósitos de agua potable casi a cero sin poderlos renivelar. Fue imposible encontrar una garrafa de 10litros o de 5. Tampoco un cajero automático para conseguir dinero.
Nos encontramos con otras dos chicas de Madrid de Culturas Unidas, una de ellas más espitosa la otra más relajada. Vienen varias veces al año a supervisar su proyecto de escuela de primaria para doscientos niños. No les preguntamos quien y como pagan tantos vuelos pero sí nos consta que Raúl y Ricard pagaron los suyos. Una de las curiosidades oenegeras es que permiten a sus gestores pagarse varios vuelos intercontinentales por año que pueden suponer porcentajes llamativos de sus fondos solidarios. No siempre ni todas, aquella para la cual hicimos la colaboración en enero pagaban los viajes de sus bolsillos. Cuando sacamos este tema en el restaurant Ponto de Econtro, el restaurant de Celia, una portuguesa, en Bafatá, con otros dos comensales José Pedro Pedroso, empresario de una fabrica de cerámicas radicalizó el tono contra las ongs de las que había oído hablar en Portugal pero que no conoció hasta verlas actuar en Bissau. Las ha visto pagándose grandes comilonas y alquilando salas a altos precios para sus reuniones de altostanding. Para un empresario que debe pagar impuestos las ongs son algo así como empresas camufladas que no los pagan y que siempre tienen beneficios garantizados porque no tienen que pagar ni las materias primas ni rivalizar con las leyes del mercado de la competencia.
Cuando Celia nos sirvió una bandeja para los dos y otra de ensalada (solo encargamos una por no tener cash suficiente) Vic y yo nos sumimos en el silencio para saborear mejor la comida. Ya estábamos al corriente de los placeres de la comida portuguesa pero esta, sin ser ninguna gran cosa, nos supo a gloria infinita. Para no perdernos ningún matiz de ningún sabor recóndito estuvimos un buen rato en silencio. Raramente cuando estamos juntos estamos en silencio a no ser que cada cual esté en su trabajo. El restaurante nos recordó que sigue siendo posible comer bien con poca cosa, todo pasa por el criterio de quererlo hacer. Uno de los déficits africanos es la falta de voluntad culinaria. Si fuera consejero de un ministerio de recursos alimentarios pautaría el consumo del arroz como máximo a una vez por semana enviando a la cárcel, perdón a un centro de reeducación gastronómica, a quien sobrepasara este limite y exigiría que cada dia se hiciera un plato distinto además rehabilitaría la figura de la mesa como espacio de comida sosegado y de reunificación familiar.
En Bafatá entré en una oficina de Aliança Aseguradora para prolongar el seguro unos 40 días más. Todavía nos queda margen para hacer la prolongación.
Al atardecer fuimos a la missao Católica y conocimos al padre Abraao Ambessum Sambú. Le pedimos quedarnos un par de días. Inmediatamente nos preparó una habitación y luego compartimos la mesa de cenar con él. A la mañana siguiente usamos el escritorio de un colega suyo que se encontraba ausente conectando directamente el convertidor de 12 a 19 con pinzas a las enormes baterías del suelo. Durante el desayuno un hombre enfermo recogido por él seguía las instrucciones de una batería de medicamentos, entre ellos un antipalúdico y el parazetamol. Bajo el porche otro hombre escribía en enormes libros apaisados interminables listas de catequistas. Un seminarista de cuarto año, el último, Avito José Fernández de Araújo, se apresuró a pedirnos nuestra dirección y escribió su nombre y numero de móvil. En nuestra nueva ubicación una nueva escenificación de nombres: Serguei, un chico pasando sus vacaciones alojado en una casita dentro de la demarcación junto a un pozo de tubo del obispado que vende agua a la comunidad. Serguei tiene ese nombre ruso porque su padre estudió en la URSS, aunque el resto de sus hermanos/as tienen nombres musulmanes siendo todos ellos islámicos menos mamá que es católica. Viriato, nada más llegar, me mostró una ducha en la que me duché a oscuras. Nuestra presencia en los lugares tiene algo de pintoresco. El nombre de Viriato hizo que recordara el coraje del famoso pastor lusitano que se enfrentó al imperio más fuerte del mundo en aquel momento por el cual sentía simpatías de niño.
No interrumpimos la dinámica ajena de nadie y seguimos con la propia. Pronto formamos parte de su paisaje como si todo el mundo entendiera (no sabemos porque, es todo un misterio) que lo más lógico es que pasáramos por ahí y nos quedáramos un tiempecito. Practicamos el arte de la conversación hasta el punto que la conversación se deja convertir en arte o callamos y observamos si los parapetos ajenos pasan por el silencio de sus sensibilidades o delitos.
Compartimos la mesa con Avito y el hombre empastillado que no se aclara mucho con todas las pastillas que tenía que tomar y que traía en una bolsita de plástico. Abraao fue a sus 45 minutos de radio por los cuales pagaba 6000 cefas para hablar del evangelio. Jorge Carlos Soares de Bolama nos invitó a que fuéramos a verlo. Cainyz que se realojó encasa de un colega en Bafatá vino con una bici a visitarnos. La cocinera preparó patatas con judías verdes y unos tomates planos, todo un manjar que me permitió tomar la justa distancia del arroz blanco que podemos perfectamente denominar una de las tragedias negras.
Pudimos trabajar con nuestros ordenadores conectados a la batería sin ningún problema de descarga durante horas seguidas sin advertir ninguna diferencia con la conexión a la red. Antes de volver a montar un equipo de energia solar en la furgo lo probaremos un tiempo fuera de ella cuando nos reubiquemos de nuevo en Catalunya. Lamentablemente al dia siguiente el convertidor dejó de funcionar, no sé si por recalentamiento. Tuvimos que pedir los auspicios del territorio del obispado, a unos 200 metros de la parroquia, una mansión. Celine nos acompañó hasta la sala donde poder trabajar mientras el electro generador suministrara corriente. Los misterios de la electricidad me superan. Hemos inaugurado una nueva categoría de viajeros: los indigentes eléctricos, siempre andamos pidiéndola por todas partes. La gente pide de todo, pero conectar los ordenadores es una demanda tan insólita que nuestros anfitriones necesitan un rato para computar la respuesta a la que generalmente dicen sí. No sé que sería de mí sin electricidad. Supongo que regresaría a la pluma de ave y a la paloma mensajera o me tomaría en serio lo de la telepatía de una vez por todas.
En el ponto de encontro conocimos a Eva S. de Melo, una caboverdina de nacimiento, blanca, tan africana como cualquiera por origen pero con un planteamiento radicalmente distinto de vida. Una mujer valiente contratada por el programa de alimentación de las Naciones Unidas. El restaurantito hace honor a su nombre. No cuesta demasiado entablar conversación con la gente de las otras mesas. Cabo Verde es otro país que nos vamos a perder de visitar este año. Alguna de sus playas debe estarnos esperando pero posponemos la cita para otra ocasión.
El refectoire se dobló de comensales con el retorno de los padres Albert y Domingos de Fonseca. Cada uno tiene su perfil. Ellos rezaban a la carrera sin tanto boato como en otras partes. Yo comía bajo mínimos: me he auto prescrito no tomar arroz blanco superpegado y seco aunque tenga algo de aportes, un s 10 mg de calcio frente a los 50 que tiene el integral por 100gr. El zinc es de 0,2 mg tanto en un tipo como en otro. Es evidente que las cocineras no están pautadas y el placer de la boca no forma parte de los criterios pastorales. Los candaditos en todas partes, no ya solo en las puertas sino también en el congelador y frigorífico hacen pensar en una vida agotadora de ama de llaves de los profesionales de la religión que siempre están dándose a los demás y los demás no paran de quitarles cosas a la menor oportunidad. Propusimos ilustrarlos con nuestra sopa de pan aunque solo fuera para comer algo distinto a pesar de tener poco que hacer ante ageustia. Propuestas de orden mayor como un espagueti a la carbonara, vichisoise, gazpacho o migas andaluzas nos las callamos para que no fuéramos considerados como unos sediciosos vulgares. Una de las exquisiteces de la vida pasa por el paladar y un signo distintivo de la cultura avanzada pasa por los platos de calidad, no necesariamente caros pero sí cuidadosamente elaborados. Pensamos en los regalos culinarios en los que se esmeran MariCarmen, Manoli, Rocío, Aurora Montero que esperamos nos resarzan despues de 366 días de penuria gastronómica y reacciones intestinales no controladas. Aunque tenemos la suerte de no haber contraído ninguna amebiasis o patología intestinal, algunas veces, inexplicablemente, nos ha sentado fatal la comida.
En el carrefour de Bafatá un gran cartel de Mahou nos atrajo la atención. Como otras veces antes de apearnos de la furgo preguntamos lo que nos interesaba saber, en este caso si tenían cerveza y el tipo de marca. Una vez confirmadas las existencias la aparcamos y pasamos un rato bebiendo una super bock, de super nada, y haciéndonos fotos con unos críos de 2 o 3 años bastante más educados que los europeos, que como todos los niños jugaron con los bastones de Vic pero que al cansarse, éstos, se los devolvieron. En la pared del local había una silueta de torero pintada unas cuantas veces. El dueño estuvo en Cuba, como tantos otros guineanos pero no sabemos mucho más.
Para neutralizar los efectos del arroz blanco y cambiar de sabor propusimos a los colegas de la parroquia de Nuestra Senhora da Graça, que es ahí donde estuvimos alojados, nuestra famosa sopa de pan reconocida internacionalmente. Esta vez a falta de batidora pasamos directamente a los dados fritos. Receta para 8 personas hambrientas: 5,5 litros de agua. Dos cabezas de ajos. 2 kilos de cebollas cortadas a trocitos.3 barras de pan a 100cefas la barra.8 huevos batidos para estrellar. Popurrí de hierbas a falta de tomillo y el inigualable aceite de oliva ibérico. Tras una leve cocción de los ajos e inmediatamente de las cebollas se añade la sal y se tira el huevo batido con suma atención de que no se cuaje en una sola capa sino que se hilache. Ojo al dato: la filamentosidad del huevo estrellado es lo que dará al plato categoría para premio. En sartén a parte se fríen los dados con ajos rehogados en aceite. Otra modalidad es tostar el pan en tostadora eléctrica –algo impensable en estas latitudes- y cortarlo en dados posteriormente. Estos se sirven en superbol aparte para el centro de mesa o miniboles para cada comensal. Aunque esa modalidad de sopa de pan sigue siendo de y para pobres el trabajo que lleva supera a la otra de la batidora y los efectos de sabor no son mayores. Fundamental que cada dadito quede convenientemente rehogado con su gota de aceite. Su crepitar entre los dientes catapulta del asiento al degustador y lo envía al Olimpo por un rato.
En el recinto hay un chico acogido de unos 25 años que es un loco verborrágico tópico. Abraao me advirtió con un gesto expresivo señalándose la cabeza que no había que hacerle caso. Un par de días despues lo encontré en pleno discurso subido en un tronco dirigiéndose a nadie en concreto o tal vez al árbol de enfrente. Cuando paró un rato le pregunté tudo bem? Me contestó: tudo bem y prosiguió su meeting. Posteriormente me pidió hablar conmigo. Abrí la consulta para él y lo invité a la mesa del refectorio para que expusiera su caso mientras Vic y yo pelábamos las cebollas para la sopa antedicha. Su desconexión expositiva y nuestras carencias de portugués no permitieron ir muy lejos. La conversación no avanzó mucho pero al chico le complacía enormemente que lo aceptáramos a nuestro lado. A él le sirven un bol de arroz y pescado en una olla que come en cualquier parte del patio como un perro. Al parecer tiene prohibido entrar en el refectorio y otros lugares del edificio, el hecho de que lo invitáramos creó una pequeña discusión entre él y Serguei, el otro muchacho que anda por el lugar. Se olvida que un enfermo mental es un minusválido que necesita un plus de deferencia de los demás, pero al no saber a qué atenerse con él se le excluye de los espacios de comunicación social. Por nosotros lo hubiéramos invitado a la cena. Estaba loco pero no tanto como para no tener un comportamiento contenido a la hora de comer en grupo y compartir una mesa. Parece ser que ese pequeño acontecimiento movió a conversaciones extras para ver qué hacer con el chico. Serguei que se nos pegó durante bastantes veces en nuestra estancia hacia como de mánager de la situación informándonos que Alessandro no tenía derecho a estar en el refectorio y que era potencialmente agresivo. Le aclaré lo que toca aclarar ante esas afirmaciones que no hay ser humano que no lo sea por muy pío o santo que se crea y que Alessandro había tenido en todo momento un comportamiento correcto, en cambio otro chico que también accedía al refectorio y que engrosaba el grupo de los autistas no diagnosticados, había tirado los restos de la cena (nuestra divo-sopa) sin consultar a nadie. Un caso flagrante de cómo la cordura suele crear mas problemas que la locura. Eso supuso que no disfrutáramos de la comida servida del dia siguiente.
Nos quedamos un día mas en Bafatá superando el límite razonable, debido a la inutilidad de los convertidores para trabajar con el suministro de las baterías, ya que Abraao nos pidió que le lleváramos a Bissau, algo que aceptamos gustosamente.
En otra agencia aseguradora, la Guinee Bis, me informé de los mismos precios que la anterior con respecto a la prolongación del seguro de la CEDEAO. Un repaso atento del anterior indicaba que no había ningún dato del vehículo en cuanto cilindrada o capacidad, con lo cual cualquier seguro para un vehículo inferior podía servir para el nuestro. En todo caso las tasas en Bissau son más altas que en los otros países donde lo hemos tramitado (Mali y Niger) y de momento desestimamos hacerlo y esperar a Senegal para hacer la prórroga.
De todos los refectorios visitados el de la parroquia de Bafatá fue el más curioso. Los 3 curas manifestaban síntomas de estrés y la mesa era compartida por curiosidades antropológicas: la primera nosotros que en seguida fuimos detectados como no-católicos, otra chica autista pasó sin pena ni gloria salvo por responder brevemente a algunas llamaditas por el móvil (definición de móvil: aparato que permite identificar a algunos autistas jóvenes negados para la relación social con capacidad de voz), el hombre empastillado que nunca hablaba afligido por la muerte reciente de su hijo en accidente de circulación en la península ibérica, un estudiante de medicina de 4to curso protestando por la falta de material didáctico para estudiar, Serguei y su compañero de bungalow, Antonio, el que nos tiró la spa bbbrrrrhhhh deambulando proel sitio, cogiendo comida y llevándosela, este sin decir esta boca es mía y el otro siempre diciéndome Jesús, cada vez que me veía. Estoy por estornudar cuando me lo vuelvan a decir de esa forma solo por el placer de pronunciar el nombre.
El recinto sin puertas estuvo custodiada por un guarda armado: machete más escopeta de un solo cañón del 12. El hombre no tenía mucha pinta de guerrero pero esa artillería lo haría más hombre. Cuando nos contaron la primera vez que la gente de Lagos tenía a guardas en sus puertas armados con machetes que pasaban las noches semidormidos o recostados, nos parecía propio de una sociedad violentísima en la que no paraba la gente de robarse continuamente. Ahora la figura de guardianes con sus machetes desenfundados en la mano la vemos tan ordinaria que nos parece folclórica. Posiblemente los mayores problemas de las comunidades no pasan tanto por el fantasma de bandas armadas que los asalten, que no nos consta que existan, como su organización interna: paneles con llaveros de todo tipo hacen de todo una custodia permanente. No se puede dar un paso sin un llavero. Este es un problema internacional: mientras el mundo duerma con las casas y las habitaciones bajo llave ese mundo no tendrá solución. Eso ya lo dijo Hobbes porque el resto de la comunidad filosófica lo había criticado por su desesperanza al indicar la falta de crédito del ser humano. Desde entonces ha llovido un poco sin que toda esa agua lo haya mejorado.
En zona lusófana no hemos experimentado menor conexión comunicativa con la gente. A menudo los nativos no hablan suficiente portugués y muchos no pasan del saludo de rigor. No tenemos demasiado problema de comprensión aunque lo habitual de los guineenses es que hablen criol: una mezcla de portugués y de lengua nativa. A diferencia de otros países en Guinea no nos ha tocado soportar tanto las llamadas a la oración. Pero la primera, la de las 5 de la mañana, me desveló y me dejó completamente cortado.¿Por qué a uno quehabla solo se le llama loco y a un tipo que da la vara desde un minarete (en el fondo un muhaydin llamando a la yihah) se le dice que es un hombre religioso? Mientras no se me demuestre lo contrario seguiré pensando que el segundo está más loco que el primero. De los males africanos el problema de la religión islámica y antes que este, el animista, es uno. Mientras tanto en las altas cúspides Gadafi ha invitado a los jefes de todo tipo de todos los países para seguir con el señuelo de la unión panafricana. En las latitudes más ínfimas los aranceles impuestos por el estado obligan a los importadores a elevar los productos fundamentales a precios inasumibles.
.En alguna ocasión, por error, hemos coincidido con el aparato del televisor encendida con la teleserie en curso Os mutantes del canal brasileiro cuya expectación es notoria. Mientras el arte no resplandece la telebasura está en su mejor momento: basta una cara bonita y un físico apropiado para sabotear impunemente la calidad artística ofreciendo producciones de imágenes indefinibles.
En el Mahou fuimos una vez mas tras encargar una Elephant de un día para otro. Fuimos expresamente a eso, el muchacho al cargo, Mario, nos trajo una Carlsberg pero no Elephant, que fue a buscar a otro establecimiento, algo es algo. Nos las tomamos haciendo otra partida de ajedrez con nuestro ajedrez de plástico portátil. Inicié la partida con un adelantamiento de peón lateral para dar salida a la torre. Desde que hago eso con una u otra torre el panorama del tablero se configura completamente distinto. Tengo descolocada a mi contrincante. Cada vez sabe más pero sigue perdiendo. Cuando necesito sentirme vencedor ante la vida, por el motivo que sea o para darme un chute de triunfalismo, no tengo más que proponerle una partida de ajedrez: ¿una partidita? ¿Dispuesta a perder? Al cabo de un rato y despues de decirse varias veces tonta por perder en jugadas clave -pero no digas eso cariño- pone a dormir a las fichas tal como lo denomina, en el molde de espuma, hasta la siguiente vez.
Nuestros paseítos con furgo desde nuestra ultima ubicación a un cuarto de quilómetro de distancia al recinto de al lado, al de la curia, así llamada, se hizo rito. Celine nos abría cada noche y nos facilitaba la luz. No sé lo que se dirá de nosotros tras nuestro paso por los lugares donde vamos pero apuesto a que se nos recordará como sujetos trasegando ordenadores.

Fragmentos y descripciones de viajes geográficos sobre una silla de ruedas movida por energias insospechadas. (Los textos pertenecen o a nuestro libro, en curso, el Viaje de la vida).

Flash en el Grafito

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